James R. Flynn (1980), examinó los test de inteligencia de más de dos docenas de países y descubrió que las puntuaciones se incrementaban a razón de 0’3 puntos por decenio.
Éste fenómeno, es conocido como "efecto Flynn", y ha sido confirmado tras casi 30 años de seguimiento en numerosos países.
Los países sobre los que se han recopilado datos para investigar el aumento de las puntuaciones de CI a lo largo del tiempo son: Australia,
Austria,
Alemania,
Bélgica,
Brasil,
Gran Bretaña,
Canadá,
China,
Dinamarca,
Estados Unidos,
Francia,
Israel,
Japón,
Países Bajos,
Nueva Zelanda,
Norte Irlanda,
Noruega,
Suecia
y Suiza.
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¿Causas del efecto Flynn?
Las respuestas a estas preguntas todavía están siendo investigadas por académicos de todo el mundo.
Según Flynn, la hipótesis que mejor se ajusta a los resultados es que las pruebas de cociente intelectual no miden la inteligencia real, sino una parte de ella, la más académica o que adquirimos con la práctica y el aprendizaje.
Flynn favorece las explicaciones ambientales sobre el aumento en las puntuaciones de las pruebas.
Las personas pasan una gran cantidad de su tiempo aprendiendo y siendo examinadas en entornos educativos formales. Es por esto que en muchos casos, las ganancias de CI están altamente correlacionadas con el incremento de los últimos años de la educación formal. Por contra, algunos estudiosos señalan el también aumento en las pruebas para medir el CI, libres de parámetros académicos, son una evidencia en contra de la hipótesis educativa.
La idea detrás de esta hipótesis es que las personas en nuestra sociedad han aprendido a trabajar mejor dentro de un marco de tiempo limitado. Esta tendencia social permite a las generaciones posteriores obtener mejores puntajes en las pruebas programadas, porque hacen conjeturas inteligentes y no pierden el tiempo tratando de hacer que cada elemento de la prueba sea correcto. Aunque esta hipótesis parecía prometedora, ha habido investigaciones que contradicen sus suposiciones fundamentales.
Esta hipótesis se basa en que los cerebros mejor nutridos permiten a los sujetos a tener un mejor rendimiento en las pruebas de cociente de inteligencia, así como en las actividades cotidianas. Los datos experimentales que intentan probar esta teoría también están mezclados, lo que lleva a pensar que la nutrición, aunque sea una posible causa contribuyente, no puede explicar por completo las ganancias masivas en CI medidas en todo el mundo.
Lo más probable sea que las tres hipótesis tengan su parte de verdad, y la conjunción de todas ellas es lo que nos hace lograr este aumento progresivo de puntuaciones en test de inteligencia en la población.