Hay que prevenirse, pues, contra una ingenuidad: no hubo jamás una situación de partida, desviación de grado cero entre
palabras y objetos, en la que cada cosa respondiese a su nombre y hubiera un nombre para cada cosa; en su misma esencia, el
lenguaje funciona, y deja hueco a la creación y al pensamiento, precisamente porque esa situación de equilibrio contable
Hay reglas o principios que, no obstante ser objeto de profunda
convicción en el terreno privado, se vienen abajo en cuanto intentan formularse en público, porque comportan abusos
intolerables cuyas víctimas no pueden consentir su vigencia. Y de nuevo es la violencia lo único que puede acallar esas quejas
y sobrepasar ese límite del sufrimiento ajeno. Hay un grupo de varones convencido hasta tal punto de su irresistible encanto
para el sexo opuesto que no encuentra concebible que una mujer rechace o abandon
No podemos decir todo lo que
queremos. Tampoco el lenguaje es solamente una herramienta al servicio de nuestros propósitos y a la que no debamos
ningún respeto; posee un rigor ése que, cuando un idioma se queda sin hablantes, se manièesta cerradamente como rigor
mortis cuyas violaciones también tienen consecuencias. No podemos decir todo lo que queremos porque, entre otras cosas
Que la honestidad es un fundamento. al éxito que toda personal tenemos en.la vidad cotidiana
este contexto, ante todo para señalar la trasgresión de tres límites a los cuales está sometida
normalmente la variación lingüística. Un primer límite, el más obvio pero no el menos importante, lo establecen las cosas
mismas. Sobre ellas podemos mentir, hacernos ilusiones o simplemente equivocarnos, pero para eso hemos de emitir juicios,
y emitir un juicio es formalmente someter nuestro criterio a las tercas cosas