Se caracteriza por unos inviernos fríos y largos con temperaturas negativas, y veranos frescos y cortos. Tiene una oscilación térmica de 10,5 ºC. Las precipitaciones son muy escasas en forma de lluvia en primavera y verano y de nieve en invierno y otoño.
Los vegetales que viven en la alta montaña muestran un aspecto almohadillado, unas largas raíces y unas hojas pequeñas y pilosas que les permiten subsistir en este medio tan adverso, que resistan muy bien los cambios de temperatura y los vientos de la alta montaña.
La fauna de alta montaña se ve condicionada por factores climatológicos. Es significativa la presencia de invertebrados. Por el contrario los vertebrados no abundan, y están principalmente representados por los reptiles, unas pocas aves nidificantes y algunos murciélagos.