Creado por María José Espinosa
hace más de 5 años
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ÍNDICE 1. Contexto cultural 2. Contexto filosófico 3. El método cartesiano: Segunda parte del "Discurso del Método" e Ideas para su justificación 4. La estructura de la realidad: la teoría de las tres sustancias. Cuarta parte del "Discurso del Método"e Ideas para su justificación. 4.1. La duda metódica: procedimiento cartesiano para llegar a la primera verdad. 4.2. La primera certeza y el criterio: "pienso, luego existo". 4.3. Las ideas 4.4. La demostración de la existencia de Dios 4.5. La demostración del mundo (Res extensa) 5. Relación con otra posición filosófica: Descartes-Ortega y Gasset 6. Actualización del tema: Matematización y desarrollo científico y mecanismo. El mecanismo cartesiano y el problema Mente-Cuerpo
1. Contexto Cultural En 1637 se publica en Holanda el Discurso del método para dirigir adecuadamente la razón y buscar la verdad en las ciencias. Hacia la mitad del siglo XVI comienzan en Europa una serie de crisis en el plano social con el desarrollo de la burguesía y en el plano ideológico con la necesidad que se experimenta de una nueva concepción del mundo basada en el concepto de Razón. Los modelos construidos en la Edad Media y las soluciones propuestas por el Renacimiento no eran suficiente garantía para responder a las necesidades del momento, poniéndome de manifiesto la poca operatividad del sistema aristotélico-tomista. Sin embargo, el desarrollo del pensamiento cartesiano se enmarca en el Renacimiento con el antropocentrismo, la consolidación del humanismo y el desarrollo de la ciencia. La mitad del siglo va perdiendo fuerza la creencia en hechicerías y ganando terreno la mentalidad racionalista por influencia del cartesianismo que se manifiesta en primer lugar en el campo de la astronomía con Kepler y Galileo y de la medicina con Harvey, que descubre la circulación de la sangre y los movimientos del corazón. El desarrollo de las matemáticas con Gassendi, Descartes, Leibniz y de la física Newton con la ley de gravitación universal. Estos descubrimientos ahondan el enfrentamiento entre los partidarios de la teoría de Aristóteles y los partidarios de las de Copérnico. En el ámbito de la cultura observamos dos fenómenos: El barroco y el Clasicismo. El barraco domina la mitad del siglo y es popular, el clasicismo empieza a desarrollarse a partir de la segunda mitad, cuando Descartes ya ha muerto. El Barroco expresa la crisis rompiendo el equilibrio y la armonía renacentistas, exaltando l exceso y la desmesura. Los edificios se hacen más dinámicos mediante el aumento de la curvatura, las imágenes adoptan posturas forzadas y en pintura se resalta el contraste cromático. Todo es cambio, mutación, no hay nada estable. La realidad se reduce a apariencia. La vida se representa como un sueño o como un teatro pero no un sueño placentero, sino como una pesadilla. El Clasicismo propugna la imposición de una ley y orden racional, claridad y la sencillez, que era lo que buscaba Descartes, frente a las distorsiones y excesos del Barroco.
2. Contexto filosófico Aunque la filosofía de Descartes destaca por su originalidad, su pensamiento registra diversas influencias. La primera influencia viene de aquellas filosofías de la antigüedad griega que resurgieron en el Renacimiento y más concretamente el escepticismo, que rechaza, y del estoicismo, que admite en sus reglas provisionales de la moral. En efecto, la crisis y pérdida de referentes de la época trajo el escepticismo como Michel de Montaigne, que sostuvo la imposibilidad de encontrar nuevos referentes sólidos para alcanzar la verdad. Por eso la estrategia cartesiana empezará por vencer el escepticismo transformando la duda escéptica en metódica. Por otra parte, conviene resaltar la postura de Descartes ante la filosofía escolástica, ya que aunque la descalifica abiertamente, no es capaz de superar por completo algunos de sus conceptos y planteamientos. Sigue usando la noción de sustancia para referirse al yo. Filosóficamente, lo más notorio es la polémica entre el pensamiento racionalista continental (Descartes, Spinoza, Leibniz) y el empirismo inglés (Bacon, Hobbes, Locke, Hume) El racionalismo ve en el pensamiento, en la razón que posee ideas innatas, la fuente principal del conocimiento humano. Por el contrario, el empirismo defiende que la única fuente de conocimiento humano es la experiencia. No hay idas innatas y la mente está por naturaleza vacía. Todos nuestros conceptos proceden de la experiencia. El Discurso del Método (1637) no constituye una obra independiente, sino que iba acompañada de tres tratados científicos: La Dióptrica, Los Meteoros y La Geometría. A esos tres tratados Descartes antepuso una extensa introducción. De las seis partes que configuran esta obra, tan sólo la primera, segunda y cuarta ofrecen mayor interés filosófico. En la primera parte se sientan las bases de una nueva teoría del conocimiento. La segunda parte contiene las famosas cuatro reglas del método, precedidas por una crítica a la lógica clásica y al silogismo. Pero es en el cuarta parte donde se exponen las ideas esenciales, indicándose cómo se llegó a la primera verdad – pienso luego soy- En la Tercera parte expone Descartes su “moral provisional”. En la quinta, resume las cuestiones que contenía su tratado sobre “El mundo” que decidió no publicar por la condena de Galileo en 1633. En la sexta y última parte nos dice el autor qué cosas juzga necesarias para proseguir en la investigación de la naturaleza y nos revela las razones que le impulsaron a escribir y a publicar la presenta obra.
3. El método Cartesiano Segunda parte del Discurso. Ideas para la justificación a) Una reconstrucción del saber desde sus mismas raíces. b) La unificación de todas las ciencias en una sola. Todo lo anterior es posible, ya que, según Descartes: Existe un método universal, único para todas las ciencias. Aunque existen ciencias distintas, todas ellas forman una unidad orgánica En este sentido podemos considerar a la filosofía de Descartes como una filosofía de la cautela, de precaución en no caer en los errores del pasado. El comienzo de la edad moderna se caracteriza por la búsqueda de un método nuevo, que venga a sustituir el silogismo aristotélico. El criterio de verdad del que fundamentalmente se servían los escolásticos era el de autoridad. Pero ahora la razón no reconoce más autoridad que ella misma. Este criterio ya no sirve. Orígenes del método Para determinar el método de investigación Descartes se fija en los tres saberes que le parecen más significativos: la lógica, el análisis de los geómetras y el álgebra. Descartes critica de la lógica tres cosas: la primera, argumentación lógica (los silogismos) no sirve para aumentar el conocimiento, sino para explicar lo ya sabido, por tanto, es incapaz de descubrir verdades nuevas, ya que se construye con razonamientos cuya conclusión está ya dada en la premisa mayor. La segunda, que la lógica se puede utilizar para hablar sin fundamento de lo que se sabe. Y la tercera, que la lógica está mal organizada, combinando reglas correctas y adecuadas, con otras inadecuadas o innecesarias. Bacon dirá en el Novum organum que sirve más para consolidar errores que para inquirir la verdad, y que es más perjudicial que útil. El método que usaban los escolásticos era el silogismo aristotélico, que consistía en deducir una conclusión a partir de una premisa general y de otra particular. El análisis tampoco porque está constituido de forma casi exclusiva por operaciones a base de figuras. Y el álgebra se centra sólo en el uso de reglas y cifras. La razón, como facultad de distinguir lo falso de lo verdadero, es por naturaleza igual en todos los hombres, y por lo tanto lo que distingue a unos de otros es la manera método- de usarla. De la unidad de la razón se deduce también la unidad del saber. Las ciencias están todas íntimamente ligadas entre sí, de modo que es más fácil aprenderlas todas juntas que una sola y se extravía el que trata de conocer una sola ciencia diversificando su razón. De aquí también que sea tan importante encontrar un método adecuado. Definición de método: el conjunto de “reglas ciertas y fáciles, gracias a las cuales el que las observe no tomará nunca lo falso por verdadero y llegará, sin gastar esfuerzo alguno de la mente, sino siempre aumentando gradualmente la ciencia, al verdadero conocimiento de todo aquello de que sea capaz” Reglas del método: La evidencia es el criterio de la verdad. No aceptar como verdadera alguna cosa si no sabemos con evidencia que loes. La evidencia consiste en la claridad y distinción. Claro es “aquellos presente y manifiesto a un espíritu atento”. Lo distinto se opone a lo confuso se define como “aquello que es tan preciso y diferente a lo más que sólo comprende lo que manifiestamente aparece al que lo considera como es debido. Una idea puede ser clara sin ser distinta, pero di es distinta ha de ser clara también. No admite ningún grado intermedio entre la certidumbre absoluta y la ignorancia. El acto del entendimiento por el cual se alcanza un conocimiento evidente es la intuición, que es el acto de la evidencia o la verdad. “No el testimonio cambiante de los sentidos, sino la concepción de un espíritu puro y atento, concepción tan fácil y distinta que no queda ninguna duda sobre lo que comprende” o “el acto que sale de la sola luz de la razón. Intuición intelectual se producen las ideas claras y distintas. Hay que evitar dos vicios fundamentales en la búsqueda de la verdad: La precipitación o tomar por verdadero lo que no es. Se produce por un exceso de confianza. Contra ella propone la circunspección. La prevención o negarse a aceptar la verdad de lo que es evidente, lo que es claro y distinto. Es el vicio opuesto a la precipitación. 2. El análisis: “Dividir cada una de las dificultades que examinare en tantas partes como fuera posible y en cuantas requiriese su mejor solución. La división de las dificultades tendrá un límite, que está representado por lo que llama en las Reglas “naturalezas simples” que se definen como los elementos indivisibles, que constituyen el último término del conocimiento más allá del cual no podemos ir. Representan el último momento del análisis y el primero de la síntesis. Se captan por la intuición. 3. Una vez que la división de las dificultades nos permite alcanzar las “naturalezas simples” se aplica la síntesis, que nos aconseja conducir ordenadamente los pensamientos, “comenzando por los objetivos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los más complejos”. El segundo y tercer precepto constituyen el núcleo fundamental del método cartesiano. Ambos están íntimamente ligados. Una vez concluida la labor de la intuición por la que se alcanzan las naturalezas simples, comienza el momento de la deducción que es la “operación por la cual se infiere una cosa de otra”. No hay que confundir el método con la intuición y la deducción. 4. Pero para tener seguridad sobre razonamiento hay que tenerla sobre cada uno de las etapas. Por eso la cuarta regla nos aconseja: “Hacer en todo enumeraciones tan complejas y revisiones tan generales que estemos seguros de no omitir nada”. Según este cuarto precepto hay que ordenar y enumerar estos elementos para no omitir nada. El ejemplo cartesiano es el de la cadena: sólo podemos estar seguros de la solidez de la cadena su la hemos recorrido sin omitir ningún eslabón.
¿En que se inspiró Descartes para elaborar su método? El método que lo inspiró fue el seguido por los geómetras. La matemática es la única ciencia que logra alcanzar demostraciones ciertas y evidentes. El método lo llevará a la búsqueda de un saber seguro, que le permitirá pensar que no habría ninguna verdad tan alejada ni inasequible como para que el conocimiento humano no pudiera acceder a ella. Es el optimismo racionalista: la fe en la capacidad de la razón. Descartes considera que lo hace verdaderos los conocimientos matemáticos es el método empleado para conseguirlos. No es que haya en las matemáticas una estructura que hace inevitablemente verdaderos sus conocimientos sino que es el método que utilizan los matemáticos lo que permite conseguir tan admirables resultados. La aplicación del método a las matemáticas, obteniendo el primer éxito: la geometría analítica. Por ello, propone “aplicarlo con igual utilidad a dificultades propias de otras ciencias”. Pero se debe comenzar por establecer la certeza de los elementos en los que se apoya el resto de conocimientos. La metafísica establece esos primeros principios. Por tanto, se debe aplicar el método a la filosofía, donde Descartes no encuentra “ningún conocimiento cierto” Con la aplicación del método a las matemáticas Descartes ha obtenido dos ventajas que puede generalizar a cualquier otro tipo de conocimiento. Estas son: 1) es un método racional, que sólo usa la razón, 2) permite a la mente entender las cosas con más claridad y distinción.
4. La estructura de la realidad: La teoría de las tres estructuras. (Cuarta parte del "Discurso del Método" Descartes distingue tres esferas o ámbitos de la realidad: Dios o Sustancia infinita (res infinita); el yo o sustancia pensante (res cogitans) y los cuerpos o sustancia extensa (res extensa). La duda es, por tanto, teorética, ya que inicialmente no afecta al ámbito moral y es universal porque puede aplicarse a todos los conocimientos teóricos.
4.1. La duda metódica: procedimiento cartesiano para llegar a la primera verdad. Radicalidad de la duda: la duda es progresiva, pues en ella distinguimos cuatro niveles de amplitud y radicalidad, aunque el Discurso sólo expone tres. -El primer nivel se refiere a los sentidos. Dudar de los sentidos nos permite dudar de que las cosas sean cómo las percibimos. -La imposibilidad de distinguir el sueño de la vigilia. Esta razón para dudar parece afectar a la existencia de las cosas y del mundo, pero no a ciertas verdades, como las verdades matemáticas. -A pesar de la certidumbre de las verdades matemáticas, en su esfuerzo por eliminar todo `posible error, logrará mostrar que tales verdades no son absolutamente indudables, porque algunas veces ha incurrido en paralogismos al tratar cuestiones relacionadas con la geometría. -La hipótesis del genio maligno, permite extender la duda a todo el ámbito del saber. 4.2. La primera certeza y el criterio: “pienso, luego existo”. Críticas al cogito cartesiano. Esta duda conduce a una primera verdad absoluta e inmune a toda duda: la existencia del propio sujeto que piensa y duda. En efecto, si duda de todo, al menos es cierto que piensa. Esto es lo que expresa Descartes con su “COGITO, ERGO SUM”, que es una verdad tan firme que ni las más extravagantes de las dudas escépticas podrían atentar contra ella. Puedo dudar de la existencia de lo que veo, imagino o pienso, pero no puedo dudar que lo esté pensando y que, para pensarlo, tengo que existir.
Análisis del yo pienso y consecuencias. Primera consecuencia: la esencia de la sustancia pensante. Lo único cierto es un sujeto cuyo modo de ser es pensar, que es su naturaleza, esencia o atributo. Segunda consecuencia: el yo es el alma, que define esencialmente al hombre. A su vez, al alma lo define su ser pensamiento. Tercera consecuencia: el dualismo antropológico. El yo o alma no necesita de ninguna condición material. Por ello, es independiente y distinta. Cuarta consecuencia: el alma es más fácil de conocer que el cuerpo, ya que de ella tenemos una certeza inmediata e intuitiva. Quinta consecuencia: la inmortalidad del alma. Si el alma es pensamiento y independiente del cuerpo, entonces es inmortal, ya que para ser, no necesita del cuerpo. El concepto de sustancia es una cosa que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir. Descartes reconoció que esta definición sólo puede ser aplicada de modo absoluto a Dios, pero el cogito es el primer principio en el orden subjetivo o del conocimiento de certezas. Descartes descubrirá que el yo depende de Dios, el primer principio en el orden del ser. La primera certeza encontrada es el yo, no Dios. El objetivo último de la filosofía cartesiana al afirmar que alma (pensamiento) y cuerpo (extensión) constituyen sustancias distintas es salvaguardar la autonomía del alma respecto de la materia. Porque la ciencia clásica, cuya concepción de la materia comparte Descartes, imponía una concepción mecanicista y determinista del mundo material, en el que queda poco o ningún sitio para la libertad. La primera verdad y la primera certeza es también el prototipo de toda verdad y de toda certeza, es decir, es el criterio de todo lo que hayamos de considerar como verdadero en adelante. Todo cuanto perciba con igual claridad y distinción que esta primera verdad, será verdadero y podré afirmarlo con toda certeza. Hay una grave consecuencia que se deriva del planteamiento cartesiano: el encierro del sujeto dentro de sí mismo. Esto podríamos resumirlo con el término solipsismo.
4.3. Las ideas. El yo sólo existe como ser pensante, que tiene ideas. Sólo sé que soy, dice, pero aún no sé qué cosa soy. No le queda otro remedio que deducir la existencia de la realidad externa a partir de la existencia del pensamiento. De una primera verdad absoluta se han de extraer todos los demás conocimientos, incluido nuestro conocimiento de que existen realidades extramentales. Para hacer esta deducción Descartes cuenta con (yo pienso, cogito) y las ideas que piensa el yo. Las ideas, objeto de mi pensamiento. Concluye Descartes que el pensamiento recae directamente sobre ideas, es decir, que el pensamiento piensa siempre ideas. Para Descartes, el pensamiento no recae sobre las cosas sino sobre las propias ideas de las cosas. Aquí la idea no es ya una lente transparente, sino una representación mental, algo así como una fotografía que contemplamos en nuestra mente Las ideas como realidad objetiva y como acto mental. Descartes distingue dos aspectos en las ideas: actos mentales o “modos del pensamiento”, y contenido objetivo. Como actos mentales, todas las ideas tienen la misma realidad, pero en cuanto a su contenido objetivo su realidad es diversa y distinta porque representan seres con distintos grados de realidad. Clases de ideas Descartes distingue tres tipos de ideas: ideas adventicias, parecen provenir de nuestra experiencia externa. Ideas facticias, las que construye la mente a partir de otras ideas. Ninguna de estas dos clases de ideas puede servirnos para demostrar la existencia de la realidad extramental. Las ideas más importantes –aunque menos numerosas, son innatas.
4.4. La demostración de la existencia de Dios Así, pues, el próximo problema que tratará de resolver Descartes será el de la demostración de la existencia de Dios mediante tres argumentos: dos causales y el tercero ontológico. La idea que poseo de un ser perfecto debe ser explicada y, con el primer argumento causal, Descartes demostrará que Dios es la causa de dicha idea, ya que sólo puede haber sido causada en el yo por un ser que tenga tanta realidad formal como realidad objetiva tiene su idea correspondiente. Ahora bien, la sustancia pensante es imperfecta porque duda. Pero entre sus ideas se encuentra la idea de ser perfecto. Segundo argumento causal. Si yo soy imperfecto, pero poseo ideas de cosas perfectas. , entonces tiene que existir una causa que me haya hecho con tales ideas. Esa causa tiene que ser Dios, pues sólo él tiene esas perfecciones de las que yo tengo ideas. Demostrada la existencia de Dios, Descartes deduce su naturaleza o esencia, sin olvidar que Dios no es completamente cognoscible por mí, pues mi entendimiento es finito. El hombre es un ser compuesto de alma y cuerpo, pero Dios, será un ser simple. El tercer argumento es una reformulación del argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury en relación con las demostraciones de la geometría. Lo que el criterio de verdad garantiza es la verdad de la demostración, no la existencia del objeto.
Crítica a la doctrina escolástica del conocimiento Una vez demostrada la existencia de Dios, Descartes afirma que no sólo el alma, sino también Dios, es más fácil de conocer que lo sensible. Por tanto, la idea de Dios y del alma no son adventicias, pero tampoco son facticias. Son innatas. Deducción de la existencia del mundo Entramos en la tercera deducción metódica. Una vez demostrada la existencia de Dios, Descartes deduce que todo lo que proviene de Él, o, o sea, el mundo y la mente, es verdadero. Lo primero que hace Descartes es fundamentar la certeza del conocimiento sensible. Otra prueba de que Dios y el alma son mejor y más fáciles de conocer que lo sensible es que su conocimiento necesita del conocimiento de Dios. Aunque se tenga la “seguridad moral” de que el mundo existe, no se puede tener la “certeza metafísica” de su existencia hasta haber demostrado que Dios existe. En segundo lugar, tampoco es válido el criterio (la regla) antes aludido de la claridad y la distinción, si no se admite la existencia de Dios que, como ser perfecto, no nos ha podido construir mal. En tercer lugar, la existencia de Dios también fundamenta el conocimiento matemático. En cuarto lugar, la existencia de Dios fundamenta la existencia del mundo. https://www.webdianoia.com/moderna/descartes/desc_cogito.htm 4.5. La demostración del mundo (Res extensa). Puesto que Dios existe y es infinitamente bueno y veraz, no puede permitir que me engañe al creer que el mundo existe, luego el mundo existe. Utilizando la regla de la evidencia, tenemos que admitir como cualidades objetivas la extensión, el movimiento, la figura, la situación, la duración. Pero hay otras cualidades, secundarias, que son subjetivas; el color, el olor, el sabor, el sonido, etc. Dios sólo garantiza la existencia de un mundo constituido exclusivamente por la extensión y el movimiento (cualidades primarias).
5. Relación con otra posición filosófica: Descartes-Ortega y Gasset
La filosofía de Ortega se construye frente al modelo de razón propuesto por el racionalismo de Descartes. Y lo hace en dos frentes: oposición a la importancia concedida por Descartes al sujeto del conocimiento oposición a la sobrevaloración cartesiana de la razón frente a la vida; de estas oposiciones surgirán sus doctrinas perspectivística y raciovitalista. Ortega, considerando las líneas esenciales de la historia de la filosofía, considera que ésta ha transcurrido por dos etapas, que surgen como respuestas ante la relación entre razón y ser e lo subjetivo y lo objetivo: realismo e idealismo. La postura realista consiste en conceder primacía, independencia y capacidad de imposición a las cosas sobre el hombre, es decir, el realismo es una filosofía que se construye exclusivamente en torno a las cosas. La postura idealista es la nueva actitud vital y filosófica que transcurre desde el Renacimiento hasta el siglo XX. Surgió como una crítica y superación del realismo; frente a la primacía que el realismo le otorga a las cosas, para el idealismo será la razón, el sujeto humano. . Es decir, es una filosofía que se construye exclusivamente en torno al sujeto. Frente a este antagonismo, para Ortega lo auténticamente real es el yo y las cosas, un yo permanentemente referido a las cosas. Además, las cosas no son algo ajeno al hombre, sino que forman parte de su vida. Ese encuentro, entre el yo y las cosas es lo que Ortega entiende por “vida”. Lo auténticamente real es el yo y las cosas, constituyentes inseparables de la vida. Por ello, la vida es la realidad radical, es el “absoluto conocimiento”. Tanto el realismo como el idealismo caen en el mismo error, a, al ignorar la vida como realidad radical, como coexistencia en un mismo plano del yo y las cosas, de lo subjetivo y lo objetivo. El racionalismo cartesiano disuelve el mundo exterior a favor del yo, de la “sustancia pensante”. Para Ortega, no puede existir el yo sin las cosas, sin mundo. No puedo hablar de las cosas sin el yo, pero tampoco puedo hablar de un yo sin las cosas. . Por ello, el idealismo cartesiano es una filosofía que “va contra la vida”. Para Ortega, la vida es un continuo intercambio entre el yo y la circunstancia, un intercambio dirigido por la razón, hasta el punto de que, para Ortega, vivir es razonar. Ortega plantea su concepción de la perspectiva como el único modo válido de superar el dilema que, habían desarrollado tanto el dogmatismo racionalista de Descartes como el escepticismo. Para Ortega, ni es válida la postura del racionalista dogmático, para el que la verdad es una, la suya, y pretende imponerla a los demás; ni tampoco es válida la del escéptico, que, ante la variedad de opiniones, concluye que no hay ninguna verdad. En este punto, la posición correcta es otra: la verdad tiene muchas caras, y dependiendo de la perspectiva desde la que miremos, nos ofrecerá aspectos distintos; de ahí que Ortega afirme que “la sola perspectiva falsa es la que pretende ser la única”. Y éste es el principal error que comete Descartes en su concepción de la verdad, “error inveterado” lo llama Ortega, el ignorar el carácter plural e histórico de la verdad, la cual no puede ser ajena a la perspectiva vital e histórica desde la que se la concibe. Para Ortega, no podemos adoptar un criterio de verdad abstracto como el de la evidencia, la verdad no se construye desde la razón lógico-matemática, sino desde una razón vital. Por otro lado, Ortega también se opone a la concepción de la razón presente en Descartes. El raciovitalismo, supone una reflexión sobre las perspectivas radicales en las que el ser humano está situado: Ortega se propone, a través de “razón vital”, superar la dicotomía a la que se había llegado al concebir la razón como fundamento de la verdad, del conocimiento, de la objetividad, frente a la vida, que representaría lo particular, lo mutable, lo irracional, el deseo, la pasión. Para Ortega, razón y vida, no es irreconciliables, sino que, son inseparables. Ortega se ve forzado a criticar el vitalismo a favor de la vida, entendida ésta como una vida que no puede ser vivida sin la razón. También se ve en la obligación de criticar al racionalismo en nombre de la razón. A este último le reprocha el no admitir la existencia de zonas de irracionalidad, de áreas de la realidad opacas a la razón. En definitiva, el planteamiento de Ortega, frente al de Descartes, busca un nuevo fundamento para la reflexión filosófica. La filosofía, no puede construirse más tomando como referencia una razón abstracta, que tome como modelo el saber matemático; ha de hacerse desde la propia vida e historia humanas, y ése era, el tema de su tiempo, a juicio de Ortega. https://www.xuletas.es/ficha/comparacion-ortega-descartes/
6. Actualización del tema: Matematización y desarrollo científico y técnico. El mecanismo cartesiano y el problema Mente-Cuerpo El Discurso propone un método y un criterio de verdad que son herederos de las matemáticas y de esta forma todas las ciencias conseguirán una certeza semejante. Matematización característica impregnados casi todos los ámbitos de la ciencia occidental. El conocimiento de las cosas se consigue cuantificándolas, es decir, reduciéndolas a magnitudes y hallando luego las relaciones entra esas cantidades. El desarrollo de las ciencias sociales y humanas también se explica como consecuencia de la nueva visión del ser humano que vino con el cartesianismo que han podido sustraerse a la matematización. Pero la matematización por sí sola no hubiera propiciado el desarrollo científico si no hubiera ido acompañada por la autonomía de la razón. Sólo una razón independiente de la religión puede llegar a la verdad. Descartes se convierte en una referencia básica del proceso de laicidad. Separación entre razón y fe ha contribuido también a la aparición de posiciones ateas o agnósticas. Es evidente que el pensador francés no es ni una cosa ni otra, ya que la razón llega a la certeza de Dios. La modernidad ha perdido el optimismo racionalista y el hombre contemporáneo ya no cree poseer una razón tan poderosa como para afirmar de modo claro y distinto la existencia de Dios, es decir, el racionalismo optimista ha desembocado en un racionalismo agnóstico. Las demostraciones de la existencia de Dios han caído en desuso. Se considera que no es posible demostrar la existencia de Dios ni desde la ciencia ni desde la filosofía; la ciencia porque su propio método se lo impide. En filosofía tampoco existe un argumento válido. El dualismo antropológico. El problema mente-cuerpo es una de las cuestiones más interesantes en la filosofía contemporánea. Las posiciones dualistas han suavizado sus compromisos metafísicos; es difícil encontrar hoy día algún defensor del dualismo clásico o dualismo de sustancias. Si existen, otras formas de dualismo que pretenden ser compatibles con los postulados de las ciencias físicas y con las neurociencias. Estas nuevas formas de dualismo se conocen como dualismo de propiedades. Podemos distinguir entre las propiedades físicas de cerebro y las propiedades mentales. Defensores de esta posición serían Jerry Fodor, H. Putnam, J. Searle, y en general todos aquellos filósofos que se encuentran cómodos dentro de las posiciones funcionalistas y la Teoría Computacional de la Mente. Frente a las posiciones dualistas, existen posiciones fisicalistas, que se oponen a esa distinción entre propiedades mentales y físicas. Estas posiciones se definen como reduccionistas, pretenden dar una explicación de los procesos cerebrales en términos exclusivamente neurofisiológicos. Teoría Neurocomputacional de la Mente, vinculada a los modelos conexionistas desarrollados en el campo de la I.A., y la doctrina filosófica que se suele asociar a ella, Materialismo Eliminativo desarrolladas por Paul y Patricia Churchland, conforman la posición reduccionista en Filosofía de la mente. Hay que tener en cuenta que una explicación mecanicista encajaría bien en el modelo de ciencia en el que Descartes pensaba. Si recordamos, esta era un árbol cuyas raíces serían la metafísica, el tronco sería el equivalente a la física, y las ramas representarían las distintas ciencias. El sistema, estará completo cuando todas las ramas queden conectadas con el tronco. Este modelo de ciencia, podría reconocerse como una posición reduccionista.
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