Hay un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, una unidad de tres personas coeternas. Dios es inmortal, todopoderoso, omnisapiente, superior a todos y omnipresente. Es infinito y escapa a la comprensión humana, aunque se lo puede conocer por medio de su autorrevelación. Dios, que es amor, es digno, para siempre, de reverencia, adoración y servicio por parte de toda la creación.
Gén. 1:26; Deut. 6:4; Isa. 6:8; Mat. 28:19; Juan 3:16;
2 Cor. 1:21, 22; 13:14; Efe. 4:4-6; 1 Ped. 1:2
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Introducción
Hace algún tiempo atrás Barna Group Research publicó una encuesta sobre la percepción que tienen los cristianos sobre los seres celestiales.
25% afirmó: Dios es uno mismo, Dios es la realización del potencial de cada ser humano.
22% dijo: Jesús no es Dios; pecó cuando estaba en nuestro planeta.
33% no aceptaba que el Espíritu Santo fuera un ser personal. Sino que era un símbolo o emanación del poder de Dios.
Lo triste de todo esto es que la mayoría decía creer en la Biblia y que era una fuente confiable de información espiritual, además es la verdad.
Pero al mismo tiempo rechazan las verdades bíblicas que no pueden ser explicadas a través de la lógica humana.
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Estos resultados revelan que la creencia en la Deidad se halla en entredicho.