Ponerlo en conocimiento de los padres. El apoyo de la familia es fundamental. Muchas víctimas sienten vergüenza o creen que han hecho algo que les hace merecedores del hostigamiento. De ahí la importancia de que los padres se pongan del lado de su hijo y le apoyen, y no subestimen sus miedos.
- Hablar con el tutor y la dirección del centro. De entrada, la mayor parte de los centros niegan el acoso o dicen no tener constancia.
- Presentar escritos, e incluso grabaciones, para que haya pruebas.
- Si no es suficiente, acudir a la inspección educativa.
- Agotadas las anteriores opciones, presentar una denuncia penal.
- Matricular a la víctima en otro centro escolar.
- Reforzar la autoestima del menor. Buscar ayuda psicológica.