Cinco meses después de instituida la primera bandera nacional (marzo de 1822), Bernardo de Tagle, marqués de Torre Tagle y Supremo Delegado de la República, quien reemplazó interinamente a San Martín cuando éste viajó a Guayaquil, decretó un nuevo diseño. La composición establecía una franja blanca transversal encarnada entre dos de color rojo de la misma anchura con un sol en el centro. La modificación efectuada respondía -según Torre Tagle- entre otras cosas, a los inconvenientes que demandaba “la construcción” de la anterior bandera.
Bernando de Tagle
Nota:
Bernardo de Tagle le había dado a la bandera nacional un carácter provisional, considerando que el momento que vivían no era el apropiado para dictar normas de carácter definitivo. Así, optó por darle otro diseño a la bandera en virtud de que ésta se confundía a lo lejos con la de los españoles. Las nuevas características (tres franjas verticales -rojo a los extremos y blanco al centro- con un sol encarnado en el centro) se fijaron el 31 de mayo de 1822.
Don Jose de San Martin
Nota:
Los sagrados colores de la bandera peruana fueron inspiración del general José de San Martín. En cuanto el porqué del rojo y blanco existen muchas interpretaciones. Algunos historiadores afirman, por ejemplo, que San Martín quiso tomar los colores de Argentina (blanco) y de Chile (rojo), países originarios del Ejército Libertador. Otros aseguran, en cambio, que fueron producto de una inspiración del general, al observar los colores de las “parihuanas”, aves que abundan en la Bahía de Paracas y que volaban sobre la escuadra libertadora al momento de su desembarco. También se dice que la bandera del Perú es roja porque fue el color de la guerra de los Incas y porque simboliza la sangre generosa de nuestros héroes y mártires; mientras que el blanco de su faja central representa la pureza de sentimientos, la libertad, la justicia social y la paz.
Bernando de Tagle
Nota:
Bernardo de Tagle le había dado a la bandera nacional un carácter provisional, considerando que el momento que vivían no era el apropiado para dictar normas de carácter definitivo. Así, optó por darle otro diseño a la bandera en virtud de que ésta se confundía a lo lejos con la de los españoles. Las nuevas características (tres franjas verticales -rojo a los extremos y blanco al centro- con un sol encarnado en el centro) se fijaron el 31 de mayo de 1822.