Leer y escribir son dos habilidades que se complementan, puesto que una genera la motivación para el desarrollo de la otra. Gracias a los procesos de lectura y escritura podemos compartir aquello que pensamos y sobre todo, perpetuar nuestra historia y la de la comunidad en la que nos desarrollamos.
En la escritura y la lectura se realiza la codificación y la decodificación de los mensajes. Por un lado, creamos un código y emitimos ideas claras que pueden ser comprendidas por nuestro receptor (codificación) y por otro, interpretamos los mensajes que nos son transmitidos (decodificación) para darles una respuesta. Para comprender correctamente el mensaje escrito es importante llevar a cabo el proceso de lectura el cual consta de las siguientes etapas:
Esta actividad es previa a la lectura y consiste en identificar la información general que se localiza en el texto a través de la organización del contenido, de las gráficas presentadas, de los títulos o subtítulos que componen el texto, del tipo de letra que se emplea, entre otros. Gracias a la prelectura es posible hacer un primer esbozo del texto y comenzar a comprender la idea general del mismo. También puede identificarse lo que una persona puede esperar u obtener de la lectura y la posible aplicación de ésta a su experiencia.
Esta etapa se realiza continuamente. Cuando alguien te envía una carta, cuando ves un anuncio o letrero en la calle, cuando quieres comprar algún producto; lees la información que aparece en los comerciales de televisión y los subtítulos de películas, o la publicidad impresa que está en tu comunidad cuando revisas información para realizar algún trabajo; cuando lees un libro, una revista o una historieta etc. Es una tarea muy importante para tu vida en sociedad. Ser lector es una de las obligaciones más nobles que tienes como estudiante, ya que la mayoría del conocimiento se transmite de manera escrita y, a través de esto, tus conocimientos se pueden incrementar.
Según PISA, los siguientes elementos son esenciales en la lectura de un texto:
• Identi¿ car el tema: ¿de qué se trata el texto?
• De¿ nir el propósito del autor: ¿cuál es el objetivo del autor al abordar este texto de esta manera?
• Entender la organización de la información: ¿cómo se relaciona esto con eso?, ¿por qué?, ¿qué lo origina?, ¿cómo se llegó a esto?
• Identi¿ car las ideas centrales: ¿qué conceptos pretende fundamentar el texto?
• Comparar las ideas de las que se compone el texto: esta idea es un ejemplo de eso, ese concepto se contrapone a esa de¿ nición.
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Poslectura
Esta etapa busca que, como estudiante, organices la información que leíste y la compares con la adquirida para integrar nuevos conocimientos y aprovechar mejor la información. Es valioso que reconozcas la utilidad de lo aprendido, puesto que te servirá para darle mayor significado y aplicación en tu proceso de aprendizaje.
El contexto se re¿ ere a las circunstancias en las que se elabora el texto. Es decir, la inspiración del autor, el lugar, el tiempo, la cultura, la situación, el ambiente, entre otros, en los que se generó el escrito. Es especialmente útil para comprender la intención comunicativa de lo que se lee.
Es el paso más importante para escribir algún tema. Con la planeación clarificas lo que quieres transmitir con lo que escribes, es decir, los objetivos y razón del texto que deseas presentar. En esta etapa se responden preguntas como: ¿Cuál es mi tema? ¿Qué información deseo proporcionar? ¿En qué se sustenta mi escrito?