Estos parásitos causan irritación grave
del conducto auditivo, donde se acumulan escamas y costras. Con frecuencia
aparece infección secundaria bacteriana junto a la infestación del ácaro.
Comienza con mucha picazón,
enrojecimiento de la piel, olor rancio y mucha caída del pelaje. Los primeros lugares más
típicos que afectan son: la base de las orejas, las axilas, los codos, o el
extremo de las patas.
Se puede recurrir
únicamente a un examen visual o utilizar una prueba indolora que implica
aplicar una gota de aceite sobre la lesión sospechosa. Luego se raspa el sitio
con un bisturí y se trasfiere la muestra de la piel al portaobjetos de vidrio
de un microscopio para su análisis.
Esta enfermedad es perfectamente
curable. Para el tratamiento se pueden utilizar diferentes alternativas o
combinaciones de las mismas.Algunos medicamentos utilizados
podrían ser amitraz y realizar baños dos veces por semana
durante dos meses.
Evitar todo contacto con
perros callejeros, ya que por su condición es posible que la padezcana cualquier señal de rasquiña llevar
inmediatamente al veterinario para evaluar y finalmente diagnosticar.