Con la llegada de las nuevas tecnologías, la educación superior necesita repensar sus bases para poder avanzar, transformarse y evolucionar.
Con el nuevo año llegan nuevas tendencias laborales que pueden afectar no solo la manera de trabajar, sino también las posibilidades que ofrecen las carreras universitarias y las habilidades que se requieren en los estudiantes. Dentro de cinco años, por ejemplo, más de un tercio de las habilidades (35%) que se consideran importantes en la fuerza de trabajo actual habrán cambiado.