La protección puede ser física (concreta) o simbólica (abstracta). En el primer caso, podemos nombrar al equipamiento para la protección individual como cascos, máscaras, anteojos, tapones para los oídos, chalecos y guantes que se utilizan en ciertos trabajos o ante las inclemencias del clima: “En la empresa me dieron botas especiales como protección, por si alguna caja cae en mis pies”, “Para recorrer montañas nevadas se recomienda utilizar gafas de sol como protección ante el reflejo de los rayos”.
Es probable que los estándares de seguridad de datos sean más altos en el entorno de su proveedor que en su empresa, especialmente si el proveedor de la nube cuenta con las normas ISO y otros estándares clave de la industria.
Posiblemente, su proveedor de la nube tenga mejores recursos físicos y financieros que usted, para contrarrestar las amenazas a la seguridad de los datos a las que se enfrenta su infraestructura.
Sus datos aún estarán disponibles, incluso si pierde una laptop.
Sus datos estarán almacenados fuera de la red empresarial, y posiblemente en el exterior, lo que puede infringir las leyes y las normas de protección de datos. Si su conexión a Internet es inestable, puede tener problemas para obtener acceso a sus servicios.
Los sitios como Facebook y Twitter son muy propensos a los ataques. Una cuenta corporativa pirateada puede hacer más daño que bien desde el punto de vista de la reputación, mientras que el uso descuidado de los sitios por parte de un empleado puede ofrecer a los delincuentes una puerta de acceso a la red y una oportunidad para explotar la información de los clientes.
Los respaldos de datos automáticos y los altos niveles de seguridad no están garantizados: debe implementarse la diligencia debida.