La globalización está fundada en la idea de seres humanos libres, personas para las que la libertad es un rasgo esencial y que se traduce en la posibilidad de actuar sin frenos ni obstáculos.En el caso de la globalización, esa libertad coloca su principal atención en los límites innecesarios que pueden crear los gobiernos de las naciones.
La globalización pone especial atención en la libertad económica, apoyando lo que se conoce como libre comercio: la posibilidad de mover bienes de manera libre transfronteras, entre personas de distintos países y sin obstáculos. Es la libertad para exportar e importar.Un ejemplo concreto muy representativo del elemento de libertad económica es la posibilidad de outsourcing de trabajos entre países —como también el libre movimiento de capitales.
La globalización contiene también el elemento de la libre circulación de información entre personas de distintos países, reprobando notoriamente las posibles censuras de gobierno, como restricciones a Internet y prohibiciones de libros.
La globalización tiene también un elemento que sostiene la conveniencia de la apertura gubernamental a sus ciudadanos y el resto del mundo, una especie de mecanismo de rendición de cuentas gubernamentales que se opone a sistemas autoritarios y dictatoriales que son fuentes de abusos de autoridad.
La globalización es la aplicación en un nivel mundial de libertades de
expresión, creencia, religión, educación, arte —es la libre circulación de ideas, muy bien
ilustrada en los usos que se hacen de Internet y, por contraste, los esfuerzos que hacen algunos
gobiernos por censurar su uso.