DEL ANONIMATO AL PROTAGONISMO: LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES Y EL ÉXODO CENTROAMERICANO
Descripción
Mapa Mental sobre DEL ANONIMATO AL PROTAGONISMO: LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES Y EL ÉXODO CENTROAMERICANO, creado por Alejandro Velazquez el 04/05/2018.
DEL ANONIMATO AL PROTAGONISMO: LOS ORGANISMOS
NO GUBERNAMENTALES Y EL ÉXODO CENTROAMERICANO
LAS ORGANIZACIONES no gubernamentales (ONG) se han convertido
en uno de los nuevos actores internacionales
El contraste es evidente, porque entre seguir las directrices de los gobiernos y
actuar en coordinación con ellos media el reconocimiento de la importancia
de las ONG
Enntiendo por ONG, porque incluso cuando hay acuerdo sobre su importancia es difícil
precisar su naturaleza. En parte esto se debe a que se les identifica negativamente: es
decir, son organizaciones sociales que no tienen afiliaciones políticas, no forman parte
del gobierno y no buscan ganancias materiales.
Las definiría como organizaciones laicas o religiosas, nacionales o internacionales, que
surgen de diferentes clases sociales, con objetivos muy precisos, y que se distinguen
por su deseo de mantener una línea de acción autónoma frente a gobiernos o
partidos políticos y por contar con la confianza de la población que atienden.
Las ONG que se crearon para atender a la población afectada por los
conflictos centroamericanos
Es importante la distinción entre ONG internacionales y locales o nacionales: las primeras,
creadas en países industrializados, se han concentrado en transferir recursos a las
segundas, aunque algunas sí tienen programas operativos propios; las locales se forman
en los países de la región.
1980-1984: LOS PRIMEROS ESFUERZOS DE COORDINACIÓN
De los millones de centroamericanos que han abandonado su país durante las
guerras que han asolado la región, alrededor de 87% ha viajado a México y a
Estados Unidos a través de México
Por un lado, 46 mil campesinos guatemaltecos que llegaron a Chiapas y fueron reconocidos
tanto por ACNUR como por el gobierno mexicano. Por el otro, la inmensa mayoría de
centroamericanos dispersos que fueron ignorados por ACNUR y tolerados u hostigados por
el gobierno federal y otras autoridades en México.
Uno de los momentos más álgidos de ese periodo de tensiones fue cuando el gobierno mexicano
reubicó a los guatemaltecos en otros estados, en 1984.
Esta historia es bastante conocida. Se sabe menos sobre la evolución de las ONG hacia una
colaboración más compleja. En el caso de las ONG del sureste, en 1982 las diócesis de San
Cristóbal, Tapachula y Tehuantepec crearon la Coordinadora de Ayuda a Refugiados
Guatemaltecos, que agrupaba a los tres comités que atendían a la población centroamericana.
En otras partes de México también surgieron ONG para atender y proteger a los centroamericanos
no reconocidos. Desde 1979 algunos grupos civiles y religiosos (alumnas de la escuela Vasco de
Quiroga y la Casa de los Jesuitas de Centroamérica) organizaron algunos programas de solidaridad
que adquirieron una expresión más formal en 1980 al crearse, en la ciudad de México
Estos primeros años de trabajo de las ONG mexicanas muestran algunos rasgos comunes. Las ONG
existían sin tener comunicación entre ellas y con pocos recursos. El ambiente en que se desenvolvían
era de profunda, aunque justificada, desconfianza hacia el gobierno y, con frecuencia, hacia otras ONG;
estaba caracterizado por la atmósfera de clandestinidad en la que vivían los centroamericanos que
huían de la represión.
1984-1990: DE CARTAGENA A CIREFCA
Pese a la incapacidad de las ONG locales para lograr formas de organización más sofisticadas, para
1984 ya habían adquirido una importancia y legitimidad que la mayor parte de los gobiernos
trataban de minimizar.
En noviembre de 1984 se reunieron gobiernos y organismos internacionales y aprobaron una excelente
definición de lo que es un refugiado,1 2 misma que algunos de ellos trataron de desconocer tan pronto
dejaron Colombia
El año 1986, y sobre todo 1987, fueron fundamentales en los procesos de concertación que
se manifestaron públicamente en la Conferencia Internacional sobre Refugiados
Centroamericanos que se realizó en 1989.
Otro factor que vale la pena resaltar fue la entrada en escena de nuevas ONG, como la
Academia Mexicana de Derechos Humanos (AMDH) cuyo Programa de Estudios de Refugiados
se dedicó a hacer un seguimiento de lo que pasaba con éstos.
Si en 1988 las ONG mexicanas eligieron delegados regionales, fue porque reconocieron que
avanzaba el proceso de concertación regional. En el encuentro de 1987 dos ONG mexicanas (AMDH y
Sedepac) y una centroamericana (Comisión de derechos humanos de Centroamérica, Codehuca)
fueron designadas para promover una conferencia internacional de ONG.