Uno de los mayores problemas de La Celestina es la incógnita de su autor, durante mucho tiempo los críticos e historiadores de la literatura no han llegado a una conclusión compartida, pero hay dos teorías:
- La primera es la hipótesis de un único autor que compuso la obra en fases diferentes y sucesivas.
- La segunda propone la presencia de dos autores, uno de los cuales sería Fernando de Rojas.
En uno de los textos introductorios, Fernando de Rojas afirma haber encontrado un manuscrito y que se decidió a continuarlo:
"Vi que no tenía su firma del autor; el cual, según algunos dicen fue Juan de Mena, e según otros Rodrigo Cota. Pero, quienquiera que fuese, es digno de recordable memoria por la sutil invención, por la gran copia de sentencias entregeridas que so color de donaires tiene. E porque conozcáis dónde comienzan mis mal doladas razones y acaban las del antiguo autor, en la margen hallaréis una cruz, y es el fin de la primer escena. Vale".
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La doble autoría se reafirma en la octava siguiente, que forma parte del texto introductorio:
“Yo vi en Salamanca la obra presente; Movime a acabarla por estas razones: Es la primera, que estoy en vacaciones; La otra, inventarla persona prudente; Y es la final, ver ya la más gente vuelta y mezclada en vicios de amor. Estos amantes les pondrán temor A fiar de alcahueta ni falso sirviente”.
Así Rojas afirma que continuó ese primer acto anónimo hasta darle el cuerpo de la conocida como Comedia de Calisto y Melibea, obra de dieciséis actos. Pero, además, declara también ser el autor de los cinco actos añadidos a la Comedia, que le dan el cuerpo definitivo como Tragicomedia de Calisto y Melibea.
El prólogo introduce interesantes elementos en lo que se refiere a la autoría de la obra, pues en él el autor, pese a declarar no conocer el nombre de quien escribió el texto encontrado, dice poder barajar los de Juan de Mena y Rodrigo Cota. Asimismo afirma no querer revelar su nombre, pero habla sobre su trabajo y sus estudios.
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El dato del nombre del verdadero autor siguiendo la indicación que nos da el editor Alonso de Proaza en una de sus octavas finales:
"No quiere mi pluma, ni manda razón, que quede la fama de aqueste gran hombre, ni su digna gloria ni su claro nombre, cubierto de olvido por nuestra ocasión. Por ende, juntemos de cada renglón de sus once coplas la letra primera, las cuales descubren por sabia manera su nombre, su tierra, su clara nación".
Uniendo la primera letra de cada uno de los versos de las once estrofas introductorias, se descubre el nombre de Fernando de Rojas como autor de la obra, resumiendo: Fernando de Rojas completó en dos veces una obra que había encontrado, perteneciente a un autor desconocido, que podría ser Cota o Mena.
Sin embargo, otros estudiosos, como el erudito Marcelino Menéndez y Pelayo, han defendido la autoría única de la obra. Según Menéndez, el autor se mueve dentro de la fábula no como el continuador de una obra ajena, sino como quien dispone libremente de su obra.
Hoy en día la teoría más aceptada es la de la doble autoría, que explicó perfectamente otro Menéndez, en este caso Menéndez Pidal, según el cual La Celestina tendría dos autores: un autor anónimo que compuso el primer acto, y un segundo (Fernando de Rojas) que redactó los siguientes veinte actos de la obra.