La biósfera, (del griego bios = vida, sphaira, esfera) es la capa
del planeta Tierra en donde se desarrolla la vida. La capa incluye
alturas utilizadas por algunas aves en sus vuelos, de hasta diez
kilómetros sobre el nivel del mar y las profundidades marinas
como la fosa de Puerto Rico de más de 8 kilómetros de
profundidad.
Sin embargo, estos son los extremos, en general, la capa
de la Tierra con vida es delgada, ya que las capas
superiores de la atmósfera tienen poco oxígeno y la
temperatura es muy baja, mientras que las profundidades
de los océanos mayores a 1,000 m son oscuras y frías.
De hecho, se ha dicho que la biósfera es como la cáscara
de una manzana en relación a su tamaño.
El desarrollo del término se atribuye al geólogo
inglés Eduard Suess (1831-1914) y al físico ruso
Vladimir I. Vernadsky (1863-1945). La biósfera es
una de las cuatro capas que rodean la Tierra
junto con la litósfera (rocas), hidrósfera (agua),
y atmósfera (aire) y es la suma de todos los
ecosistemas.
La biósfera es única. Hasta el momento no se ha
encontrado existencia de vida en ninguna otra parte del
universo. La vida en el planeta Tierra depende del Sol. La
energía proveniente del Sol en forma de luz es capturada
por las plantas, algunas bacterias y protistas, mediante el
maravilloso fenómeno de la fotosíntesis.
La energía capturada transforma al bióxido de carbono en
compuestos orgánicos, como los azúcares y se produce
oxígeno. La inmensa mayoría de las especies de animales,
hongos, plantas parásitas y muchas bacterias dependemos
directa o indirectamente de la fotosíntesis.