El comercio exterior es la compra o venta de bienes y servicios que se realiza fuera de las
fronteras geográficas de un país (en el exterior). Esto es, las partes interesadas en transar
productos se encuentran ubicadas en distintos países o regiones.
El comercio exterior generalmente se encuentra sujeto a diversas normas tanto de control de
los productos (sanitarios, seguridad, etc.), como de procedimientos (trámites burocráticos,
registros, etc.) y de tributación (impuestos, aranceles, etc.).
Se consideran comercio de tránsito a los servicios económicos en los que el individuo que ejecuta la operación no tiene domicilio social ni en el país exportador ni en el importador, sino que está situado en un tercer país.
Por definición, se trata de un comercio fuera de las fronteras del país, que puede comerciar con
una o más naciones. Los países que comercian tienen economías abiertas (permiten las
transacciones con otros países) o al menos tienen acuerdos de comercio exterior con algún país
en particular. Suele estar sujeto a una normativa especial (control, proceso, tributos, etc.)
La entrada o salida de productos generará un flujo de divisas. Cuando los países que comercian
tienen distintas monedas, el valor de la divisa con respecto a la moneda local se refleja en el
tipo de cambio. Las fluctuaciones del tipo de cambio pueden afectar los flujos de comercio
exterior entre los países que tienen distintas monedas.