Contexto
Técnicas para una buena comunicación terapéutica
Centrarse: Implica ayudar o dirigir al paciente para que se fije en un determinado punto de la conversación, favoreciendo el reconocimiento de algo oculto en las palabras. Es útil cuando la comunicación del enfermo es vaga, cuando está divagando o cuando habla de muchos asuntos al mismo tiempo
Clarificación: Cuando el paciente tergiversa la realidad, es necesario ayudar a clarificarla para que distinga lo real de lo irreal.
Ser específico, tantear e informar: Implica ser específico y no general, tantear y no ser categórico e informar y no ser autoritario.
Usar el silencio: Respetar el silencio del paciente. Le es difícil, a menudo, expresar cómo se siente y no lo hará hasta estar seguro de que el (la) enfermero(a) es confiable. Es necesario permanecer en silencio y esperar pacientemente hasta que el individuo sea capaz de convertir sus pensamientos en palabras.
Resumir: Implica sintetizar los puntos principales de una conversación. Es útil al final de una entrevista, una charla o una sesión educativa.
Facilitar líneas generales: Proporcionar líneas generales para animar al paciente a verbalizar y al mismo tiempo, elegir el tema de conversación.
Preguntas y afirmaciones de final abierto: Orienta o invita al paciente a explorar, elaborar, clarificar o ilustrar sus pensamientos y sentimientos, reafirmando la responsabilidad del paciente por investigar y conocerse a sí mismo.
Parafrasia: implica escuchar el mensaje básico del paciente y repetirlo con palabras similares.
Empleo del tacto: Usar determinadas formas de contacto para indicar afecto. Son útiles para reforzar los sentimientos de preocupación del (de la) enfermero(a).