El ataque de pánico es una reacción de ansiedad muy intensa, acompañada de la sensación de falta de capacidad para controlar esta reacción, e incluso la convicción de que uno puede llegar a morir en ese momento. Esta crisis de ansiedad puede producirse en diferentes situaciones (conduciendo, en la calle, etc.), las cuales tenderán a evitarse posteriormente. Las claves de este desorden hay que buscarlas, por un lado, en el tipo de pensamientos que las provocan, altamente preocupantes, catastrofistas (como muerte inminente, ataque al corazón, mareos y pérdida de conciencia, etc.).
Y por otro lado, en la hiperventilación (respiración agitada) que provoca un rapidísimo aumento de activación fisiológica generalizada. Los pensamientos catastrofistas se originan por una incorrecta interpretación de síntomas de ansiedad (activación fisiológica
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¿Como saber si tengo un A.P.?
Según la clasificación internacional de trastornos mentales DSM-IV los criterios para diagnosticar un ataque de pánico (o crisis de ansiedad) serían los siguientes:
Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca.
Sudoración.
Temblores o sacudidas.
Sensación de ahogo o falta de aliento.
Sensación de atragantarse.
Opresión o malestar torácico.
Náuseas o molestias abdominales.
Inestabilidad, mareo o desmayo.
Desrealización o despersonalización.
Miedo a perder el control o volverse loco.
Miedo a morir.
Parestesias.
Escalofríos o sofocos
Caption: : Si tiene cuatro o mas, si tiene un ataque de panico
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¿Que hago si tengo un A.P.?
Relájate: Toda emoción está conectada con el cuerpo, así que trata de identificar las sensaciones que se generan en tu organismo y trata de eliminar la tensión.
Respira: Inhala de una forma pausada, para que recrees una sensación de tranquilidad. Incluso, una bolsa de plástico o de papel puede ayudarte.
Calma tu voz interior: Identifica qué es lo que te inquieta o te preocupa y trata de olvidar. Piensa en algo positivo y que te ayude a mejorar tu estado de ánimo.
Recupera la conexión con el presente: Párate firmemente contra el suelo, mueve tus piernas y concéntrate en lo que está pasando a tu alrededor. Puedes dar algunas palmadas rítmicas en las piernas, alternando las manos.
Fija algunas metas: Tener objetivos por cumplir ayudarán a eliminar la incertidumbre y a olvidar la presión.