Las teorías del aprendizaje pretenden describir aquellos procesos mediante los cuales tanto los seres humanos, como los animales aprenden. Numerosos psicólogos y pedagogos han aportado amplias teorías en la materia.
Las diversas teorías ayudan a comprender, predecir y controlar el comportamiento humano, elaborando a su vez estrategias de aprendizaje y tratando de explicar cómo los sujetos acceden al conocimiento. Su objeto de estudio se centra en la adquisición de destrezas y razonamiento a una lengua.
Consiste en que el aprendizaje implica un cambio en la conducta o en la capacidad de conducirse. La gente aprende cuando adquiere la capacidad para hacer algo de manera diferente. Al mismo tiempo, es importante recordar que el aprendizaje es inferencial. El aprendizaje se evalúa sobre la base de lo que la gente dice, escribe y realiza.
El estudio de las teorías del aprendizaje, por una parte, nos proporcionan un vocabulario y un armazón conceptual para interpretar diversos casos de aprendizaje. Por otra parte, nos sugieren dónde buscar soluciones para los problemas prácticos; aunque ellas no nos dan soluciones, pero dirigen nuestra atención hacia ciertas variables que son fundamentales para encontrar la solución.
Una teoría es mejor que otra cuando reúne estas condiciones:
Logra una disminución de contenido empírico con respecto a la teoría anterior, es decir, predice hechos que aquella no predecía.
Explica con el mismo o mayor éxito todo aquello que la teoría anterior explicaba.
Logra corroborar empíricamente, al menos, una parte de su exceso de contenido.
El aprendizaje social se basa en una teoría desarrollada por el psicólogo Albert Bandura que propone que el aprendizaje es un proceso cognitivo que tiene lugar en un contexto social y ocurre puramente a través de la observación o la instrucción directa, incluso en ausencia de reproducción motora o refuerzo directo.
Considera los aspectos sociales de nuestra vida cotidiana. Hoy, aprendemos mirando, escuchando y haciendo; al combinar estilos de aprendizaje visual, auditivo y cinestésico para comprender nuevos conceptos, retener ese conocimiento y aplicarlos a los desafíos cotidianos, en el trabajo y en el hogar.
El aprendizaje social ayuda a las organizaciones a revertir este tipo de resultados potenciales. Después de todo, uno de los principales objetivos del concepto es impulsar la retención del conocimiento. En lugar de depender de modelos tradicionales con bajas tasas de recolección, el aprendizaje social fomenta el aprendizaje en entornos de trabajo y permite a los estudiantes extraer conocimiento de expertos dentro de las organizaciones en lugar de tener conocimiento sobre ellos (como lo haría un sistema formal de aprendizaje).