Creado por Ángeles Fernández
hace más de 4 años
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TEXTOS PARA REPASAR LAS REGLAS DE ACENTUACIóN
¿Serás capaz de encontrar las palabras del tipo que se indican que están en el texto?
PALABRAS AGUDAS
Ya estábamos en el zoo. Mamá nos había comprado helados. El mío era de limón, como siempre, mi sabor favorito. Vimos las panteras y los osos y luego fuimos al restaurante. El menú había cambiado radicalmente desde la última vez que habíamos venido. Comimos una pizza que para mi gusto llevaba demasiado perejil.
Antes de irnos a ver los demás animales, mi hermano y yo nos compramos unos caramelos con aroma dental.
Vimos una pequeña casa donde tiempo atrás dormían los caballos. Ahora estaba mojada por dentro, seguramente por la humedad. Abrí mi cajita con forma de maletín y saqué un caramelo que me llevé a la boca. Sabía a limón. Los caramelos eran de marca “gladiador”, un nombre curioso para unos caramelos.
Nos pegamos a la jaula donde estaba el chimpancé. Olía a calcetín podrido. Fue entonces cuando el chimpancé nos dijo: “¿Tienes un maní?”. Yo dudé en responder, porque me estaba hablando un chimpancé, pero como soy cortés compré unos manís y se los di.
Entonces me desperté. Eran las nueve de la mañana y me preparé para ir al zoo. (Paula Fernández)
Hace mucho tiempo en Roma cuando no existían los humanos los monos y los chimpancés dominaban el mundo y en el coliseo romano había un chimpancé que era el mejor gladiador. Este tenía como armadura un calcetín con mucha humedad y un maletín en el que estaba su arma más poderosa (su espada mitad espada mitad perejil). A pesar de que este chimpancé era un gladiador muy violento, cuando no estaba peleando en el coliseo era una persona muy cortés. (Gabriel Pereira)
PALABRAS GRAVES (O LLANAS)
La princesa muchas veces miraba por la ventana de su torre y pensaba qué era lo que le pasaba, qué problema tenía para que en su cabeza su castillo de blanco mármol y fino cristal fuese la más grande de las cárceles. También pensaba en ello cuando paseaba con su doncella por los jardines, a la hora en la que el sol bañaba los muros del palacio . Aquel día que se le permitió salir sola al patio lo pensó más que nunca y la princesa, no supersticiosa pero sí falta de convicción, se dijo a si misma que si encontraba una señal escaparía de su familia y de su corona. Aunque tuviese que cavar un túnel o atravesar montañas, por muy difícil que fuese, ella no sería la líder de su reino. Y fue entonces cuando ante ella vio muy nítido un trébol de cuatro hojas, señal de su destino. Aquella misma noche, la princesa robó provisiones de la cocina y anudó sus sábanas de fina seda hasta conseguir una larga soga. Las vistas desde las ventanas de su torre eran de campos y huertos con lechugas y tomates de un deseable verde color vida, aunque en oscuridad del crepúsculo no se apreciase (Clara Cons)
-Hola ¿qué tal?
-Hola, yo bien, ¿y tú?
-Yo bien, una pregunta; ¿Estudiaste para el examen del miércoles?
-Sí. El sábado estuve con las palabras tónicas y las átonas; pero hoy acabaré de estudiar las palabras esdrújulas. Si quieres al acabar podemos jugar un rato.
-Vale, pero no tanto que, si no a mi madre le da un arrebato de cólera y no me deja jugar más. Y aparte de eso el micrófono con el que juego no puede usarse mucho tiempo seguido. Creo que tiene un parásito.
-Se dice virus y un micrófono no puede coger uno.
-Ahhh, entonces estará estropeado. Aprovecharé cuando vaya al podólogo y compraré uno muy rápidamente, nada más salir de la consulta. Aunque pensándolo bien, en vez de comprar eso rápido le voy a decir que hagamos la compra normal. ¿necesitas algo?
-Sí, si me pudieras coger pasta dentífrica y 100 gramos de lomo ibérico. Este último si puede ser de la marca “marítimo”. Te lo agradecería.
-Pues mañana ya te lo doy.
-Chao y muchas gracias.
-Chao, de nada.
(Manuel Corredoira)
Había una vez un joven que vivía en un lugar con un clima muy caluroso todo el año. Su abuela comía mucha lechuga a todas horas y además le echaba azúcar. Pero había un problema: su abuela siempre iba al mismo sitio a buscar la lechuga, pero iba en coche y pasaba por un túnel con la ventilación estropeada y a ella no le sentaba nada bien el calor, por lo que cada día estaba peor. Entonces fue cuando el joven decidió construir otro túnel. Fundó una empresa de construcción llamada Trébol de la que él era el líder y, aunque fue muy difícil, como él era muy hábil construyó un túnel de mármol con muy buena ventilación. Todo fue bien hasta que la policía lo llevó a la cárcel, porque la empresa que había montado era ilegal. Y así pasó esos cuatro años en la cárcel, ojeando su álbum de fotos. (Lucas Otero)
Mi abuela que todavía es joven y hábil. Ella vive en Marcón (un lugar que tiene un clima lluvioso) planta lechugas, las corta en su encimera de mármol y les echa azúcar. Esta semana estuvo ordenando unas fotos antiguas y las guardó en un álbum. Ayer encontré un trébol de cuatro hojas debajo de un túnel y se lo regalé a mi primo que es un líder porque metió a un ladrón en la cárcel.(Álex Pereira)
Estaba viendo el álbum de recuerdos y vi una foto de mi abuela de joven. Estaba posando bajo un túnel que conducía a una cantera de mármol y sostenía un trébol en la mano. Al ver la foto, recordé que ella era muy hábil en la cocina, preparaba hasta el plato más difícil. Le encantaba el azúcar, se lo echaba a todos los alimentos y platos, incluso a la lechuga. Mi abuelo acabó en la cárcel y mi abuela al quedarse sola en casa, decidió montar un grupo llamado “El clima de la vida”, del que fue durante varios años.( Sara Pérez)
Llevamos dos meses encerrados en nuestra casa.
Un día nos despertamos y de pronto ya no teníamos abrazos, besos, colegio..., y sin embargo nos acompañaba un virus desconocido llamado Coronavirus.
Hemos batido el récord de días encerrados y nuestra casa se ha convertido en una cárcel.
A mis amigos y familia solo los puedo ver a través del móvil o la tableta. Es muy difícil esta cuarentena. Cuando antes se podía hacer de todo, ahora solo se pueden hacer cosas limitadas y con todos los comercios y tiendas cerrados.
Esta cuarentena resulta útil para algunas cosas, como por ejemplo, pasar tiempo con tus padres y hermanos o hacer tareas olvidadas.
La parte positiva de este virus es que ahora estamos más unidos que nunca y que ya estamos alcanzando el final de este túnel.
(Nuria Redondo)
Había una vez un joven líder de un equipo de baloncesto. Una tarde que no había buen clima, él tenía que ir a casa de su abuela y por el camino se encontró un trébol de cuatro hojas. Pensó que le daría suerte, pero nada más lejos de la realidad. Para cenar en casa de su abuela había lechuga, la comida que menos le gustaba pero, por suerte, de postre su abuela le había preparado unas filloas con azúcar. Después de cenar su abuela le enseñó un álbum con fotos de la cárcel… Él se extrañó y su abuela le dijo que había unos años la habían confundido con una criminal muy peligrosa y la habían llevado a la cárcel, le contó que ella había pedido salir, pero no le habían hecho caso así que tuvo que escapar. Las celdas eran de mármol así que sabía que no podía escapar por allí así que ideó un plan muy difícil: salió hasta el patio donde comían los presos y allí, en una esquina, empezó a cavar un túnel. Ella era muy hábil, así que no le costó mucho fugarse. Después de aquella historia su nieto no volvió a visitarla. (Héctor VIllar)
PALABRAS ESDRÚJULAS
El sábado Álvaro se tomó una tónica con una tapa de jamón ibérico muy rápido porque tenía que ir al podólogo. Como no lo pudo saborear entró en cólera. Al día siguiente fue a andar al paseo marítimo para relajarse y continuaba con el mal sabor de boca. Se encontró con unos periodistas que estaban haciendo un documental sobre la vida cotidiana de las personas. Le preguntaron con un micrófono sobre sus hábitos de vida, entonces se acordó del día anterior y de la prisa con que vivía. Se preguntaba si un parásito vivía mejor (Paco Lamas)
Érase una vez una esdrújula que vivia con las graves y las agudas su padre eran las sobresdrújulas que le pedia el máximo de él. En el colegio tenia que ser el mejor en cualquier asignatura. Su madre era mas tranquila y no le pedía tanto él. Tenia teléfono, pero, su padre se lo quitaba a todas horas y no se podía divertir. Él reciclaba el plástico y también el papel. Un día conoció a sílaba su alma gemela. Él no era muy romántico pero ela si. El tiempo paso rápido y se casaron tuvieron un niño fantástico, atlético y cómico. (Iago Martínez)
El sábado en el paseo marítimo. Un hombre gritaba con un micrófono que su hijo era un parásito que en un examen de acentuación había sacado un cero porque no sabía lo que era una sílaba tónica , átona y que las palabras esdrújulas llevaban tilde siempre. Llegó la policía y le dijo que debería ir al psicólogo y el les contestó que ni psicólogo ni podólogo que se marchaba a su casa a tomar un bocata de jamón ibérico. (Ángel Mourelo)
El sábado cayó un parásito en mi dentífrico, y luego se cayó en mi pie, por lo que fui al podólogo. Me habló muy rápido a través de un micrófono, dicéndome cosas como: la sílaba tónica no es átona, y se puede ver en la esdrújula. Entré en cólera, pues no entendía nada. Así que me fui al paseo marítimo a comer un jamón ibérico.
(Lucas Outeda)
La profe de lengua el viernes nos puso deberes para el sábado y toda la clase entró en cólera porque nos daba mucha pereza hacerlos. Nos mando escribir un texto con palabras átonas y tónicas, pero ponía un límite de tiempo así que teniamos que ser rápidos, también nos dijo que podíamos meter alguna que otra palabra esdrújula. El lunes, cuando tuvimos que leer nuestros textos, la profe nos dió un micrófono para que nos pudiese oír mejor. Mi texto trataba sobre un podólogo que se lavaba los pies con un dentífrico oral b. Al final la profe nos aprobo a todos. :)) (Paula Parada)
La sílaba "fri" acababa de entrar en cólera. Estaba harta de ser la sílaba átona en "dentífrico". Ella que siempre había querido tener la voz cantante. Le daba igual ser esdrújula, llana o aguda, solo quería un poco de protagonismo. Aunque hablase con un micrófono, nunca llegaría a ser tan fuerte como "tí", la sílaba tónica. Ni siquiera el jamón ibérico (su comida favorita) o su amigo "go" (otra sílaba átona, pero esta vez de podólogo) podían quitarle todo el enfado que tenía encima. Era un sábado, como otro cualquiera, cuando "fri" explotó en toda su ira. Fue todo tan rápido...
(Caterina Solla)