Durante los años cincuenta Venezuela hace su entrada a la modernidad cambiando la imagen arquitectónica y urbanística, ampliando sus medios de comunicación y sus áreas de investigación. Simón Noriega señala que esta nueva visión del país impulsa la apertura de galerías y salones de arte los cuales surgen como espacios de confrontación. Estos nuevos espacios abren paso al creciente mercado del arte y la crítica.
La visión de la Venezuela Moderna pretende deslastrarse de toda estela rural; vale destacar que para los años cincuenta aun el paisajismo llevaba la batuta en las representaciones pictóricas y la crítica no dejaba de ocuparse de temas como la pintura histórica, el paisaje, el realismo o la figura eterna de Reverón.

Posteriormente durante varios meses se sostuvo una polémica artística e ideológica entre el artista Alejandro Otero y el novelista Miguel Otero Silva, pues para Otero Silva no habia nada mas alejado del pueblo que el abstraccionismo y para Alejandro Otero era el cambio inevitable que conducía a la reflexión y al arte puro.

La apertura y la libertad cultural abrieron paso a la seguridad y novedades en la crítica para el arte abstracto, el cinético y el arte ingenuo.

Por otra parte Plancharten aunque escribia sobre arte desde los años veinte no es sino hasta 1957 cuando sale " la pintura venezolana" que se le concidera un historiografo del arte venezolano. El material es una recopilacion de escritos en diarios y revistas nacionales, la obra logra un recorrido por pintores del siglo XIX como Juan Lovera y Martin Tovar y Tovar hasta escultores de los cincuentas como Eloy Palacios.