El Design Thinking se desarrolla siguiendo
un proceso en el que se ponen en valor los
que nosotros consideramos sus 5
características diferenciales:
La generación de empatía: hay que entender los problemas,
necesidades y deseos de los usuarios implicados en la solución
que estamos buscando. Independientemente de qué estemos
desarrollando, siempre conllevará la interacción con personas.
Satisfacerlas es la clave de un resultado exitoso.
El trabajo en equipo, ya que pone en valor la capacidad de los
individuos de aportar singularidad.
La generación de prototipos, ya que defiende que toda idea debe
ser validada antes de asumirse como correcta. El Design Thinking
propicia la identificación de fallos, para que cuando demos con la
solución deseada, éstos ya se hayan solventado.
Todo ello bajo una atmósfera en la que se promueve lo lúdico. Se
trata de disfrutar durante el proceso, y gracias a ello, llegar a un
estado mental en el que demos rienda suelta a nuestro
potencial.
Durante el proceso se desarrollan técnicas con un gran
contenido visual y plástico. Esto hace que pongamos a trabajar
tanto nuestra mente creativa como la analítica, dando como
resultado soluciones innovadores y a la vez factibles.
Para comenzar a utilizar
la metodología es muy
importante preparar
estos cuatro puntos:
Los materiales: Los usados en las técnicas de
Design Thinking están al alcance de cualquiera.
Hazte con rotuladores, hojas de papel, notas
adhesivas, lápices de colores, pegamento y una
cámara de fotos. Serán nuestras herramientas
para promover la comunicación visual, que es
fundamental en la metodología. Una imagen vale
más que mil palabras. Y lo que es más importante:
una imagen puede evocar un sinfín de ideas, ya
que da pie a la interpretación.
El equipo: En el Design Thinking es imprescindible
trabajar en equipo. Cuanto más diverso sea, mejor. Así
podréis sumar puntos de vista, conocimientos y
experiencia. Es imprescindible que haya al menos una
persona con conocimientos sobre la metodología que
sepa guiar el proceso. Y aunque debe tener un nucleo
estable de personas que participen hasta el final, se
podrán sumar otras dependiendo de la fase en la que
nos encontremos. Por ejemplo, en la generación de
ideas o en la prueba de prototipos.
El espacio: Durante el proceso necesitaréis un espacio de trabajo,
aunque también desarrollaréis técnicas fuera de él. Buscad un sitio
lo suficientemente amplio para trabajar en torno a una mesa, con
paredes libres donde pegar la información que vayáis generando.
Pensad en un lugar luminoso e inspirador, que propicie el trabajo
distendido y os haga sentir cómodos y con un buen estado
anímico. ¿Habéis oido hablar de las famosas oficinas de Google? Un
espacio inspirador motiva la innovación.
La actitud: En el Design Thinking es imprescindible la actitud.
Debemos adoptar la que se denomina "Actitud del Diseñador".
Ser curiosos, y observadores. En cualquier detalle podemos
encontrar información trascendente. Debemos ser empáticos,
tanto con las personas como con sus circunstancias. Ser capaces
de ponernos en la piel del otro. Cuestionarnos el Status Quo, y
no cargar con prejuicios o asunciones. Ser optimistas y
positivos.Perder el miedo a equivocarnos, y ver los errores como
oportunidades.
¿Qué es el Design Thinking?
Es un método para generar ideas innovadoras que centra su eficacia en entender y
dar solución a las necesidades reales de los usuarios. Proviene de la forma en la que
trabajan los diseñadores de producto. De ahí su nombre, que en español se traduce
de forma literal como "Pensamiento de Diseño", aunque nosotros preferimos hacerlo
como "La forma en la que piensan los diseñadores". Se empezó a desarrollar de
forma teórica en la Universidad de Stanford en California (EEUU) a partir de los años
70, y su primera aplicabilidad con fines lucrativos como "Design Thinking" la llevó a
cabo la consultoría de diseño IDEO, siendo hoy en día su principal precursora.
¿Quiénes lo utilizan?
Según Tim Brown, actual CEO de IDEO, el Design Thinking “Es una disciplina que
usa la sensibilidad y métodos de los diseñadores para hacer coincidir las
necesidades de las personas con lo que es tecnológicamente factible y con lo que
una estrategia viable de negocios puede convertir en valor para el cliente, así
como en una gran oportunidad para el mercado”. ¿Quienes lo utilizan? Empresas
como Apple, Google o Zara lo utilizan. Al ser un gran generador de innovación, se
puede aplicar a cualquier campo. Desde el desarrollo de productos o servicios
hasta la mejora de procesos o la definición de modelos de negocio. Su
aplicabilidad tiene como límites nuestra propia imaginación.