El gobierno de
Napoleón (1799-1815) encarnó la consolidación del nuevo estado francés heredero
de la Revolución. Se asentó sobre un régimen personalista y autoritario que sin
embargo difundiría los ideales revolucionarios mediante la ocupación de
numerosos estados de Europa.
Para Francia el
período napoleónico supuso la consolidación definitiva de la obra de la
Revolución desde sus presupuestos más moderados.A nivel
político-jurídico
Napoleón afianzó
las principales conquistas revolucionarias aunque eliminando sus aspectos más
radicales y tendiendo a una cada vez mayor concentración de poder en su
persona. Los pasos que siguió fueron: el Consulado (1799-1802), el Consulado
Vitalicio (1802-1804) y, finalmente, el Imperio (1804-1815). Se apoyó para ello
en la alta burguesía y el ejército.
Sus realizaciones
más notables se concretaron en la creación de una administración local de
estructura centralizada, la organización judicial (los jueces fueron
convertidos en funcionarios) y la reestructuración del aparato burocrático.
El resultado de
esta política se materializó en su Código Civil (1804) que garantizaba la
libertad individual, la igualdad ante la ley, la propiedad privada y la
libertad económica.
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A Nivel SocialLa alta burguesía junto a sectores de la nobleza
exiliada repatriada se convirtió en la clase dirigente de Francia en tanto que
el campesinado conservó las ventajas alcanzadas tras las reformas de la
Revolución.A Nivel Ideológico
Por un lado,
Napoleón mantuvo muchos de los principios de la Revolución: liberalismo,
soberanía nacional garantizada por sufragio universal, separación de poderes,
subordinación del clero al Estado, fomento de la educación, etc.
Pero por otro,
desvirtuó el sufragio universal, entorpeció la acción del cuerpo legislativo,
la educación fue utilizada como un medio de control moral y político, los
tribunales sufrieron una depuración (imposición de magistrados afectos al
régimen), la libertad de prensa y de palabra se recortaron y la etiqueta
cortesana al estilo de las monarquías absolutas fue recuperada. Finalmente, en
materia religiosa Napoleón restableció las relaciones con el Vaticano
(Concordato de 1801) y todos los obispos juramentados afectos a la Revolución
fueron destituidos.
Napoleón persiguió la idea de una Europa unida
bajo un mismo orden, caracterizado por la abolición de la sociedad estamental.
Para poner en práctica dicho proyecto se embarcó en una política imperialista
que liquidó bruscamente los reductos del Antiguo Régimen.Para ejecutarla se valió de un moderno ejército
que utilizando tácticas revolucionarias venció a cuantas coaliciones se le
enfrentaron, esencialmente las integradas por Austria, Rusia y Prusia bajo la
dirección de Inglaterra
El resultado fue
la formación de un extenso imperio bajo el liderazgo de Francia, organizado y
regido personalmente, a través de familiares o militares de confianza, con la
colaboración de las clases ilustradas de los países conquistados, en los que se
promulgaron constituciones y códigos similares al francés.
La formación de
ese imperio fue posible gracias a una serie de ininterrumpidas victorias
militares frente a rusos, austríacos y prusianos (Ulm, Austerlitz, Jena, etc).
Sin embargo, fracasó en el intento de bloquear a Inglaterra por mar.
Las dificultades que encontró en España (Guerra de la Independencia), el fracaso de la campaña de Rusia y la enérgica acción de Inglaterra (derrota franco-española de Trafalgar, 1805) hicieron fracasar sus pretensiones imperiales. Tras ser vencido Leipzig (1813) fue desterrado a la isla de Elba (1814).La campaña de Rusia supuso un duro descalabro para las tropas de Napoleón que fueron sorprendidas por el duro invierno. Las pérdidas de su ejército fueron enormes.
En el campo
político-social y militar
Supuso la
extensión de las formas revolucio-narias, del liberalismo (Código de 1804) y la
quiebra definitiva de las estructuras feudales.
El nacimiento de
una serie de constituciones de signo liberal moderado (Ej. el Estatuto de
Bayona de España, 1808).El ascenso de la
burguesía como nueva clase dominante frente a la nobleza y el clero.
La puesta en
práctica del Derecho moderno. La innovación de los
ejércitos y las tácticas militares.
En el campo
económico
Consolidó las reformas
agrarias llevadas a cabo durante la Revolución y propició la formación de un
campesinado de clase media que transmitió a Francia estabilidad política.
Aunque una significativa parte de las tierras expropiadas a la nobleza durante
la revolución fueron devueltas a sus antiguos dueños, la operación se
materializó bajo las formas jurídicas y de explotación capitalistas. Además se
sentaron las bases para que Francia iniciara su industrialización.
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En el aspecto
ideológico
El imperialismo
napoleónico fomentó los nacionalismos, tanto el francés como el de los estados
que fueron ocupados por sus ejércitos. También aseguró las bases de la
enseñanza laica plasmada en la reforma de la Enseñanza Secundaria
(Bachillerato) que gozaría de gran prestigio internacional y subsiste aún en
nuestros días.
Este legado
perduró a pesar de los intentos de involución promovidos por los sectores más
reaccionarios a raíz del Congreso de Viena y materializados en la acción de la
Restauración
Llevó consigo la
restauración de los Borbones en Francia en la persona de Luis XVIII,
interrumpida por el corto regreso del emperador al poder (Imperio de los Cien
Días). Tras ser derrotado en Waterloo (1815), fue desterrado a la isla de Santa
Elena (en el Atlántico) donde murió en 1821.