Creado por Manu prieto
hace casi 9 años
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La poesía lírica española del Siglo XVIEn el Renacimiento se produce una profunda renovación de la lírica que afecta tanto a los temas como a la forma de los poemas.Durante el primer cuarto de siglo se sigue cultivando la poesía cancioneril y alegórica. Pero en 1526, el poeta Juan Boscán se entrevista en Granada con el embajador veneciano Andrea Navaggero, quien le insta a que emplee en castellano los metros italianos. Boscán sigue su consejo y comienza a escribir sonetos, canciones, tercetos encadenados y octavas reales, empleando para ello el verso endecasílabo.No fue Boscán el primero que empleó en castellano el verso endecasílabo. Ya en el siglo XV el Marqués de Santillana había intentado sin éxito adaptar al castellano las formas métricas italianas. Ahora, en cambio, el ejemplo de Boscán es seguido por Garcilaso de la Vega, quien instaura una corriente de poesía de corte italianizante que se impuso sobre la poesía tradicional castellana, compuesta a base de versos de arte menor y de versos dodecasílabos.Garcilaso de la Vega logró transmitir el endecasílabo castellano la musicalidad que caracterizaba a los endecasílabos italianos compuestos por Petrarca. Combinó además con acierto los versos endecasílabos con los heptasílabos e inventó algunas estrofas, como la lira, que tuvieron especial fortuna durante el s. XVI.De Garcilaso surgen dos corrientes en la segunda mitad del siglo XVI:-Una corriente, representada por fray Luis de León, que muestra preferencia por los temas religiosos, filosóficos y morales. Mantiene el ideal de naturalidad en la expresión propia del Renacimiento y se inclina por las estrofas cortas, en especial por la lira.-Otra corriente, representada por Fernando de Herrera, que prefiere los temas amorosos y patrióticos.. Busca una expresión brillante y culta, con numerosos epítetos, hipérboles y cultismos, rompiendo el equilibrio renacentista entre la expresión y contenido, en favor de la expresión. De este modo se intentó crear un lenguaje específicamente poético, distinto del habla habitual. Esta corriente denominada manierismo, sirvió de preludio al Barroco.La literatura religiosa del RenacimientoEn el siglo XVI se desarrollan dos corrientes espirituales cuyas manifestaciones poéticas entroncan con la poesía de Garcilaso, con la poesía cancioneril y con los métodos de análisis de los sentimientos que tienen su origen en la poesía de Petrarca. Estas dos corrientes son la ascética y la mística.La ascética es un camino de perfeccionamiento espiritual que prepara el alma para recibir los dones que proceden de Dios.La mística es un estado de perfección espiritual en el que el alma percibe la presencia de Dios, recibe sus dones y acaba uniéndose con él.Ambas corrientes son resultado de la inquietud espiritual de España del siglo XVI y se manifiestan con especial intensidad durante el reinado de Felipe II. Es entonces cuando conviven San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, que intentan transmitir sus experiencias místicas mediante la literatura.Las obras ascéticas y místicas no forman en realidad un género literario. Los autores ascéticos y místicos escriben tanto en verso como en prosa. incluso a veces escriben comentarios en prosa sobre lo que quieren decir sus versos. No obstante, la unidad temática de estas obras y sus peculiaridades aconsejan diferenciarlas de otras obras escritas en verso y prosa. Por eso, suele hablarse del género de la literatura religiosa.Garcilaso de la VegaNació en Toledo en el año 1501. Por su doble condición de guerrero y hombre de letras, encarnó el ideal renacentista del perfecto cortesano.Como guerrero permaneció siempre fiel al emperador Carlos, a pesar de que fue desterrado por éste a una isla del Danubio y después a Nápoles. Como poeta debe gran parte de su inspiración a Isabel Freyre, dama de honor de la emperatriz Isabel. Murió en el año 1536 en el asalto de una fortaleza al sur de FranciaLas obras de Garcilaso se conocen a través de una antología que estaba en poder de su amigo Juan Boscán y que la esposa de este publicó a la muerte de ambos poetas.En esa antología podemos distinguir dos tipos de composiciones:-Aquellas que están escritas en versos octosílabos, utilizando las formas métricas tradicionales castellanas.-Aquellas que están escritas en versos endecasílabos y heptasílabos, utilizando las nuevas formas métricas procedentes de Italia: el soneto, la canción italiana, la octava real, etc. Las obras de este grupo fueron las que impulsaron la renovación de la poesía castellana.La obra de Garcilaso se reduce a treinta y ocho sonetos, ocho coplas (escritas en versos octosílabos), cinco canciones, tres églogas, dos elegías y una epístola. De toda esa producción, destacan los sonetos, las canciones y las églogas.Los sonetosLos mejores sonetos de Garcilaso relatan asuntos amorosos o asuntos mitológicos. A menudo, amor y mitología se mezclan en una misma composición.El amor que Garcilaso presenta en los sonetos va más allá del amor cortés de la poesía cancioneril. No es un amor fingido, concebido como juego literario, sino un amor sincero, inspirado por el que el autor sintió hacia Isabel Freyre.Los sonetos son una buena muestra de la perfección lograda por Garcilaso en la adaptación al castellano de las formas estróficas procedentes de Italia.Las cancionesLa canción italiana culta es un tipo de composición que procede de Petrarca. Está formada por un número indeterminado de estrofas, llamadas estancias. Cada estancia está a su vez formada por un número variable de versos heptasílabos y endecasílabos, que se se combinan a voluntad del poeta. Una vez fijado el esquema en la primera estrofa, este se repite a lo largo de la canción.De las canciones escritas por Garcilaso destaca la quinta, titulada Oda a la flor de Gnido. Se trata de una canción que Garcilaso dirigió a una dama de Nápoles, para que correspondiera al amor que por ella sentía un amigo del poeta. En esta canción, Garcilaso emplea por primera vez un tipo de estrofa muy utilizado por los poetas del Renacimiento, la lira. Si de mi baja liratanto pudiese el son que en un momentoaplacase la iradel animoso viento y la furia del mar y el movimientoLas églogasLas églogas son composiciones poéticas, generalmente dialogadas, en las que unos pastores hablan sobre temas preferentemente amorosos. esta acción se desarrolla en el marco de una naturaleza idílica.La égloga primera es quizá la mejor obra de Garcilaso por el ajuste perfecto entre vida y arte o entre emoción y belleza. En ella, dos pastores, Salicio y Nemoroso, se quejan de su suerte. El amor de Salicio no es correspondido por Galatea, Y Nemoroso llora la muerte de su amada Elisa. En tiempos se pensó que los dos pastores representaban a Garcilaso y a su amigo Boscán; pero, en realidad, ambos pastores son el desdoblamiento del propio Garcilaso, lo mismo que Galatea y Elisa encarnan las dos facetas de Isabel Freyre que hicieron sufrir al autor: el desengaño amoroso y la muerte.El intenso dolor experimentado por Salicio y Nemoroso halla respuesta en la naturaleza. Así, las ovejas se olvidan de pacer, las piedras se enternecen, los árboles se inclinan y las aves se compadecen de la pena que invade el alma de los pastores.Salicio no encuentra escapatoria para el dolor que lo domina y sólo encuentra momentáneo alivio en dejar correr las lágrimas.Nemoroso, en cambio, espera poder reunirse con su amada más allá de la muerte. Por eso, dirigiéndose a Elisa como si ella pudiese escucharlo, le pide que ruegue por él, para que ambos se encuentren en el cielo de Venus y puedan alcanzar la felicidad eterna.La égloga segunda está escrita íntegramente en forma de diálogo. En ella se combinan los asuntos amorosos con un elogio de la figura del duque de Alba. Así pues, los episodios líricos y épicos se entremezclan en un marco de corte dramáticoLa égloga tercera nos muestra un mundo de serena belleza. La acción transcurre en un lugar idealizado cerca del Tajo. De las aguas apacibles y transparentes del río surgen cuatro ninfas que con el oro oculto en las arenas tejen tapices mitológicos, cuyos motivos son el amor y la muerte.En estas bellas labores de las ninfas pueden contemplarse la persecución de Apolo y Dafne, la bajada de Orfeo a los infiernos para rescatar a Eurídice y, como colofón, la aparición de una ninfa muerta. Esta ninfa, que resulta ser Elisa, la amada de Nemoroso, vence a la muerte a fuerza de belleza. Bella es la ceremonia fúnebre en la que otras ninfas esparcen rosas sobre el cuerpo muerto. Y bello y armonioso es el lenguaje en el que el lecho se expresa: EstiloLa obra de Garcilaso refleja el ideal renacentista de naturalidad y elegancia. Su poesía se distingue por la suave musicalidad que logra con la distribución de los acentos en el interior de los endecasílabos. Emplea un léxico sencillo, claro y a la vez escogido. Cuando utiliza recursos estilísticos, lo hace siempre con naturalidad y mesura: por eso no emplea grandes metáforas, y sus hipérbatos no tienen la violencia que caracteriza a las obras de autores latinizantes del siglo XV. Sus poemas respiran la misma suavidad y armonía que los paisajes que describe.
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