Una vez alcanzada las naturalezas simples nos aconseja conducir ordenadamente los pensamiento, “comenzando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, como por grados, hasta el
conocimiento de los más complejos”
La deducción
Nota:
Es la operación por la cual se infiere una cosa de otra.
La evidencia
Nota:
Es el criterio de verdad.
No aceptar como verdadera alguna cosa si no sabemos con evidencia que lo es.El acto del entendimiento por el cual se alcanza un conocimiento evidente es la intuición.
Claridad y distinción
Nota:
Lo claro se opone a lo oscuro. Claro es “aquello presente y manifiesto a un espíritu atento”. Una idea clara es una idea separada de las demás ideas. Lo distinto se opone a lo confuso y se define como “aquello que es tan preciso y diferente a lo demás que sólo comprende lo que manifiestamente aparece
al que lo considera como es debido”
La precipitación
Nota:
Tomar por verdadero lo que no lo es, tomar por verdadera una idea confusa, no distinta. Se produce por un exceso de confianza.
La prevención
Nota:
Negarse a aceptar la verdad de lo que es evidente, lo que es claro y distinto. Es el vicio opuesto a la precipitación.
El análisis
Nota:
Dividir cada una de las dificultades que examinare en tantas partes como fuera
posible y en cuantas requiriese su mejor solución”. Lo que aquí llama “dificultades” en las Reglas
lo llama “cuestiones”, que define como “todo aquello en que se encuentra la verdad o la falsedad, cuyas diferentes especies se han de numerar para determinar qué podemos hacer acerca de cada una".Se captan por la intuición.
Naturalezas simples
Nota:
Se definen como los elementos indivisibles, que constituyen el último término del conocimiento, más allá del cual no podemos ir.
Las enumeraciones y revisiones
Nota:
Pero para tener seguridad sobre la totalidad del razonamiento hay que tenerla sobre cada uno de los eslabones o etapas, pues una sola falla pone en peligro la fortaleza o validez de la cadena. Por eso la cuarta regla nos aconseja: “Hacer en todo enumeraciones tan complejas y revisiones tan generales que estemos seguros de no omitir nada”. Según este cuarto precepto
hay que ordenar y enumerar estos elementos para no omitir nada.