Creado por Vanessa Monreal
hace más de 9 años
|
||
P¿Por qué como docente enseñas la perfección en lugar de la excelencia? El artículo de hoy quiere incidir en la importancia de diferenciar entre la perfección y la excelencia. Es más, quiere incidir en el peligro de buscar la perfección y el reto que implica la enseñanza desde la excelencia. La escuela de hoy es una escuela que busca a cualquier precio la perfección de tus alumnos y se olvida completamente de que lo importante no es ser perfectos, sino correctos.Final del formulario La perfección como enemiga de la excelencia. Enseñar desde la perfección es un error. ¿Por qué? Aquí tienes mis razones: La perfección siempre busca lo inalcanzable. La perfección es limitada. La perfección es programada. La perfección implica que nunca se es lo suficientemente bueno. La perfección fomenta la procrastinación, es decir, se acaban retrasando actividades o situaciones que son prioritarias por otras menos relevantes. La perfección teme el error y el fracaso. La perfección conlleva ser codicioso y envidioso. La perfección relega a un segundo plano lo ético y lo moral. La perfección fomenta el individualismo. La perfección no reconoce las limitaciones de uno mismo. La perfección mina la autoestima. La perfección prima el resultado. La excelencia como reto. Enseñar desde la excelencia es el reto que deberías asumir como docente. ¿Por qué? Aquí tienes mis razones: La excelencia se centra no en lo perfecto, sino en lo correcto. La excelencia ve en el error un proceso más del aprendizaje. La excelencia no conoce límites y siempre tiene margen para la mejora. La excelencia es espontánea. La excelencia es un ejercicio de generosidad porque se centra en lo que puedes dar y no en lo que te gustaría poseer. La excelencia mejora la autoestima y ayuda al crecimiento personal a partir de la confianza depositada en uno mismo. La excelencia valora el proceso. La mariposa de Austin, anécdota formativa
¿Quieres crear tus propios Apuntes gratis con GoConqr? Más información.