La atención implica concentración en una actividad mental, como la de atender a una explicación oral, la lectura de un párrafo del texto o una conversación. El esfuerzo, energía mental o recursos cognitivos se centran o concentran en el procesamiento de estímulos informativos prevenientes de la explicación, el texto u otra persona.
La función selectiva de la atención es una propiedad definitoria de la misma, que deviene de la limitación de capacidad humana. Puesto que no resulta posible atender eficazmente varias cosas al mismo tiempo, con la intensidad y persistencia conveniente,se hace necesaria la reducción en la multiplicidad de los estímulos que inciden en los sentidos o receptores sensoriales.
�La
selección hace posible un efectivo procesamiento cognitivo, evitando una
sobrecarga obstructiva, saturación o caos perceptivo.�Mientras
los estímulos seleccionados surgen los no seleccionados se pierden
�Se
detectan instantánea y automáticamente (análisis de pre-atención) las
características sensoriales o propiedades físicas (timbre, intensidad, etc.) de
los estímulos, en que se basa la selección.