La visión folklorizada que de los indígenas tenía el porfiriato también se extendió con el retrato de los tipos físicos, y fue Ybañez y Sora uno de sus mejores realizadores. Este género costumbrista idealizaba y descontextualizaba a los personajes y tuvo un gran auge en el extranjero. Por otro lado, la fotografía de temas arquitectónicos encontró en Guillermo Kahlo a uno de sus más destacados representantes, y en Hugo Brehme el paisaje cobró un aspecto bucólico de gran calidad. Sin embargo, el retrato comercial continuó siendo el género por excelencia de ese periodo finisecular; y entre los gabinetes fotográficos más renombrados podemos citar el de los socios Antíoco Cruces y Luis Campa, los Hermanos Valleto, Celestino Álvarez, Octaviano de la Mora, en Jalisco, y Pedro González, en San Luis Potosí. De ese tiempo uno de los más conocidos retratistas fue el guanajuatense Romualdo García, por su lente pasaron y posaron una amplia gama de tipos sociales, desde el hacendado y el terraten lente, hasta los mineros, los obreros y campesinos quienes conformaron un maravilloso mosaico tipológico de la época.El camblo gestado a raíz del movimiento armado de 1910, también quedó registrado en las placas de audaces fotógrafos. Muchos de ellos eran fotógrafos de gabinete, otros provenían del fotoperiodismo y los menos se formaron al fragor de los disparos, pero sin duda todos ellos contribuyeron a la creación de una nueva iconografía. Ante esa nueva realidad, nuevos temas se impus leron con modernos tratam lentos y diferentes estilos; ello es posible constatarlo en el material legado por Agustín Víctor Casasola, quien reunió las placas de fotógrafos Nacionales y extranjeros: un ampllo e invaluable archivo que tuvo como condición original el servir de agencia gráfica informativa a diversos periódicos y revistas desde el año de 1911.Es con esas imágenes de atractivos revolucionarlos, envalentonadas”adelitas" y decididos”juanes", con lo que se inicia una transformación fotográfica que rendirá sus frutos en el periodo posrevolucionarlo. los años veinte, con su encanto, con su contraste soci al, con la promesa de un nuevo régimen que p lanteaba cambios en el aspecto social, político, económico y cultural, atrajeron a dos fotógrafos extranjeros: el estadounidense Edward Weston y su acompañante la italiana Tina Modotti, quienes llegaron con una visión totalmente vanguardista de la fotografía, concibiéndo la como arte con un sentido estético propiamente fotográfico y lejos de los cánones pictóricos.