2. Sobre la Sociedad del conocimiento y la incidencia de las TIC
Es mucho lo que se está discutiendo actualmente sobre la sociedad de la información como una sociedad del conocimiento, lo que ocurre es que el conocimiento entendido como saber ocupa cada vez más un lugar preponderante, ya que se ha vuelto imprescindible para cualquier actividad de las personas. Pero eso no significa que el conocimiento como actividad humana y social no existiera en otras épocas, sino que han ocurrido grandes cambios científicos, tecnológicos y sociales que lo ubican como eje central de las relaciones sociales del ser humano en el mundo contemporáneo.
Uno de esos cambios tiene que ver con el surgimiento de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) que han puesto a disposición del individuo grandes flujos de datos e informaciones, a partir de los cuales los sujetos sociales pueden iniciar nuevas búsquedas de conocimiento, otras formas de aplicación de éstos y diversos modos de asimilación e interpretación de la información recibida.
Sin embargo, debemos dejar sentado que tanto la tecnología como los flujos de información han sido el producto del desarrollo y avance del conocimiento mismo, ya que el conocimiento “es un organizador de la información y un orientador de la tecnología, algo que le otorga sentido a ambos; por eso ante un mundo tecnificado y lleno de información, el conocimiento es lo que da carácter social a ellos” (Infante y Otros, 2007:121).
Y es que el conocimiento es un vector estratégico para generar valor agregado a la información y potenciar el aprendizaje y el ingenio humano. El conocimiento implica un proceso de producción del intelecto donde los datos son los elementos o insumos básicos en bruto, la información es la integración de los datos con un significado definido y el conocimiento, como cúspide, es la utilización de la información por parte de un sujeto para resolver problemas y tomar decisiones (Páez citado por Silvio, 1993:13).
En función de lo anterior, se puede indicar que la Sociedad del Conocimiento no se reduce a una mera “Sociedad de la Información”, donde es posible vincular las TIC entre sí para multiplicar los flujos de información, sino que hace falta especialmente vincular a las personas para que mediante su ingenio, inteligencia y creatividad, busquen nuevas formas de generar desarrollo social cualitativamente diferente (Pineda, 2004).
En la sociedad del conocimiento lo importante serían las personas y no las tecnologías, porque ellas son las únicas capacitadas para reorientar la información y convertirla en conocimiento. Por lo que debe ser una sociedad humana, éticamente sustentada en la idea de la cooperación y la solidaridad. Su norte debe ser el desarrollo del intelecto de los hombres, de su capacidad creativa e inventiva, a modo de que puedan desarrollar procesos cognitivos que le permitan contextualizar los flujos de información de acuerdo con sus circunstancias y aplicarlos en la solución de sus problemas. (Abram, 1999).
El conocimiento, según Infante y Otros (2007: 128), es una capacidad humana que le brinda al ser humano elementos para interactuar con los mundos objetivos (lo que lo rodea, con lo que es, con su cuerpo) y subjetivos (lo que piensa, siente, imagina y desea), y que le permite adquirir información, acumularla, almacenarla, estructurarla y reestructurarla, así como seleccionarla y aplicarla en lo que estime necesario. Según los autores, el término conocimiento puede tener una doble acepción: como cualidad humana (proceso) o como acumulación de los productos de esta actividad (lo que se conoce o lo conocido).
El conocimiento también es social porque se convierte en un “pegamento de la sociedad”, porque es valorado y transmitido como algo útil para todos y se hace indispensable para continuar con la vida colectiva, de modo que el conocimiento adquiere un alto valor cultural, por su papel indispensable en las interacciones sociales de las personas, por su poder como guía de la acción y el orden social ya que genera capacidad de predicción y confianza para saber cómo actuar en la vida social (Infante y Otros, 2007:131).