Atravesando en dirección oriental Asia Menor desde el Creciente Fértil, las regiones altas de Persia constituían en el cuarto milenio a. C. un punto natural de confluencia de los logros culturales del Oriente Cercano antiguo. Allí se desarrolló la primera civilización del Elam, y quizá fuera el centro que irradió diversos movimientos culturales e influencias religiosas a través de los montes Zagros hasta Mesopotamia, y a través del Beluchistán y el Himalaya hasta la India occidental.