Fundó la teología filosófica y la teoría del conocimiento.
Criticó el antropormofismo de los dioses homéricos así como su inmoralidad y su uso como modelo educativo postulando la existencia de un Dios único y consideró una concepción objetiva de la verdad como algo independiente del sujeto.
Asimismo, investigó cuestiones relativas a la naturaleza y a la cosmología.
Parménides dice que el ser no pudo ser engendrado ya que entonces tendría origen en el no-ser y como del no ser no puede ser nada, esto es imposible. Parménides describío la existencia de dos vías de conocimiento, la de la Opinión y la de la Verdad. La de la opinión se basa en los sentidos y no aporta conocimiento real, en cambio la de la verdad se basa en la razón y sí aporta saber.
Fue conocido por sus paradojas, principalmente por la que negaba la existencia del movimiento del ser. Intentó probar que el ser debía de ser de forma homogénea.
Fue defensor de Parménides, el cual creía que lo que existía no tenía ni principio ni final, no podía cambiar nunca y no tenía muchas partes.
Su pensamiento estaba muy orientado a combatir el pluralismo.
Sus trabajos, fragmentos, están dedicados a la defensa de la doctrina de Parménides. Están escritos en jónico y consisten en largas series de argumentos.
El Ser, según él, es infinito, no tiene principio ni final y no puede surgir del no-ser.
No puede ser destruido porque es imposible para el ser, convertirse en no-ser y si pasa a ser otro ser no hay destrucción.