La conservación de los alimentos en buenas condiciones para el consumo humano ha preocupado a las personas desde la Antigüedad. Para conseguir que se mantengan en buen estado, se han empleado muchos procedimientos, como la salazón, la curación, el ahumado, la deshidratación, el calentamiento, la congelación, el enlatado, la irradiación y la conservación química.La conservación química consiste en la
adición de productos químicos que protegen los alimentos de una posible
alteración y mejoran sus características químicas o biológicas, o sus
cualidades físicas de aspecto, sabor, olor o consistencia.
Se denomina conservación a cualquier alimento sustancia añadida a los alimentos ( bien sea de origen natural o artificial) que pueda detener o minimizar el deterioro causado por la presencia de diferentes tipos de microorganismos , bacterias, levaduras o mohos. este deterioro microbiana de los alimentos puede producir perdidas económicas sustanciales, tanto para la industria alimentaria que puede llegar a generar perdidas de materias primas y de algunos sub- productos elaborados antes de su comercialización así como distribuidores y usuarios consumidores tales como deterioro de productos después de su adquisición y antes de su consumo problemas de sanidad.
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CONSERVANTES NATURALES
Secado: especialmente las frutas (uvas, albaricoques, secados a la sombra en lugares ventilados ayudan a que ese alimento dure semanas o meses.
Salado: Empezó la técnica de salar la carne y el pescado. Luego también se desarrollaría la técnica de la salmuera (sal con agua) ideal sobretodo para las aceitunas.
Ahumado: seguramente también por accidente se comprobó que los alimentos ahumados (carne y pescado) se conservaban durante mucho tiempo.
Frío: en invierno se hacían agujeros profundos en el suelo y se ponían capas de alimentos y de hielo o nieve, de forma alternativa. Eran los primeros congeladores o heladeras.
Cubrir el alimento con arena: hasta hace pocos años en muchas casas aún se aprovechaba el hueco de debajo de la escalera (que es oscuro y fresco) como (naranjas, papas o patatas, cebollas, etc.) Esta técnica barata y práctica permitía guardar sobre todo verduras durante varias semanas.
Los conservantes artificiales son un ingrediente común en la mayoría de los alimentos que no están etiquetados como orgánicos. La popularidad del uso de conservantes proviene del estilo de vida de los ocupados consumidores, y de la conveniencia de comprar alimentos preparados que no es necesario preservar por tu cuenta.
Ayudan a los alimentos a tener la misma textura y evitar que los ingredientes se separen y "apelmacen" (como la sal en las papas fritas o alimentos que contienen tanto grasas como agua).
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ANTIOXIDANTES
Evitan
la oxidación de los alimentos e impiden el enranciamiento y la decoloración. Se
utilizan en productos horneados, cereales, grasas y aceites, y en aderezos para
ensaladas. Por ejemplo, el ácido ascórbico y ácido cítrico.
El moho, las levaduras, bacterias y hongos son elementos que estropean la comida y causan enfermedades. Los antioxidantes añadidos a los alimentos como conservantes evitan que se vuelvan oscuros cuando están expuestos al oxígeno (como el guacamole, por ejemplo). También evitan que la grasa de los alimentos desarrolle un sabor agrio o rancio. Understanding Food Additives establece que algunos conservantes de alimentos comunes son el dióxido de azufre y los sulfitos (E220-E228), ya que tienen mejores efectos antibacterianos que otros compuestos similares. El ácido benzoico (E210-E213) se utiliza para prevenir el crecimiento bacteriano y el deterioro en las bebidas no alcohólicas.