Suspender una asignatura no es del agrado de nadie; no haber cumplido con el objetivo marcado y tener que volver a estudiar para las recuperaciones resulta frustrante para la mayoría de estudiantes. Sin embargo, el drama no es tan grande como muchos pueden creer. La realidad es que no aprobar alguna asignatura entra dentro de lo normal, ya que es lógico que haya ciertos temas que te causen mayor dificultad de comprensión y se te den peor. Lo importante es cómo encarar este suspenso, por lo que a continuación explicamos algunos consejos para superar este pequeño contratiempo.
5 importantes pasos tras suspender una asignatura
Es lógico que las primeras reacciones tras saber qué has suspendido sean de impotencia, rabia y desánimo, pero no debes dejarte llevar por estas sensaciones destructivas. Para ello, es conveniente que sigas los siguientes puntos:
1. Aprende de los errores
Primero de todo debes hacer autocrítica y tratar de analizar cuáles han sido los motivos que han provocado el suspenso. Falta de estudio, apuntes incompletos, nerviosismo, mala comprensión del temario… Solo podrás recuperar la asignatura suspendida si consigues entender por qué no la superaste en primer lugar. Para desentrañar la causa con mayor facilidad, recomendamos realizar tests en línea para valorar cuáles son los apartados del examen que peor llevas y dedicarles más tiempo de repaso para la próxima más.
2. Relativiza y no dramatices
A nadie le gusta suspender una asignatura, pero tampoco hay que dramatizar más de la cuenta. La rabia por el suspenso hay que focalizarla de forma positiva, para esforzarte más y tener un mayor espíritu de superación. Por lo tanto, debes relativizar el fracaso; todo el mundo tiene asignaturas que se les dan mejor y peor, así que cuando suspendas no debes bajar los ánimos. Exigirse demasiado a uno mismo y ponerse demasiada presión puede acabar provocándote estrés y siendo contraproducente en tu rendimiento académico.
3. Comparte tus dudas
Es fundamental pedir una reunión personal al profesor de la asignatura que has suspendido para poder compartir tus dudas y que te explique por qué ha decidido no aprobarte. Esta charla puede ayudarte a mejorar como estudiante y, además, darás al docente una buena impresión por la iniciativa. Debes preguntar cualquier duda que tengas –por mínima que sea- y repasar una y otra vez aquellos conceptos que más te cuesta entender. A través de los grupos de estudio puedes consultar tus cuestiones con otros usuarios que estudian la misma asignatura que tú, ya que quizás te pueden dar consejos o nuevas perspectivas que te sean de ayuda.
4. Aplica nuevas técnicas de estudio
No es tan importante el tiempo que dedicas a estudiar, sinó cómo lo haces. Quizás has suspendido una asignatura que le dedicaste muchas horas de estudio, por lo que es lógico que sientas impotencia al ver que ese esfuerzo ha sido en balde. Pero en vez de recrearse en tus errores, tienes que empezar a aplicar nuevas técnicas de estudio que te ayuden a concentrarte mejor. Por ejemplo, puedes estudiar con música, realizar pausas cada veinte minutos, crear mapas mentales, ver documentales de la materia o subrayar los puntos clave, entre otros.
5. Aprender a evitar los nervios
Los nervios pueden jugar una mala pasada durante el examen y provocar que no des lo mejor de ti mismo. Por lo tanto, tras suspender una asignatura es conveniente que busques a través de la red técnicas de respiración para disminuir el ritmo cardíaco, relajar los músculos y evitar la ansiedad; de este modo, podrás encarar los exámenes de recuperación con más calma y tranquilidad.
Una vez hayas seguido todos estos pasos, podrás valorar los motivos que te llevaron a suspender una asignatura y superar con éxito este tropiezo. Cómo dice la cita de Henry Ford, “el fracaso es la oportunidad de comenzar otra vez con más inteligencia”.