En términos generales, se coincide en identificar una fase inicial o de
contacto, una fase de desarrollo en la cual surge el rapport, luego
una alianza terapéutica, finalmente una fase terminal de cierre.
Fase inicial
En la primera consulta con el terapeuta cada
detalle es de suma importancia: el espacio,
la luz, los objetos, la decoración. La manera
cómo recibe al paciente es muy importante.
Desde la primera sesión es importante
establecer una relación afectiva.
El entrevistado debe ser recibido de
manera cortés; pero no efusivamente.
Generando un clima de
confianza y un ambiente de
protección que facilite la
expresión de los sentimientos
y pensamientos durante el
proceso de intervención
psicológica.
Rasgos físicos
El psicólogo clínico debe
observar el porte, la forma de
vestir, la presencia de cicatrices,
tatuajes y accesorios que
puedan otorgarnos alguna
información acerca del sujeto.
Fase de desarrollo
Se refiere a todo lo que ocurre
después del contacto inicial y
hasta el cierre.
En la fase de desarrollo el
rapport inicial se transforma
en una relación profesional
Consiste en una
vinculación afectiva y
emocional especial
entre el paciente y el
profesional.
Existen varias actitudes del psicólogo
clínico que contribuyen a la creación y
mantenimiento de una relación
terapéutica, dentro de éstas se destacan.
La empatía
La autenticidad
La aceptación y el juicio no inquisitivo
El psicólogo clínico, en esta fase, deberá estar
específicamente capacitado para manejar al
mismo tiempo el significado de las
conductas, el flujo de pensamiento y los
principios que rigen el raciocinio del paciente.
así como los sentimientos y emociones que surgen
durante el proceso.
Fase de terminación
En la última sesión el psicólogo
clínico debe ser capaz de resumir
los logros y los avances.
Estimular al paciente para tomar
las acciones decididas y explorar la
posible utilización de las
habilidades desarrolladas en otros
tiempos y circunstancias.
En algunos casos, los pacientes
muestran resistencia ante el cierre.
La causa más común es la
preocupación del paciente de no
estar completamente curado.
Es importante aclararle el grado de avance
durante la intervención y hacerle notar que
con la intervención psicológica se aprende a
resolver más eficazmente los problemas y no a
curar los problemas de manera milagrosa.