Esta metodología se concentra en los estudiantes y sus estados mentales,
prestándole atención a sus deseos, sus estados afectivos (la evitación del temor y la
ansiedad del estudiante), la solución de problemas ordinarios y necesidades diarias, y
su relajación como factores de importancia en el aprendizaje. Algunas variantes de la
sugestopedia son: la hipnopedia, la ritmopedia, la relaxopedia, la sugestocibemética,
etc.
4.2. La vía silente de Gattegno: Aquí el profesor ofrece un input limitado, modelando
el lenguaje que va a ser aprendido e indicando a los estudiantes lo que deben hacer
mediante señales, gestos, medios visuales, láminas, punteros de madera de diferentes
tamaños y colores y otros medios silentes. El profesor no censura a los estudiantes ni
los recompensa, su posición consiste en indicarle que lo hagan de nuevo y se esfuercen
más. De este método se dice que lleva a los estudiantes a confiar en sus propios
recursos, aún estando bajo la dirección del profesor.
4.3. El método de respuesta física total (TPR): Este método, desarrollado por James
Asher, favorece la teoría de Krashen de la entrada de información comprensible que
precisa entre otros principios la necesidad de un adelantamiento en comprensión
auditiva como prerequisito para aprender a hablar. En él, el profesor le da las
instrucciones a los estudiantes, estos no hablan pero realizan lo que se les haya dicho
(es decir, bailan, se mueven, saltan, etc.). Cuando los estudiantes estén listos
comenzarán a dar órdenes también a otros estudiantes. Aquí se aprende a través de
acciones y respuestas físicas en lugar de ejercicios mecánicos. Este método permite
fases de preparación para la expresión oral donde los estudiantes no hablan hasta que
no se sientan confiados y deseen hacerlo.
Pienso que lo más importante a destacar aquí es que en ocasiones a estos métodos
se les han llamado en algunos círculos metodologías humanistas por su relación con
esta teoría psicológica de partida. Para la teoría humanista el estudiante es una persona
integral; por lo que el objetivo más que aprender la lengua es ayudarlo en su
crecimiento personal, a desarrollar valores humanos, el movimiento hacia el
autoreconocimiento y la comprensión de los otros. Para los humanistas cuenta la
experiencia del aprendiz, sus creencias, sus percepciones, sus valores, el desarrollo de
su personalidad, la estimulación de sentimientos positivos y la sensibilidad ante los
sentimientos y emociones de los demás. Una constante en estos métodos es la
realización de actividades de relajamiento, de autocontrol, de autoestima para lograr
un clima de confianza, de solidaridad, que favorezca un ambiente positivo; en fin, para
que el aprendiz se sienta feliz y pueda contribuir mejor a su autodesarrollo. En este
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método se ve también la leve influencia de la psicología cognitiva, pero no en forma
de escuela psicológica que hace un abordaje al aprendizaje; la influencia de los
cognitivistas se nota en hipótesis que manejan estos métodos como la teoría del imput
comprensible que maneja Krashen.
5. El enfoque comunicativo.
Los años 70s han dado a la luz una propuesta de método de enseñanza de lenguas más
novedosa. En realidad no es un método sino un enfoque que entiende el aprendizaje
de lenguas como un proceso donde lo más sustancial no son las formas lingüísticas,
sino las intenciones comunicativas (el aspecto funcional) y su propiedad. Esta
metodología utiliza muchos de los procedimientos e incluso algunas de las ideas
básicas de los métodos que la antecedieron (léase, la sugestopedia, la traducción, la
respuesta física total, etc.) como procedimientos suyos, en este sentido es muy abierta,
y se orienta al logro de la competencia comunicativa. El enfoque comunicativo, en
opinión de Richards (1997), ha sido desarrollado por los lingüistas aplicados británicos
como una reacción a los enfoques basados en la gramática.
Este enfoque no escapa de las largas garras del conductismo, asimila sus aciertos
al mismo tiempo que hereda alguno de sus desaciertos, y manifiesta en la práctica una
alta dosis de cognitivismo y de humanismo. Vale la pena destacar que en este enfoque
se sintetiza lo mejor del cognitivismo, que por cierto, al menos en la enseñanza de
lenguas no se conoce ninguna metodología destacada que se halla basado estrictamente
en las teorías cognitivas o los trabajos de Chomsky asociados a estas. Atención aparte
merece la propuesta del psicólogo soviético B.V. Beliayev con su método práctico
consciente que buscaba el automatismo mediante la práctica exigiendo la comprensión
como componente básico del trabajo con las habilidades. Dicho método, aunque
intranscendental, concibió el empleo de procedimientos activos y ejercicios
significativos que obligaran a los alumnos a participar activamente en el proceso de
comunicación.
Para la metodología comunicativa la lengua es más que un sistema de hábitos que
pueden ser formados a través de ejercitación mecánica. Esta es un sistema específico
y el aprendiz debe saber cómo es que este sistema acciona en la comunicación real
como medio para lograr un fin. Sus materiales, básicamente con una organización
nocional, a menudo ilustran el lenguaje necesario para expresar y entender diferentes
funciones, y enfatizan el uso del lenguaje apropiadamente en diferentes tipos de
situaciones y para solucionar diferentes tipos de tareas.