Tercer examen Biología I

Egipto y Mesopotamia. La civilización egipcia se fundó a orillas del río [blank_start]Nilo[blank_end], una región muy fértil que permitió el desarrollo de la agricultura y la fundación de las primeras ciudades. Los egipcios conocían las condiciones idóneas para obtener abundantes [blank_start]cosechas[blank_end] de trigo, cebada y lino, para lo cual construyeron extensas y complejas redes de canales de [blank_start]riego[blank_end]. Además, los egipcios contaban con una gran cantidad de conocimientos relacionados con la herbolaria y la cría de ganado, sin contar con que aprovechaban los recursos que el río les proporcionaba en forma de caza y pesca. Con base en el desciframiento de los [blank_start]jeroglíficos[blank_end] dejados en pinturas murales y monumentos de piedra, hoy sabemos que, entre otras cosas, los egipcios tenían conocimientos avanzados de las [blank_start]plantas[blank_end] y sus aplicaciones terapéuticas, sabían cuáles tenían efectos antibióticos o antiinflamatorios. La [blank_start]herbolaria[blank_end], sumada al conocimiento que los [blank_start]egipcios[blank_end] poseían sobre diversas propiedades de tierras y minerales, les permitió elaborar diversos productos como medicamentos, maquillaje, ungüentos, pinturas y otras sustancias útiles en la momificación de [blank_start]personas[blank_end] y animales. Mesopotamia floreció entre los Tigris y [blank_start]Éufrates[blank_end], una región muy fértil que permitió el desarrollo de las grandes ciudades-Estado, a semejanza de lo que ocurría en el Nilo. Los agricultores de la región construyeron complicadas redes de riego, y al igual que los egipcios, aprovecharon los recursos que el entorno les daba en forma de caza, pesca y la recolección de frutos y semillas. Los testimonios escritos en tablillas de barro con caracteres cuneiformes señalan que los habitantes de [blank_start]Mesopotamia[blank_end] contaban con importantes conocimientos de botánica y daban diferentes usos a hojas, cortezas y flores; utilizaban el ajo, la canela, el olivo y un gran número de [blank_start]hierbas[blank_end]. Por otra parte, utilizaban partes de animales para crear ungüentos, perfumes y maquillajes, además de utilizarlos para tratamiento de ojos y piel

Siglo XVII XVIII. Hacia finales del siglo XVI, en [blank_start]Europa[blank_end] la ciencia era una actividad colectiva y los resultados obtenidos de los experimentos debían comunicarse para que se les revisara, criticara, corroborara o se añadiera alguna cuestión relacionada con lo que otro científico hubiera encontrado. Estas discusiones se realizaban en las academias de ciencias, fundadas en diversos países [blank_start]europeos[blank_end], además, se editaron los primeros diarios [blank_start]científicos[blank_end]. Por otro lado, se introdujo un sistema de estudio de la biología y se mencionó que las especies eran [blank_start]inmutables[blank_end] y fijas. El llamado siglo de las luces o de la [blank_start]Ilustración[blank_end] es el periodo histórico en el cual la razón se convierte en el pilar de las ciencias, y en el plano del conocimiento, significa el fin de la ignorancia y la [blank_start]superstición[blank_end]; esta preocupación se manifestó no sólo en la reflexión [blank_start]filosófica[blank_end], sino también en diversos aspectos de la vida cotidiana. En esta época los [blank_start]pensadores[blank_end] concluyeron que el dominio de la naturaleza era la principal tarea que el hombre debía emprender. Durante este siglo la expresión “economía de la naturaleza” dio a los hombres de ciencia perspectiva muy útil para establecer un orden en sus investigaciones. En cuanto a la [blank_start]biología[blank_end], se describió por primera vez las cadenas alimenticias y se habló de las poblaciones. Además, se delimitó la barrera entre lo que es y lo que no es ciencia. En Europa aparecen los primeros [blank_start]museos[blank_end] y se forman grandes colecciones de plantas [blank_start]medicinales[blank_end] exóticas. Lazzaro Spallanzani, un profesor italiano, reviso los experimentos de Francisco Redi, investigador del siglo XVII, refutó la teoría de la generación [blank_start]espontánea[blank_end] vigente en ese momento. Por su parte, Carlos Von Linneo, un naturalista sueco, elaboró la primera gran [blank_start]clasificación[blank_end] de la mayor parte de los seres vivos con base en una nomenclatura binominal, publicada en su obra Systema Natura.