Creado por Ana Mª Lopez
hace casi 8 años
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Biografía René Descartes nació el 31 de marzo de 1596 en La Haye. Tras la muerte de su madre, él y sus dos hermanos fueron educados por su abuela, pues su padre se ausentaba cada año por largas temporadas.La educación en La Flèche le proporcionó, durante los cinco primeros años, una sólida introducción a la cultura clásica. El resto de la enseñanza estaba allí muy basada en textos filosóficos de Aristoteles, acompañados por comentarios de jesuitas.A su regreso del colegio a los 18 años, René Descartes ingresó en la Universidad de Poitiers para estudiar derecho y posiblemente, algo de medicina. Para 1616 Descartes cuenta con los grados de bachiller y licenciado.En 1619, en Breda, conoció a Isaac Beeckman, el contacto con éste estimuló en gran medida el interés de Descartes por las matemáticas y la física. En esta época sus amigos propagan su reputación, hasta el punto de que su casa se convirtió entonces en un punto de reunión para quienes gustaban intercambiar ideas y discutir. El año siguiente, con la intención de dedicarse por completo al estudio, se traslada definitivamente a los Países Bajos, donde llevaría una vida modesta y tranquila, aunque cambiando de residencia constantemente para mantener oculto su paradero.La preferencia de Descartes por Holanda parece haber sido bastante acertada, pues mientras en Francia muchas cosas podrían distraerlo y había escasa tolerancia, las ciudades holandesas estaban en paz.En septiembre de 1649 la Reina Cristina de Suecia le llamó a Estocolmo. Allí murió de una neumonía el 11 de febrero de 1650.Contexto históricoHacia la mitad del siglo XVI comienzan en Europa una serie de crisis, que van a recorrer todo el siglo XVII, se corresponde en el plano social con el desarrollo de la burguesía y en el plano ideológico con la necesidad que se experimenta de una nueva concepción del mundo basada en el concepto de Razón. Esta crisis supuso la caída definitiva de los fundamentos de la Europa medieval, ya iniciada con el Renacimiento y el establecimiento de los nuevos pilares sobre los que se construirá la Europa moderna.Para resumirlas en las siguientes:Crisis política. La principal causa política de los conflictos reside en el absolutismo monárquico. Esta forma de gobierno necesita de nuevos impuestos, no sólo para financiar las continuas guerras, sino también para crear nuevas estructuras de carácter central que permiten gobernar un Estado con territorios muy diversos en costumbres y organización. La carga de estas aportaciones económicas recae en el pueblo llano. El resultado fue la aparición del hambre y las enfermedades, que asoló en Europa. Esto producirá una crisis económico-social, produciendo múltiples revueltas. En el plano político y la crisis se manifiesta en una serie de guerras y revoluciones. La época va formando los Estados Modernos, independientes y soberanos, enfrentados en sus afanes colonialistas. Pero también entra en crisis el absolutismo en Inglaterra con la revolución de 1642, y la revolución gloriosa de 1688, que instaura la monarquía parlamentaria. El movimiento religioso puesto en marcha por Lutero y Calvino, supuso la ruptura del monopolio religioso.Crisis de los mentalidades. Se manifiesta en el desarrollo del Espíritu científico desde los tiempos del Renacimiento. El desarrollo del pensamiento moderno en marca en el humanismo y el desarrollo de la ciencia, que supuso la reacción contra los fundamentos de la escolástica y contra la autoridad de la fe como fuente de conocimiento. Se exalta el valor de la razón frente a la autoridad de libros y maestros, y se fomenta de esta forma el desarrollo científico. En el campo de la astronomía con los descubrimientos de Kepier y Galileo y de la medicina con figuras como Harvey, que descubre la circulación de la sangre y de los movimientos del corazón. Siguió el desarrollo de las matemáticas con figuras como Gassendi, Descartes, Leibniz, etc, y de la física que en esta época tiene su culminación en Newton que descubre la ley de la gravitación universal.
El método es el conjunto de "reglas ciertas y fáciles", gracias a las cuales en el que las observe exactamente no tomará nunca lo falso por verdadero.Algunos intérpretes consideran que Descartes tomó su método de las matemáticas, puesto que esta ciencia parece cumplir fielmente dichas reglas. Pero, dado el carácter unitario del saber que defiende Descartes, deben emplearse en cualquier tipo de investigación, no sólo la matemática; precisamente parece que la aplicó en primer lugar a la propia filosofía. Como indican los títulos de algunas de sus más importantes obras (“Discurso del método”, “Reglas para la dirección del espíritu”), Descartes consideró de suma importancia el descubrimiento de las reglas o método adecuado para la investigación científica. También es preciso observar que no se trata de técnicas que puedan ser aplicadas mecánicamente para el descubrimiento de verdades, son más bien recomendaciones generales destinadas a emplear adecuadamente las capacidades naturales de la mente. El método permite evitar la influencia del prejuicio, la educación, la impaciencia, y las pasiones que pueden cegar la mente. No hay que confundir la intuición y la deducción (que son los dos “caminos más seguros hacia el conocimiento”) con el método y sus reglas. Las reglas fundamentales son:1. la regla de la evidencia; 2. la regla del análisis; 3. la regla de la síntesis; 4. la regla de la enumeración.1. Regla de la evidencia Es la primera y más importante de las reglas del método. Consiste en aceptar como verdadero sólo aquello que se presente con “claridad y distinción”, es decir, con evidencia. Es el ejercicio de la intuición. Esta regla da lugar a la duda metódica y, tras su superación, al conocimiento como ciencia o saber estricto. En los “Principios de filosofía”, Descartes nos dice que nunca nos engañaremos si nos limitamos a describir en nuestros juicios sólo aquello que conocemos clara y distintamente. El error tiene su origen en que juzgamos antes de tener un conocimiento exacto de lo juzgado. La voluntad, que es imprescindible para que demos nuestro asentimiento a un juicio, pude ir más allá de lo que se ofrece con claridad y distinción, y por lo tanto llevarnos al error. Descartes consideró que siempre que nos equivocamos es por mal uso de nuestra voluntad.2. Regla del análisis El análisis (“resolución”) es el método de investigación consistente en dividir cada una de las dificultades que encontramos en tantas partes como se pueda hasta llegar a los elementos más simples, elementos cuya verdad es posible establecer mediante un acto de intuición. En el “Discurso del método” nos la presenta como la segunda regla. Consiste en descomponer las aserciones complejas hasta llegar a los últimos elementos que las constituyen. Permite llegar a las “naturalezas simples”. Con este método conseguimos que las proposiciones más oscuras se puedan comprender al observar cómo dependen de otras más simples. Dice Descartes en las “Meditaciones” que es también un buen método de enseñanza pues muestra el camino por el que una cosa fue metódicamente descubierta, y es el que sigue en esa obra para mostrar la verdad de proposiciones complejas (por ejemplo “la mente es distinta del cuerpo”, “la mente puede existir sin el cuerpo”, “Dios existe”). En esta obra la proposición elemental a la que llega el análisis, y a partir de la cual posteriormente y mediante un proceso de síntesis se podrá demostrar la verdad de las proposiciones complejas citadas, es el cogito, cuya verdad se muestra mediante intuición.3. Regla de la síntesis O método de la composición. Consiste en proceder con orden en nuestros pensamientos, pasando desde los objetos más simples y fáciles de conocer hasta el conocimiento de los más complejos y oscuros. En el “Discurso del método” nos la presenta como la tercera regla del método. Recomienda comenzar por los primeros principios o proposiciones más simples percibidas intuitivamente (a las que se llega mediante el análisis) y proceder a deducir de una manera ordenada otras proposiciones, asegurándonos de no omitir ningún paso y de que cada nueva proposición se siga realmente de la precedente. Es el método empleado por la geometría euclidiana. Según Descartes, mientras que el análisis es el método del descubrimiento, y es el que utiliza en las “Meditaciones Metafísicas” y el “Discurso del método”, la síntesis es el método más apropiado para demostrar lo ya conocido, y es el empleado en los “Principios de Filosofía”.4. Regla de la enumeración Descartes la cita en el “Discurso del método” como la cuarta regla. Consiste en revisar cuidadosamente cada uno de los pasos de los que consta nuestra investigación hasta estar seguros de no omitir nada y de no haber cometido ningún error en la deducción
Descartes comprendió la filosofía, fundamentalmente, como teoría del conocimiento. Era la interrogación última referida al conocimiento,nacida de una duda total, nacida de una duda total, absoluta. La duda prescrita por el mismo método ofrecía la ocasión para una investigación filosófica verdaderamente crítica,sin presuposiciones de ningún tipo. Partir acríticamente de la religión o la escolástica heredada ya no podía formar parte de la conciencia filosófica, pero tampoco suponer sin más la validez de las ciencias empíricas nacientes (ni siquiera la validez de las matemáticas). Era preciso comenzar de nuevo y asegurarse de los fundamentos de todo saber.Para examinar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas, al menos una vez en la vida.En efecto, la filosofía ya no podía presuponer nada. De acuerdo con la primera regla del método, era preciso poner bajo sospecha cualquier creencia, y solo aceptar aquellas que la propia razón justificara. Había que rechazar todo aquello que no proporcionase seguridad plena, en favor de un conocimiento garantizado y firme, mas allá de toda duda posible. Así entendía Descartes el comienzo de la filosofía.Por tanto, Descartes se impuso como método filosófico el método de la duda, dispuesto como estaba a no tomar por verdadero nada de lo que pudiera dudarse. Es lo que se conoce como duda metódica.
Así pues, ni los sentidos, ni las ciencias, ni siquiera las matemáticas escaparon de la duda metódica que la filosofía se impuso a sí misma. En medio de esta incertidumbre que parecía corroerle todo, Descartes se preguntó con cierta desazón si existiría alguna verdad evidente, y acaso con la capacidad suficiente para generar otras. Porque si nada era seguro, si ni siquiera las matemáticas podían cerrar la puerta a cualquier resquicio que cuestionara su validez, el problema para Descartes estaba bien claro: si el conocimiento ha de ser posible, tiene que hablar de un principio absolutamente garantizado, inmune a cualquier duda, una verdad primera tan clara y evidente que despejase la más mínima sombra de sospecha, y sobre la cual edificar todo el resto. En caso contrario, no sería posible el conocimiento.Pues bien, después de meditar con esmero, se respondió que sí, que existía esa verdad indubitable. El cogito ergo sum, el famoso <<pienso, luego existo>>, era esa verdad, el principio último que necesitaba para fundamentar toda la filosofía y, con ella, todo el sistema del saber.Pero inmediatamente después me di cuenta que mientras quería pensar que todo es falso, necesario es que yo que lo pensaba fuera algo. Y apercibiéndome de que esta esta verdad era tan firme y segura que las mas extravagantes suposiciones de los escépticos serian impotentes frente a ella, juzgué que podía sin escrúpulo alguno considerarla como el primer principio que buscaba [...]vi que podía fingir que no soy en modo alguno; por el contrario, del hecho mismo de pensar en lo dudoso que era todo lo demás, se deducía con evidencia y certidumbre mi ser; [...] de ello deduje que yo era sustancia cuya esencia o naturaleza se agotaba en el pensar y, que para ser ni exige ocupar un lugar ni depende de ninguna cosa material.
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