Se trata de que todas las cosas del mundo estén conectadas a Internet.
No solo los dispositivos
electrónicos pueden
conectarse a Internet. El
Internet de las cosas va
mucho más allá.
Existen frigoríficos, hornos y
lavadoras que pueden ser
controladas desde un
smartphone gracias a la
conexión a Internet con la que
cuentan.
Tanto a nivel doméstico como a nivel
profesional, el Internet de las cosas podría
cambiar el mundo tal y como lo
conocemos hoy.
¿Problemas
de
seguridad?
El precio de los sistemas de seguridad, que irá
descendiendo de manera progresiva, así como su
seguridad, son los dos obstáculos
que todavía impiden que las casas inteligentes sean
una realidad ahora mismo de manera masiva. No
obstante, es cuestión de tiempo que estos obstáculos
sean salvados.
Las mejoras en la integración de componentes, consumo de energía y
nuevos estándares ha evitado finalmente que abandonemos la idea
que todos los dispositivos, incluyendo pequeños sensores a pilas,
tengan dirección IP y ofrezcan sus propios servicios en la nueva WEB.
Obviamente, para que haya direcciones suficientes no sirve IPv4,
tiene que ser IPv6.