La vista es un sentido que nos aporta una gran parte de la información que requerimos en nuestra vida diaria. La mayoría de las habilidades y conocimientos que adquiri- mos y las actividades que realizamos están relacionados con ella. Sin embargo, hay personas que presentan defi- ciencias en la visión, lo que plantea limitaciones a la hora de desenvolverse en sus diferentes entornos vitales, afec- tando a las actividades más básicas
Existen distintos grados de afectación visual. Habla- mos de ceguera cuando el individuo no es capaz de ver nada o solo puede percibir ligeramente la luz. En este último caso, no distinguen formas, pero sí luz y oscuridad. Por otro lado, aquellos que tienen deficiencia visual pueden lograr distinguir objetos cercanos, aunque no sea de forma nítida, utilizando dispositivos que les ayuden a ello.
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Una de las repercusiones de esta discapacidad es que los pacientes no podrán identificar problemas de salud bucodental en su propia boca, pudiendo llegar a la clíni- ca con una patología avanzada. Nuestro objetivo como odontólogos será facilitar la estancia del paciente en la clínica, recibiéndolo con una actitud positiva y dándole confianza, evitando enfatizar su discapacidad y proporcionando alternativas para hacerle partícipe en su tratamiento. En niños esto será mucho más importante, ya que tienen más tendencia al temor y a la desconfianza, y son más impredecibles. Desde el punto de vista de tratar a este tipo de pacientes serán más importantes los aspectos psicológicos y edu- cativos, ya que los tratamientos dentales realizados serán los convencionales, no cambian
A la hora de tratar a un niño que padezca ceguera hay que conocer diferentes factores según Alagaratnam y cols. y Brambring: La familia: las diferentes etapas por las que suelen pasar los padres o familiares son:
Negación: piensan que la Medicina está equivoca- da y buscan el diagnóstico de varios profesionales (esperanza de error clínico) así como síntomas de mejo- ría
Rechazo: se altera e incluso rompe la estructura familiar. En determinadas ocasiones los padres achacan al niño la aparición de la discapacidad.
Sobreprotección: al observar la debilidad del niño, los familiares reaccionan con un exceso de protección (por sentimiento de pena o de culpa).
Aceptación de la realidad: se dan cuenta del verda- dero problema, no presentan rechazo, llegando a aceptar a su hijo con sus características (reacción más sana y madura)
El entorno: Rechazo: la ceguera se aleja de los patrones de per- fección; un niño ciego podría ser “rechazado” por su entorno social.
Miedo: las personas que le rodean le miran con sensación de temor (falta de compresión del problema, desinformación).
Piedad o seudopiedad: existen unas normas sociales que consideran muy bien visto tener piedad de los niños con deficiencia visual.
Pueden marginarles aún más e impide darles las atenciones adecuadas.
Aceptación: implica un conocimiento de la defi- ciencia visual y de los medios más adecuados y perti- nentes para desarrollar aquellas cualidades que poseen.
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MANEJO ODONTOLÓGICO.
De momento no existe un protocolo estricto para el tratamiento del paciente invidente, ya que cada paciente presenta sus particularidades. Factores a tener en cuenta antes de tratar a un paciente pediátrico invidente en el consultorio dental:
Edad del paciente (lactante, preescolar o adolescente) y edad de inicio del defecto visual.
Causas de la discapacidad visual, grado del defecto visual y condición ocular actual.
Actitud de los padres ante la situación.
Desarrollo del lenguaje (lectura en Braille).
Adaptación social, afectiva y de conducta.
Escolaridad, nivel de independencia, autonomía,desarrollo lento, sobreprotección.
Discapacidades múltiples.
Dificultades para la alimentación. Tratamientos dentales previos y su aceptación.
Tratamiento actual: extensión, necesidad de sedación, anestesia general, abordaje del tratamiento
1. Proporcionar una vía de paso hasta el sillón dental libre de obstáculos (evitar alfombras y cualquier otro elemento del mobiliario que pueda ser desplazable y genere inestabilidad al paso del paciente).
2. Todas las habitaciones deben de estar bien ilumi- nadas (pacientes con visibilidad reducida).
3. Los muebles no deben de tener bordes afilados.
4. Los marcos de las puertas, sus manijas, y los bor- des de los escalones deben de estar bien definidos en colores que contrasten para evitar accidentes.
5. Si hay escaleras, que tengan pasamanos y siste- mas de estabilización de suela del calzado.
6. Escrituras en braille en los ascensores y en las puertas de acceso a las salas.
7. Los efectos del deslumbramiento pueden hacer que sea difícil ver adecuadamente, por ello debemos cuidar la intensidad de la luz, entrada del sol directa- mente por la ventana o suelos muy pulidos.
8. Es apropiado hablarles de frente y darle la mano durante el recorrido a un paciente pequeño y ofrecerle el apoyo de nuestro brazo o el hombro a un paciente de mayor edad, previo consentimiento.
9. Describir el entorno y favorecer que conozca al personal aumentará su confianza Son capaces de reconocer las voces del equipo de trabajo, por lo que procuraremos que siempre sea el mismo.
PRIMERA VISITA
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VISITAS SUCESIVAS
Realizar procedimientos sencillos y cortos con explicaciones sencillas y refuerzos positivos (se puede permitir la presencia de la madre según nuestro criterio En las visitas sucesivas, el personal de la clínica puede suplir la presencia de la madre, ayudando de esta forma al niño a ganar autoconfianza e independencia.
• Existen técnicas auxiliares para el tratamiento y la educación dental que pueden servirnos de ayuda como: modelos didácticos de los dientes (macromodelos), material didáctico escrito en braille, audiolibros, e incluso marcadores de pintura plástica.
Decir-tocar-probar-oler-hacer: instrumentos que vayamos a utilizar puedan ser previamente palpados por el paciente, mientras los describimos. Los olores fuertes podrían ser desagradables o contrariamente agradables, según los gustos del paciente. Puede ser útil que el niño los reconozca como paso previo a su utilización. La voz representa un factor necesario en el manejo de la conducta, especialmente en estos pacientes, por lo que el manejo correcto del control de voz se hace imprescindible.
Sensibilización y desensibilización: los facto- res capaces de generar estímulos negativos específica- mente en estos pacientes son: * Ruidos. Se describen de dos tipos: internos, produ- cidos por el material de inspección al caer en la bandeja metálica o el instrumental rotatorio; externos, como timbres y conversaciones. * Instrumental. El paciente debe de sentir los instru- mentos o aparatos en su mano, y luego se pueden apo- yar en la zona peribucal y labial antes de ser introduci- dos en la boca
BIBLIOGRAFIAS
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