1. Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos
- Son bienaventurados los pobres de espíritu porque con
humildad reconocen sus flaquezas y aceptan la ayuda de Dios.
- Los pobres de espíritu son los que se han
convencido de su necesidad espiritual.
SERMÓN DE LA MONTAÑA
2. Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
- Reconocen que son pobres de espíritu y experimentan
un dolor que hace posible el encuentro con Dios.
- Se admite el pecado cometido y hay arrepentimiento por
ello, como gratificación reciben la bendición de Dios.
3. Bienaventurados los mansos, porque
ellos poseerán en herencia la tierra.
- No se refiere manso a una persona débil, como se
cataloga en la actualidad.
- Ser manso es tener el poder del Espíritu
Santo, para ser comprensible con el prójimo.
- Bendición de Dios.
4. Bienaventurados los que tienen hambre y
sed de justicia, porque ellos serán saciados.
- Una persona que alcanza la justicia espiritual, obra con
bondad, vive en la verdad y práctica la mansedumbre.
- Los hambrientos y sedientos encuentran aplacar
su gran necesidad de justicia en Jesucristo.
- Propósito de Dios: e desecha el odio, la condena, el rencor y
todos aquellos males que nos alejan de su camino.
5. Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán la misericordia.
- Misericordiosos aquellos que han aprendido a tener
disposición para compadecerse y perdonar de corazón.
- Alcanzarán la misericordia de Dios, que es el regalo
infinito de Dios el día del juicio final, otorgándoles la
salvación y la vida eterna.
6. Bienaventurados los limpios de
corazón, porque ellos verán a Dios.
- Ellos verán a Dios en la gloria eterna, más
grandemente, claramente, cercanamente y
bendecidamente.
- Compromisos con Dios, discerniendo lo que es bueno de lo que
es malo, teniendo la voluntad de hacer y de creer en lo que se
hace, y siendo dignos de él, limpiamos la mente y la vida.
7. Bienaventurados los que buscan la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
- La consecuencia de trabajar por la paz
es el reflejo de Dios.
8. Bienaventurados los perseguidos por
causa de la justicia, porque de ellos es el
Reino de los cielos.
- Ser perseguido es indicativo que se
transita por el camino correcto abrazado a
Dios.
- El perseguido sentirá la compañía
de Jesucristo en sus acciones.
- Llevar la cruz en el nombre de
Dios. Ser buena persona.