LAS TRES PIEZAS MAYORES DEL TABLERO GEOPOLITICO EN LA ERA DE LA GLOBALIZACION: LOS CASOS DE EEUU, RUSIA Y CHINA
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Mapa Mental sobre LAS TRES PIEZAS MAYORES DEL TABLERO GEOPOLITICO EN LA ERA DE LA GLOBALIZACION: LOS CASOS DE EEUU, RUSIA Y CHINA, creado por Eislem Stiven Torres Peña el 16/03/2021.
LAS TRES PIEZAS MAYORES DEL
TABLERO GEOPOLITICO EN LA
ERA DE LA GLOBALIZACION: LOS
CASOS DE EEUU, RUSIA Y CHINA
China, Rusia y Estados Unidos son grandes potencias dotadas de sus propios conceptos geopolíticos.
Estos conceptos, que han sido repetitivos a lo largo de los tiempos, han sido revisados en la época
actual en que la revolución tecnológica ha reconfigurado la noción de espacio y tiempo,
comprimiéndolos hasta no quedar espacios vacíos ni existir fenómeno que no sea susceptible de
repercutir rápidamente a grandes distancias. Sin embargo, las previsiones de la apertura de las aguas
del Ártico podrían cambiar drásticamente la concepción geopolítica global.
CHINA
La situación geopolítica de China, como segunda potencia del globo, es enormemente compleja, ya que
mezcla un entorno plagado de países poderosos y tensiones con sus propias ambiciones, que no son
escasas. En su expansión, el Imperio del Medio ha priorizado dos vías por igual: la terrestre y la
marítima. En el primer caso, el expansionismo chino mantiene una lógica de generación de influencia
—y de poder— por la vía económica. Así nos encontramos con que la presión demográfica en
Manchuria está desbordando la frontera con Rusia y, de forma oficiosa, los ciudadanos chinos están
colonizando esa parte del extremo oriente ruso, sobre todo mediante concesiones para la explotación
de recursos naturales. Hacia el oeste ha desarrollado la conocida Nueva Ruta de la Seda, cuyo primer
paso es Asia Central en un largo camino que acaba en Europa y mediante la que pretende abrir nuevos
mercados y gozar de un papel protagonista.
La posición de China en su entorno próximo y lejano sería un tema recurrente para sus antiguos
estadistas, aunque el concepto de geopolítica tardase aun muchos siglos en aparecer. La narrativa
“Confucio-menciana” parte de las más ancestrales raíces, en las que se interpretaba que China era el
centro cultural universal.1 Este centro debía ser respetado y asimilado por los pueblos de los que se
rodeaba, a los que debería regir por su jerarquía y administrar en armonía. En este orden no se veía
necesario el conflicto, que se consideraba como una aberración, consecuencia de un relajamiento
moral o error de mando.
Esta narrativa, que se encuentra profundamente arraigada en el
discurso actual de la geopolítica de China2 , sufrió el más grave
de sus reveses cuando las potencias occidentales del S.XIX,
embebidas de los primeros conceptos geopolíticos, la
convirtieron casi repentinamente en un territorio colonial.
Es necesario citar que estos primeros conceptos se
debieron a Ratzel y Kjellen, que en un concepto
darwinista se orientaban a la idea territorial de
espacio vital o “Lebensraum” por el que las culturas
superiores merecían un mayor ámbito territorial
continental en el que desarrollarse.3
EEUU
Los Estados Unidos contiguos son los 48 estados del país situados entre
México y Canadá, además del Distrito de Columbia. Esta parte del país es el
corazón histórico, socio-cultural, político y económico del Estado. Alaska y
Hawái, los dos únicos estados fuera de este territorio, no se incorporaron
como estados hasta 1959 y tienen sus propias dinámicas e intereses
diferenciados. EE.UU. es un país que hay que leer de este a oeste —de derecha
a izquierda—. La historia de EE.UU. como Estado se inicia en la costa este. Allí
se fundaron las primeras colonias europeas y allí surgirá su modelo
económico, político y social; pero acaba en la costa oeste, volcado al Pacífico y
a las relaciones comerciales con Asia. La división Norte-Sur en Estados Unidos
no se corresponde con el norte y sur geográficos, sino con el norte y sur del
momento de la independencia y las décadas posteriores. La división tiene un
origen en el desarrollo de dos modelos socio-económicos diferenteS.
El periodo entre las dos guerras mundiales trajo posturas más regionalistas, con
una visión global fragmentada en la que EEUU dominaba el continente
americano, mientras que en Eurasia existía una división de poderes entre varias
potencias que si se unían podían amenazar a los EEUU. Por ello la política
exterior norteamericana debería ser no aislacionista, manteniendo un equilibrio
de poder en el viejo mundo.12 Para Spykman el área de importancia global no
era la “zona interior”13 sino el borde costero de su periferia o “Rimlamd”. A
través del control de este anillo EEUU podría contener a las potencias
continentales de la URSS y China, al tiempo que aseguraría su supremacía global.
Al acabar la Guerra Fría el pensamiento geopolítico sufrió
un revulsivo, apareciendo tendencias contrarias a Ratzel,
en las que Kennedy preconizaba que la búsqueda del
espacio y poder no reforzaría a los Estados, sino que por el
contrario, esta expansión los llevaría a la decadencia. Así,
la expansión militar excesiva conduciría al declive,
acuciándose éste en el caso que existiese un período de
crisis económica.19 Por este motivo EEUU debería
seleccionar un grupo de “estados axiales” a apoyar y
despreocuparse por aquellas áreas que no tuviesen
interés
RUSIA
El sistema bipolar de la guerra fría, que culminó con la
desintegración soviética, fue sustituido por una realidad
geopolítica completamente nueva, marcada por la
hegemonía americana y el posterior declive del Estado ruso.
Durante los últimos años, Moscú reafirmó sus ambiciones
de superpotencia, generando múltiples tensiones en un
mundo que vive profundas transformaciones. Como
consecuencia del trauma de la desmembración y de los
conflictos territoriales, en Rusia nacieron nuevas corrientes
de pensamiento geopolítico. El artículo aborda la geopolítica
de Rusia y la problemática vinculada a los países del espacio
postsoviético con su cortejo de conflictos territoriales.
Analiza las principales escuelas geopolíticas rusas de la
década de los noventa y el pensamiento geopolítico actual
reflejado en algunos de sus más representativos
exponentes. Se observa como el pensamiento plasmado en
obras geopolíticas influye, paulatinamente, en la estrategia
actual y en el futuro de la política rusa
Rusia estaría llamada a ser el “nuevo imperio” euroasiático, liderando a una serie de aliados que
tuviesen la posibilidad de acceder al mar. Sin embargo esta concepción imperial se debería basar en
un concepto ideológico que respetase la variedad étnica, cultural y religiosa de sus aliados, pudiendo
de esta forma abarcar un espacio geográfico mayor que el de la antigua URSS. Las relaciones descritas
tenderían al establecimiento de un eje de cooperación occidental con Alemania, otro oriental con
Japón y un tercero hacia el sur con Irán.23