Experiencias cercanas a la muerte del alma

1.6. EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE DEL ALMA Uno de los puntos donde hay una intersección significativa y duradera de los intereses de muchos filósofos con los intereses de muchas personas de todas las clases y condiciones es la preocupación por la naturaleza y la importancia de muerte. ¿Cómo deberíamos nosotros entender la mortalidad de todos los seres vivos y cómo deberíamos nosotros entender nuestra propia mortalidad? ¿Es posible para las personas para sobrevivir la muerte biológica? Esto es un asunto que ha ocupado tanto a la filosofía analítica como la continental durante todo el siglo XX (p.ej., Fred Feldman, Martin Heidegger). Cuando el asunto de muerte no es un caso hecho o negado en la cultura popular, algunos filósofos, teólogos, etc. critican social y politicamente la autocomplacencia no auténtica de no hacer caso de uno de los hechos más importantes sobre nuestras vidas. ¿Pero qué precisión presentan los hechos de muerte? ¿Es verdadero que una persona es aniquilada cuándo muere, o tiene alguna posibilidad o probabilidad de sobrevivir a la muerte? En un principio, parece obvio que el dualismo es una perspectiva "amistosa de supervivencia". Si no somos nada más que cuerpos, parece que si la muerte destruye nuestros cuerpos, somos destruidos y no hay nada más de nosotros como personas - aunque las partes de nuestros cuerpos y las partículas que lo arreglan sean dispersadas y quizás (temporalmente) serán parte de los cuerpos de otros organismos de vida. Si, sin embargo, somos no físicos (o inmateriales), mentes, almas o personas incorporadas. Entonces la aniquilación completa de nuestros cuerpos físicos no implica nuestra aniquilación como personas. De hecho, uno de varios argumentos dualistas está basado en el convencimiento de nuestra existencia sin nuestros cuerpos. Si el dualismo es verdadero, las personas sobrevivirán la muerte de sus cuerpos. Puede ser que nuestra dependencia funcional sobre nuestros cuerpos es tan esencial que sólo nacemos como personas incorporadas cuando nuestros cuerpos alcanzan una cierta formación y constitución, para luego dejar de ser cuando aquella formación y constitución es destruida. De esta manera, el dualismo abre la puerta para demandar que la dependencia de nuestros cuerpos es contingente (no necesaria) o es esencial, sólo dada en las leyes presentes de naturaleza (las leyes que pueden ser violadas por Dios). ¿Cuáles son las perspectivas para la supervivencia en una vista materialista de las personas? Una razón para pensar que el materialismo no es hostil a las perspectivas de una vida después de la muerte es que, históricamente, la vista estándar de la vida después de la muerte en las tradiciones principales consiste en la resurrección de cuerpos. Mientras hay una tradición teológica de muchos años que une la creencia en la resurrección corporal con el dualismo. Muchos teólogos y algunos filósofos argumentan que el dualismo es una importación Platónica en tradiciones monoteístas y que está más de acuerdo con el hebreo, Christian, y la tensión Islámica sobre la vida corporal para entender la vida después de la muerte de forma materialista más que dualista. El problema central lógico para las versiones materialistas de la resurrección es la identidad personal. Sobre suposiciones dualistas, la identidad personal es conservada por la persistencia del alma entre la muerte y la resurrección. Pero para el materialismo, nada acorta el hueco espacio-temporal entre el cuerpo que fallece y aquel cuerpo resucitado. ¿Sin tal puente, cómo puede la persona "resucitada" ser idéntica con la persona que murió? El ingenio considerable ha sido gastado en la búsqueda para una respuesta a esta pregunta. Durante el auge del neopositivismo en el siglo XX, es interesante que mientras Moritz Schlick propusiera sus demandas sobre la verificación empírica no se excluyeran como proposiciones sin significado aquellas que planteaban la vida después de la muerte. De modo interesante, algunos materialistas más rígidos en el siglo pasado, como Willard Van Orman Quine y Paul Churchland, tuvieron la posibilidad y la obligación de mostrar pruebas empíricas de poderes parapsicológicos. En esta sección, debemos considerar si hay apoyo empírico detrás de la creencia en una vida después de la muerte. La parapsicología investiga los fenómenos que son utilizados para mentir fuera de las fronteras de explicación ordinaria naturalista. Estos fenómenos incluyen la telepatía, la clarividencia, la precognición, los mensajes medium, casos de posesión, casos de reencarnación, apariciones, etc. No todos estos fenómenos son relevantes respecto a la supervivencia y la vida después de la muerte, pero algunos de ellos, de ser aceptados como veridicos, realmente proporcionarían tales pruebas: por ejemplo, mensajes recibidos por un medio, según se dice de una persona difunta, que contiene la información a la que el medio no tiene ningún otro acceso.