Los términos toxicomanía, drogadependencia o drogadicción suelen ser utilizados habitualmente como sinónimos para referirse a un estado psicofísico causado por la interacción de un organismo vivo con un fármaco o una sustancia, caracterizado por la modificación del comportamiento y otras reacciones, generalmente a causa de un impulso irreprimible por consumir una droga en forma continua o periódica a fin de experimentar sus efectos psíquicos.
El consumo de drogas es tan antiguo como la historia de la civilización, utilizándoselas con fines diversos tales como para aliviar momentos de pesar o de tristeza o depresión, para acompañar festejos o durante ceremonias religiosas. Son diversas las causas o “motivaciones” del consumo así como también la consolidación de la drogadicción propiamente dicha. La diversidad de factores intervinientes en la aparición y desarrollo de las adicciones permite considerarlas un problema multicausal, determinado no solo por factores biológicos y psicológicos sino también por razones sociales y culturales. Una gran variedad de elementos contribuyen a la comprensión de la situación: la pobreza, la exclusión social, la inseguridad, la distorsión de valores, las carencias afectivas y las presiones en el ámbito laboral entre otros factores de riesgo que incrementan la vulnerabilidad, tanto social como individual para el desarrollo de las adicciones.
Son usadas por un alto porcentaje de la población. Las más frecuentes son: tabaco, bebidas alcohólicas, fármacos, anabólicos y esteroides. Y entre ellos los ansiolíticos, o tranquilizantes menores, que disminuyen la ansiedad, mitigando estados de zozobra, inquietud o agitación son fármacos que ocupan primeros lugares de venta entre los medicamentos en general. Deben adquirirse con receta archivada, pero es sabido que muchos consiguen dichos psicofármacos sin prescripción médica en un consumo masivo e indiscriminado.
Pie de foto: : Son aquellas sustancias cuyo consumo está prohibido por ley, y pueden dividirse en tres grupos
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Tipos de drogas ilegales
Narcóticos o depresores:
Adormecen los sentidos al actuar sobre el sistema nervioso central (como la marihuana, el opio y la morfina). Una intoxicación aguda con estas sustancias causa vómitos y disminución de la agudeza sensorial. La heroína o “droga heroica”, heredera directa de la morfina, es denominada así por los Laboratorios Bayer, donde fuera creada, por su potencia o “magníficas” propiedades en tanto es tres veces más potente que la morfina. Al ser consumida generalmente por inyección intravenosa, puede producir intensa sensación de tranquilidad o sedación, si bien también causa estados de excitación o euforia.
Estimulantes:
La más conocida de estas drogas es la cocaína. Da resistencia física, pero acelera el ritmo cardíaco, provoca parálisis muscular y dificultades respiratorias que pueden desembocar en un coma respiratorio.
Alucinógenos:
El éxtasis es el más consumido entre los jóvenes. Su peligrosidad radica principalmente en que puede causar la muerte por deshidratación o paro respiratorio. Por su parte, el L.S.D. o ácido lisérgico, no tiene circulación o consumo de importancia en nuestro país, es un alcaloide derivado de un hongo que ataca el centeno, descubierto por el químico suizo Albert Hofman en 1943, y provoca mareo, excitación y visiones de formas y colores vivos y cambiantes.