Fichas de estudio De la Filosofía a la Psicología

Descripción

Puntos importantes de considerar para el estudio del paso del Autoengaño como problema de la filosofía a la psicología.
Mauricio González Vicencio
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Mauricio González Vicencio
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Resumen del Recurso

Pregunta Respuesta
IV Congreso internacional de investigación y práctica profesional en Psicología XIX jornadas de investigación VIII encuentro de psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2012. CITA: Fernández Acevedo, Gustavo (2012) EL AUTOENGAÑO: LA TRANSICIÓN DE UN PROBLEMA DE LA FILOSOFÍA A LA PSICOLOGÍA. IV Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XIX Jornadas de Investigación VIII Encuentro de Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
Problemas en cuanto a la definición Conceptual del Objeto de Estudio, problemas de definición gnosológica y ontológica. Se proponen partes inconscientes del fenómeno, Bandura incluso llegará a negar su existencia. Los Problemas científicos suceden y derivan conceptual y cronológicamente de los problemas Filosóficos.
La Biología Evolucionista (Trivers, 2000, 2011). Las Neurociencias (Ramachandran, 2006; Turnbull y Solms, 2007). Las Ciencias Sociales (Cohen, 2001; Zerubavel, 2006). Se han interesado activamente en los últimos años en la descripción y explicación del fenómeno del autoengaño.
La Psicología Cognitiva La Psicología Social La Psicología de la Personalidad Psicopatología Han hecho aportes para la comprensión de un fenómeno singularmente elusivo y complejo. Hay antecedentes bastante remotos de intentos de estudiar empíricamente el fenómeno (Frenkel-Brunswick, 1939)
PRIMERO: Lagunas o déficits en la conceptualización psicológica sobre el fenómeno, originadas en ocasiones por una negligencia respecto de teorizaciones filosóficas previas SEGUNDO: posibilita sugerir líneas alternativas y más promisorias de investigación. Permite, por último, renovar la reflexión acerca de las relaciones entre la psicología y la filosofía, relaciones siempre complejas y vigentes pese a la ya remota separación de ambas disciplinas. La reflexión sobre este proceso hace posible varias consideraciones potencialmente útiles.
Paulhus (2007), desde la psicología social, define al autoengaño como ‘el acto de mentirse a uno mismo’ Esta conducta no incluye exageración, falsificación o simple mentira; el autoengaño es algo más profundo y complicado, incluso paradójico Refiere a esta conducta como casos en los cuales las ‘personas aparentemente creen algo que saben que es falso’. Lo que caracteriza a todos estos casos es que la evidencia en favor de la creencia rechazada es mayor que la evidencia contraria.
Paulhus considera que la explicación de casos como éstos requiere el reconocimiento de la existencia de partes inconcientes de la mente. Sólo en tales partes inconcientes puede un conflicto emocional influenciar realmente la conducta de un individuo y, pese a eso, ser inaccesible.
Así como a Paulhus la coexistencia de creencias contradictorias y la postulación de una concepción agencial del fenómeno (esto es, las personas somos agentes activos en la producción del autoengaño) les parecen aceptables, para otros psicólogos son tan evidentemente incorrectas como para rechazar la posibilidad del autoengaño Bandura (1991) ha negado la existencia de este fenómeno. Basa su posición escéptica en la tesis de la imposibilidad de ser simultáneamente quien engaña y quien es engañado; es lógicamente imposible, señala, engañarse a uno mismo para creer algo mientras simultáneamente se sabe que es falso.
Observa, asimismo, que los intentos de resolver esta paradoja mediante la apelación a partes inconcientes de la mente han tenido escaso éxito. El yo engañador tiene que ser conciente de lo que el yo engañado cree para saber como fraguar el engaño.
1. el individuo sostiene dos creencias contradictorias (que p y que no p). 2. Esas dos creencias contradictorias son sostenidas simultáneamente. 3. El individuo no es conciente de que sostiene una de esas creencias. 4. El acto que determina cual creencia es objeto de la conciencia y cual no es un acto motivado’ Ejemplo de adopción de definiciones cuestionables se encuentra en los intentos experimentales de Gur y Sackheim (1979) Estos autores proponen estos criterios como necesarios y suficientes para el autoengaño:
Los autores que se dedican al estudio de este fenómeno, comparten un mismo supuesto cuestionable: el de que el autoengaño debe implicar esencialmente la coexistencia de creencias contradictorias. ...como es el caso de Paulhus y Gur y Sackheim, a proponer partes inconcientes de la mente de una forma ad hoc, o bien, como es el caso de Bandura, a negar la existencia del fenómeno.
El supuesto de la coexistencia de creencias contradictorias ha sido cuestionado de manera convincente por muchos estudios filosóficos (Talbot, 1995; Barnes, 1997; Mele, 1987, 2001). las creencias contradictorias podrían no coexistir, sino suceder una a la otra en el tiempo. Una alternativa más radical consiste en negar que la creencia verdadera forme parte inicialmente del repertorio de creencias del agente y que luego sea sustituida por la creencia falsa; esto es, las creencias contradictorias no coexisten ni se suceden temporalmente en la mente del agente.
En Mele (2001), por ejemplo, puede encontrarse incluso un modelo explicativo del autoengaño que prescinde de tal supuesto y basado en sólida evidencia empírica provista por varios estudios psicológicos. En esta perspectiva el autoengaño es el producto de una combinación de sesgos cognitivos “fríos” y estados motivacionales y emocionales, que conduce a la adopción de creencias falsas sin que la creencia verdadera o más fundada en la evidencia haya estado alguna vez en posesión del agente.
Si bien hay varios escritos en esta vertiente (Gergen, 1985; Lewis, 1986; Harre, 1988), Clegg y Moissinac (2005). Han existido intentos, desde la psicología, de “disolver” el fenómeno del autoengaño. Estos intentos suelen estar ligados a posiciones construccionistas radicales, que adoptan posiciones subjetivistas y relativistas tanto en el plano ontológico como en el plano gnoseológico
Siguiendo a Gergen, estos autores observan que el término autoengaño posee poder ilocucionario como una herramienta retórica, más que como algo que hace referencia a un fenómeno mental específico. Existen además dos modos en los cuales el concepto de autoengaño provee valor cultural: posibilita a una persona evitar la responsabilidad por acciones irresponsables y es un modo de ejercer poder sobre otra persona.
Los autores rechazan la noción de procesos psíquicos que sesgan nuestra visión de la realidad. La noción de proceso sesgado supone una clase de realidad externa absoluta contra la cual el procesamiento erróneo puede ser medido -una creencia falsa requiere una verdad, así como los medios para arbitrar entre ellas-. Como todas las ramas del psicologismo, observan, este enfoque corteja el absurdo debido a que las creencias supuestamente verdaderas o garantizadas respecto de las cuales las creencias sesgadas son comparadas, son en sí mismas los productos de alguna clase de razonamiento sesgado.
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