Creado por Aster Navas
hace alrededor de 8 años
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Pregunta | Respuesta |
1 —Estás empeñada en ultrajarnos —dijo a Lulú medio llorando—. ¿Qué vamos a hacer, Dios mío, cuando venga ese hombre? —Que venga —replicó Lulú—; yo le diré que es un gandul y que más le valía trabajar y no vivir de su suegra. —¿Pero a ti qué te importa lo que hacen los demás? | 2. parte. Las carnarias. Manolo el Chafandín |
2 —Para mí sí; yo pienso en el hijo; yo no creo como Calderón, que el delito mayor del hombre sea el haber nacido. Esto me parece una tontería poética. El delito mayor del hombre es hacer nacer. —¿Siempre? ¿Sin excepción? —No. Para mí el criterio es éste: Se tienen hijos sanos a quienes se les da un hogar, protección, educación, cuidados... podemos otorgar la absolución a los padres; se tienen hijos enfermos, tuberculosos, sifilíticos, neurasténicos, consideremos criminales a los padres. —¿Pero eso se puede saber con anterioridad? | 7. parte. La experiencia del hijo. El derecho a la prole. |
3 ¿Cómo se llama el enfermo? —Villasús, Rafael Villasús. —¿Éste es un señor que hacía dramas? —Sí. Andrés lo recordó en aquel momento. Había envejecido en diez o doce años de una manera asombrosa; pero aún la hija había envejecido más. Tenía un aire de insensibilidad y de estupor que sólo un aluvión de miserias puede dar a una criatura humana. Andrés se fue de la casa pensativo. | 6. parte. La experiencia en Madrid. La muerte de Villasús |
4 En el pueblo, la tienda de objetos de escritorio, era al mismo tiempo librería y centro de suscripciones. Andrés iba a ella a comprar papel y algunos periódicos. Un día le chocó ver que el librero tenía quince a veinte tomos con una cubierta en donde aparecía una mujer desnuda. Eran de estas novelas a estilo francés; novelas pornográficas, torpes, con cierto barniz psicológico hechas para uso de militares, estudiantes y gente de poca mentalidad. —¿Es que eso se vende? —le preguntó Andrés al librero. —Sí; es lo único que se vende. El fenómeno parecía paradójico y sin embargo era natural. | 5. parte. La experiencia en el pueblo. Sexualidad y pornografía |
5 ¿Comprender? ¿Explicarse las cosas? ¿Para qué? Se puede ser un gran artista, un gran poeta, se puede ser hasta un matemático y un científico y no comprender en el fondo nada. El intelectualismo es estéril. La misma Alemania, que ha tenido el cetro del intelectualismo, hoy parece que lo repudia. En la Alemania actual casi no hay filósofos, todo el mundo está ávido de vida práctica. El intelectualismo, el criticismo, el anarquismo van de baja. | 5. parte. La experiencia en el pueblo. Primeras dificultades. |
6 Andrés pudo comprobar que el pesimismo y el optimismo son resultados orgánicos como las buenas o las malas digestiones. En aquella aldea se encontraba admirablemente, con una serenidad y una alegría desconocidas para él; sentía que el tiempo pasara demasiado pronto. | 3. parte. Tristezas y dolores. Desde lejos. |
7 —Muy poco. Todas estas mujeres tienen una mortalidad terrible; cada ama de esas casas de prostitución ha visto sucederse y sucederse generaciones de mujeres; las enfermedades, la cárcel, el hospital, el alcohol, va mermando esos ejércitos. Mientras la celestina se conserva agarrada a la vida, todas esas carnes blancas, todos esos cerebros débiles y sin tensión van cayendo al pudridero. | 6. parte. La experiencia en Madrid. De los focos de la peste. |
8 —¿Sabes algo de química? —Muy poco. —¿No has estudiado? —Sí; pero se me olvida todo en seguida. —Es que hay que saber estudiar. Salir bien en los exámenes es una cuestión mnemotécnica, que consiste en aprender y repetir el mínimum de datos hasta dominarlos...; pero, en fin, ya no es tiempo de eso, te recomendaré, vete con esta carta a casa del profesor. | 1. parte. La vida de un estudiante en Madrid. La sala de disección |
9 La disposición espiritual de la familia era un tanto original. Don Pedro prefería a Alejandro y a Luis; consideraba a Margarita como si fuera una persona mayor; le era indiferente su hijo Pedro, y casi odiaba a Andrés, porque no se sometía a su voluntad. Hubiera habido que profundizar mucho para encontrar en él algún afecto paternal. | 1. parte. La vida de un estudiante en Madrid. Andrés y su familia |
10 Don Pedro estaba constantemente predispuesto contra aquel hijo, que él consideraba díscolo y rebelde. Andrés no cedía en lo que estimaba derecho suyo, y se plantaba contra su padre y su hermano mayor con una terquedad violenta y agresiva. | 1. parte. La vida de un estudiante en Madrid. Andrés y su familia |
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