La literatura del siglo XX estuvo influenciada por los conflictos bélicos de la época.
Las creaciones estaban marcadas por la literatura de las etapas anteriores y por las nuevas tendencias europeas y sudamericanas que comenzaban a cambiar los temas y las características de las obras.
Fue un siglo rico en el ámbito de la literatura, por lo que convivieron varias tendencias o movimientos.
Los movimientos más destacados son:
El Modernismo.
Los movimientos de Vanguardias.
La Generación del 98.
El novecentismo.
La Generación del 27.
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EL MODERNISMO.
Comprendido entre los años 1880 y 1914, el modernismo se caracteriza por el intento de evadirse de la realidad.
Busca romper con la estética anterior y escapar de la rutina. Sus temas van en relación al misticismo, la sensualidad y la mitología.
Su mayor representante es Rubén Darío.
Pie de foto: : Félix Rubén García Sarmiento (1867-1916).
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En la tranquila noche, mis nostalgias amargas sufría.
En busca de quietud, bajé al fresco y callado jardín.
En el oscuro cielo, Venus bella temblando lucía,
como incrustado en ébano un dorado y divino jazmín.
A mi alma enamorada, una reina oriental parecía,
que esperaba a su amante, bajo el techo de su camarín,
o que, llevada en hombros, la profunda extensión recorría,
triunfante y luminosa, recostada sobre un palanquín.
«¡Oh reina rubia! -dije-, mi alma quiere dejar su crisálida
y volar hacia ti, y tus labios de fuego besar;
y flotar en el nimbo que derrama en tu frente luz pálida,
y en siderales éxtasis no dejarte un momento de amar.»
El aire de la noche, refrescaba la atmósfera cálida.
Venus, desde el abismo, me miraba con triste mirar.
Venus, de Rubén Darío.
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LOS MOVIMIENTOS DE VANGUARDIAS.
Son movimientos de corta duración, fiel reflejo de la sociedad que pasaba de una guerra a otra.
Rechazan el realismo y quieren romper con el pasado con rebeldía.
Estos movimientos están compuestos por corrientes como el futurismo, el cubismo y el surrealismo.
Los textos no expresan sentimientos y usan la metáfora.
Uno de sus representantes es Ramón Gómez de la Serna.
Pie de foto: : Ramón Gómez de la Serna (1888-1963).
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Greguerías, de Ramón Gómez de la Serna.
«Como daba besos lentos duraban más sus amores»
«Si te conoces demasiado a ti mismo, dejarás de saludarte»
«Un tumulto es un bulto que le sale a las multitudes»
«Tocar la trompeta es como beber música empinando el codo»
«Donde el tiempo está más unido al polvo es en las bibliotecas»
«Los rosales son poetas que quisieron ser rosales»
«La luna es un banco de metáforas arruinado»
«El filósofo antiguo sacaba la filosofía ordeñándose la barba»
«El pensador de Rodin es un ajedrecista a quien le han quitado la mesa»
«Los arcos de triunfo son elefantes petrificados»
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LA GENERACIÓN DEL 98.
Se oponen al lenguaje cuidado que hasta ahora utilizaban, pasando a un lenguaje más cercano a la calle y más castizo.
Se ponen en valor las costumbres del pueblo y los paisaje castellanos típicos de pueblos abandonados.
Son más pesimistas y escriben sobre la muerte, la soledad y el desengaño.
Algunos de sus representantes son Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez.
¿Quién me presta una escalera,
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?
Saeta popular
¡Oh la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero,
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
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EL NOVECENTISMO.
También conocida como la generación del 14.
Son más objetivos y buscan la belleza. El lenguaje es sencillo y usan los mismos recursos que la generación del 98.
Sus representantes más conocidos son José Ortega y Gasset, Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez y Miguel de Unamuno.
Yo no soy yo.
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo,
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.
Yo no soy yo, de Juan Ramón Jiménez.
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LA GENERACIÓN DEL 27.
Buscan renovarse, aunque en el transcurso de la guerra y la etapa posterior los autores se ven influenciados por eset hecho.
Pasan de una poesía que busca la belleza, a una literatura que refleja la preocupación por la sociedad en pleno conflicto.
Uno de sus representantes más conocidos es García Lorca.
Un pastor pide teta por la nieve que ondula
blancos perros tendidos entre linternas sordas.
El Cristito de barro se ha partido los dedos
en los tilos eternos de la madera rota.
¡Ya vienen las hormigas y los pies ateridos!
Dos hilillos de sangre quiebran el cielo duro.
Los vientres del demonio resuenan por los valles
golpes y resonancias de carne de molusco.
Lobos y sapos cantan en las hogueras verdes
coronadas por vivos hormigueros del alba.
La luna tiene un sueño de grandes abanicos
y el toro sueña un toro de agujeros y de agua.
El niño llora y mira con un tres en la frente,
San José ve en el heno tres espinas de bronce.
Los pañales exhalan un rumor de desierto
con cítaras sin cuerdas y degolladas voces.
La nieve de Manhattan empuja los anuncios
y lleva gracia pura por las falsas ojivas.
Sacerdotes idiotas y querubes de pluma
van detrás de Lutero por las altas esquinas.
Un pastor pide teta por la nieve que ondula
blancos perros tendidos entre linternas sordas.
El Cristito de barro se ha partido los dedos
en los tilos eternos de la madera rota.
¡Ya vienen las hormigas y los pies ateridos!
Dos hilillos de sangre quiebran el cielo duro.
Los vientres del demonio resuenan por los valles
golpes y resonancias de carne de molusco.
Lobos y sapos cantan en las hogueras verdes
coronadas por vivos hormigueros del alba.
La luna tiene un sueño de grandes abanicos
y el toro sueña un toro de agujeros y de agua.
El niño llora y mira con un tres en la frente,
San José ve en el heno tres espinas de bronce.
Los pañales exhalan un rumor de desierto
con cítaras sin cuerdas y degolladas voces.
La nieve de Manhattan empuja los anuncios
y lleva gracia pura por las falsas ojivas.
Sacerdotes idiotas y querubes de pluma
van detrás de Lutero por las altas esquinas.