Introducción
Las 4 Disciplinas de la Ejecución le dará una idea de cómo usted, en su posición de líder, puede lograr resultados superiores con el compromiso y la pasión de su gente.
Las 4 Disciplinas de la Ejecución funcionan con base en un conjunto de principios centrales: claridad, enfoque, compromiso, traducción a la acción, sinergia y rendición de cuentas.
Las 4 Disciplinas de la Ejecución le proporcionan un proceso muy específico y herramientas muy concretas que funcionan de manera consistente.
Si aplica las 4 Disciplinas de la Ejecución con efectividad, logrará orientar toda la energía y el compromiso de su organización en una sola dirección, aquella que marcará toda la diferencia. Su equipo, su organización, alcanzarán metas extraordinarias; pero, aún más importante, crearán una cultura que puede convertir estrategia, potencial y visión en realidad concreta y eso no tiene precio.
JOSÉ GABRIEL MIRALLES
Presidente y CEO
FranklinCovey Latinoamérica
Las 4 Disciplinas de la Ejecución ofrece mucho más que teorías para hacer cambios estratégicos en las organizaciones. No sólo explica qué se necesita para lograr una ejecución eficiente, sino también cómo alcanzarla.
CLAYTON CHRISTEN SEN ,
Profesor de la Escuela de Negocios de Harvard
y autor de The Innovator’s Dilemma.
Estrategia y ejecución
Existen dos cosas principales sobre las cuales un líder puede ejercer su influencia para producir resultados: la estrategia (o plan) y la habilidad de ejecutarla.
¿Cuál de estas cosas le resulta más complicada a los líderes? ¿Crear la estrategia o ejecutarla?
En todo el mundo, siempre que planteamos esta pregunta a líderes de empresas su respuesta es inmediata: “¡La ejecución!”
Si cursó un MBA o ha tomado clases de negocios, ¿en qué se concentraba más, en la ejecución o en la estrategia?
Al preguntar esto a los mismos líderes, la respuesta, de nuevo, es inmediata: “¡En la estrategia!”
Quizá no debería sorprendernos que el área que los líderes encuentran más difícil sea aquella sobre la que han recibido menos instrucción.
una vez que haya decidido qué hacer, el reto más grande estará en lograr que las personas lo ejecuten con el nivel de excelencia que se necesita.
¿Por qué la ejecución resulta tan difícil? Después de todo, si la estrategia es clara y usted la lidera, ¿no sería natural que el equipo se comprometiera a seguirla? La respuesta es no, y es posible que usted mismo haya tenido varias experiencias que lo demuestren.
El verdadero problema de la ejecución
Ya sea que dirija un equipo de trabajo pequeño, toda una empresa, una familia o una fábrica, es imposible alcanzar resultados significativos sin que las personas involucradas modifiquen su conducta. Sin embargo, para tener éxito necesitará más que hacerlos cumplir: necesitará comprometerlos.
Cuando usted ejecuta una estrategia que requiere un cambio permanente en la conducta de otros, está enfrentándose a uno de los retos de liderazgo más grandes que jamás emprenderá. Con las 4 Disciplinas de la Ejecución no está experimentando con una teoría interesante, sino implementando una serie de prácticas probadas que cumplen los retos con éxito en todos los casos.
No importa si las llama estrategia, metas o, simplemente, un esfuerzo para mejorar,todas las iniciativas que usted conduzca como líder para hacer que su equipo u organización avance, entrarán en una de dos categorías. Lo único que requiere la primera es el poder de la firma; para la segunda es necesario lograr un cambio de conducta.
Las estrategias de “poder de la firma” son aquellas que se ejecutan cuando se ordenan o cuando se autoriza que se lleven a cabo. En pocas palabras, si usted tiene el dinero y la autoridad, puede aplicarlas. Éstas pueden ser desde una inversión importante de capital, un cambio en el sistema de compensación, la reasignación de roles y responsabilidades, y contratación de personal, hasta una nueva campaña publicitaria. Aunque ejecutar estas estrategias requiere planeación, consenso, audacia, inteligencia y dinero, uno puede estar seguro de que al final se logrará.
Las estrategias de cambio de conducta son muy diferentes de las del “poder de la firma”: no se puede simplemente ordenar que se lleven a cabo, pues ejecutarlas significa hacer que las personas cambien.