Capacidad de controlar, afrontar y tomar, por iniciativa propia, decisiones personales acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y preferencias propias así como de desarrollar las actividades básicas de la vida diaria.
Estado de
carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones
derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o
pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la
atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar
Actividades Básicas de la Vida Diaria o, en el caso de personas con
discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía
personal.
Las tareas más
elementales de la persona, que le permiten desenvolverse con un mínimo de
autonomía o independencia, tales como: el cuidado personal, las actividades
domésticas básicas, la movilidad esencial, reconocer personas y objetos,
orientarse, entender y ejecutar órdenes o tareas sencillas.
Las que
requieren las personas que tienen discapacidad intelectual o mental para hacer
efectivo un grado satisfactorio de autonomía personal en el seno de la
comunidad.