la palabra política en la expresión enfoque de política pública (public policy
approach) no quiere decir polity ni, en especial, politics, sino policy: el enfoque
(approach) de política pública es el enfoque que se requiere para la dilucidación de las
mejores políticas (policies) para resolver los problemas públicos en un par de
coordenadas espacio temporales, esto es, en una unidad territorial o jurídico-política
dada (local, regional, nacional o mundial) y en un tiempo determinado.
Pólitica Pública (públic policy)
Enfoque
Nota:
Formula sugerencias o
recomendaciones de política (policy) para enfrentar los problemas públicos. Con este
enfoque el análisis es también análisis politológico o sociológico político, pero a
diferencia del anterior (política) su foco no es el marco institucional (polity), sino el proceso político
(politics). Se le puede denominar análisis politológico-procesal.
El peculiar enfoque (approach) para ello, el enfoque de políticas (policy approach), a
diferencia del enfoque politológico de los dos tipos de análisis anteriores, no es sólo
científico sino científico-técnico. No se pregunta sólo “¿Por qué pasa lo que pasa?”, sino
además “¿Qué puede hacerse para que pase algo distinto y satisfactorio?”, asumiendo que
“lo que pasa” es insatisfactorio: los problemas públicos viejos (mitigados o exacerbados)
“siguen ahí” y se generan siempre problemas nuevos que no tardan mucho en convertirse
también en viejos, mientras que otros nuevos problemas “acechan al amanecer”.
Así, se estudian tanto los cambios que habría que introducir en las políticas (policies)
del gobierno en un periodo dado (incluyendo su modificación sobre la marcha o su eventual
terminación y la adopción de otras distintas), para elevar su productividad pública (su
idoneidad o su optimalidad), como, con un enfoque amplio de política pública, los
cambios que habría que introducir en la configuración institucional del estado (polity) o en
las características del sistema y el proceso políticos (politics), para posibilitar las políticas
(policies) considerables óptimas para resolver o mitigar los problemas públicos, en caso de
que en el presente aquella o éstas no las permitan.28 En ambos casos, fortaleciendo la
gobernabilidad del estado (polity) y, sobre todo, desarrollando su gobernación o
gobernanza.
De suyo cae tanto la complejidad científico-técnica de la tarea, como su indispensable
naturaleza multidisciplinaria. Por ello decimos que Política Pública o Políticas Públicas es
un campo multidisciplinario científico-técnico.
Pública
Nota:
La expresión política pública es el nombre del campo multidisciplinario científicotécnico
que estudia los problemas públicos con la pretensión específica de dilucidar las
mejores maneras de resolverlos, mitigarlos o erradicarlos, desde el punto de vista del
interés público en la maximización (bajo restricciones) del bienestar social. Por extensión, a
las maneras presumiblemente mejores de resolver, mitigar o erradicar ciertos problemas
públicos específicos en un par de coordenadas espacio temporales dado, se les suele llamar
políticas públicas.
Invisibilidad
de las políticas
Nota:
Una “estrategia de juego” o política (policy) frente a un problema público está
conformada, básicamente, por:
Primero, una descripción detallada del problema público que se pretende resolver o
mitigar, así como un análisis de su multicausalidad sobre todo situacional (más que
estructural o profunda, pues atacar ésta suele estar más allá de las posibilidades de
cualquier “jugador” aisladamente considerado, incluso si está en el gobierno) y la
especificación de las conductas de los actores sociales que habría que cambiar para
resolver o mitigar tal problema público.
Segundo, un análisis igualmente detallado de los medios e instrumentos con que
cuenta la autoridad estatal y de las opciones de aplicación de los mismos (cuáles
decisiones y acciones y con qué concatenación tendrían que aplicarse) para generar como
efecto tales cambios de conducta y con ello la solución o mitigación de dicho problema.
Y tercero, un cálculo del tiempo que consumiría, los beneficios que produciría y los
costos que implicaría (incluidos los políticos) cada opción de aplicación o intervención
y la selección fundamentada en ello de la mejor opción, la mejor política (policy) a adoptar.
Tipos de
Instrumento:
El Garrote, La
zanahoria y el
Llamado a
misa
Nota:
Desde un punto de vista general, típicoideal o teórico, la autoridad estatal dispone sólo
de tres grandes tipos o modelos de instrumentos para cambiar la conducta de actores
sociales: el incentivo negativo (castigo), el incentivo positivo (premio) y la conminación
persuasiva (convencimiento). O, en términos coloquiales: el garrote, la zanahoria y el
llamado a misa o sermón.
2
Idoneidad y
optimalidad
de las Políticas
Nota:
Con base en todo lo anterior, el ciudadano observador atento o el estudioso de las
políticas (policy analyst), puede estar en condiciones de responder las preguntas científicotécnicas
claves del análisis de idoneidad y del análisis de optimalidad.
Análisis de ideoneidad: ¿Es la política (policy) en cuestión adecuada o idónea al
problema público que se supone trata de abordar? Esto es, ¿de la combinación de instrumentos de política (garrote, zanahoria y llamado a misa) y de la concatenación de decisiones y acciones que dicha política plantea puede esperarse la solución o la mitigación
de tal problema público?
Análisis de optimalidad: asumiendo que la política en cuestión sea, al revés, en efecto
idónea (en “medicina”, “tratamiento”, recursos suficientes, ausencia de nuevos problemas
iguales o peores producto de ella y relevancia para los actores sociales cuya conducta se
trata de cambiar), ¿es la política más idónea de las posibles? ¿De todas las políticas
idóneas posibles, es la que mejor combina los instrumentos de política y mejor usa la
tecnología disponible para ello, la que mejor supera las restricciones (de polity y de
politics) que se enfrentan (factibilidad), la que ofrece mayor avance en la solución o
mitigación del problema público en cuestión en el limitado tiempo que se tiene para
ello (eficacia) y la que ofrece obtener mayor beneficio neto para el público de los
recursos escasos con que se cuenta (eficiencia),? ¿Es, pues, la política óptima?
También de suyo cae que al responder estas preguntas sobre la optimalidad de la
política en cuestión, nuestro hipotético ciudadano no sólo tiene en sus manos una
argumentación presumiblemente consistente acerca de tal optimalidad, sino que en caso de
encontrar algún déficit tecnológico, de eficiencia, de factibilidad, de eficacia o alguna
combinación de ellos en la misma, queda en posición de pensar en modificaciones que los
resuelvan o, en su caso, en una política alternativa mejor en alguno de los rubros o en
alguna combinación.
El análisis de idoneidad-optimalidad puede descubrir, por ejemplo, que la política en
cuestión, siendo de muy dudosa idoneidad es sin embargo altamente factible, pero es
también ineficaz, no usa la tecnología disponible para combinar el instrumental de política
y, por tanto, más que ineficiente, representa un completo desperdicio de recursos. Esto es,
su adopción, lejos de volver esperable algún incremento en el bienestar público o alguna
utilidad pública, vuelve esperable exactamente lo contrario: un perjuicio al público, cuyo
dinero se desperdicia.
Problemas
públicos e Interés Público
Nota:
Los problemas públicos son estados de cosas en el mundo social que son o pueden ser
considerados indeseables por el público ciudadano, por los representantes políticos de éste
o por las autoridades estatales y, por tanto, se justifica que éstas (especialmente el
ejecutivo) intervengan para resolverlos o mitigarlos usando los recursos jurídicamente
públicos (monetarios y no monetarios).
¿Cómo decide el público ciudadano cuáles son los estados de cosas en el mundo social
que son indeseables y cuáles de ellos es prioritario atender? En principio, eligiendo al
gobernante en turno (titular del ejecutivo), pues normalmente éste, al hacer campaña, le
presenta al público ciudadano su visión de los problemas públicos, su priorización de los
mismos, sus planteamientos de política (policy) para enfrentarlos y su esquema general de
uso de los recursos públicos para ello (todo lo cual suele denominarse “proyecto de
gobierno”). De manera que, normalmente, el público ciudadano decide adoptar, de la
amplia y diversa agenda pública, una agenda gubernamental de problemas y políticas al
elegir al gobernante en turno.
De la misma manera, puede decirse que también decide en qué consiste el interés
público, al menos en ese momento decisivo. Sin embargo, como es inusual que el público
ciudadano esté 100% de acuerdo en cuál debe ser la agenda gubernamental de problemas y
políticas, en quién debe gobernar haciéndose cargo de ella, en qué consiste el interés
público y en qué debe hacer el gobierno en cada situación y coyuntura para protegerlo y
servirlo, normalmente existe sustancial debate público sobre tales temas entre los distintos
grupos sociopolíticos existentes y en todas las instancias del estado.
Este debate público permanente es una de las características distintivas y únicas de los
estados liberal democráticos. Es la forma normal de ser del público ciudadano y de los
diversos grupos ideológico-políticos que lo conforman y hacen política e implica una
vigilancia permanente tanto sobre la publicidad como, sobre todo, la publiceidad de las
políticas, decisiones y acciones del gobierno en turno, sobre qué tanto éstas son funcionales
al interés público, sobre si las autoridades estatales abusan o no del poder del que están
inevitablemente investidas y sobre qué tanto ello degrada o abole tanto tal publicidad como,
sobre todo, tal publiceidad. Y todo ello suele influir poderosamente en las decisiones y
políticas del gobernante en turno.
Así, puede aseverarse que, en contexto de estado liberal democrático, la definición de
en qué consiste el interés público y de cuáles son los problemas públicos prioritarios y las
políticas adecuadas para resolverlos o mitigarlos, más allá de lo establecido en la
constitución y las leyes (polity) y en la agenda del gobernante en turno, la lleva a cabo el
público ciudadano permanentemente mediante dicho debate público entre todos los grupos
políticos o corrientes de opinión ciudadana que lo conforman.
Bienes (o males) Públicos
Bienes (o males) Privados
Nota:
Puede haber bienes (o males) públicos a diferentes escalas: barrio, ciudad, estado
nacional o país, mundo, según sea el territorio relevante para la producción y consumo del
bien (o mal) público, indivisible, de que se trate.
Ejemplo típico de bien público a escala de un estado nacional o país: la seguridad
nacional que, por ser indivisible, una vez producida todos la consumen simultáneamente
(aunque no lo sepan), ningún individuo puede materialmente ser excluido de su consumo y
el consumo de la misma por cualquier individuo no altera la cantidad total existente en un
momento dado de la misma.
Ejemplo típico de mal público mundial: el sobrecalentamiento del planeta que, por ser
indivisible, afecta negativamente a todos los individuos de todos los estados nacionales o
países existentes, ninguno puede materialmente ser excluido de ello y el consumo de tal
sobrecalentamiento por cualquier individuo (el sufrir sus consecuencias) no altera la
cantidad total del mismo existente en un momento dado.
En cambio, los bienes (o males) privados son aquellos que sí son divisibles y, por
tanto, sólo son consumibles por los individuos, digamos, individualmente y no
colectivamente, porque el consumo de uno rivaliza con el consumo de otro.
Ejemplo de bien privado: cualquier bien que consumimos normalmente de manera
individual (prendas de vestir, relojes de pulsera, una consulta médica o de psicoterapia
individual, un auto, etc.). Ejemplo de mal privado: cualquier enfermedad individual, ser
despojado del dinero que se porta por un asaltante al caminar por la calle, ser insultado por
el “antisocial” de la mesa de al lado en un restaurante o por el automovilista que se acaba
de rebasar. Similares situaciones, si padecidas por todos o casi todos en una escala especial
o territorial, son males públicos: una epidemia de gripe (cuyo virus se trasmite por el aire),
el saqueo del erario por el gobernante en turno y sus empleados privilegiados o por
sindicatos de trabajadores de empresas u organismos gubernamentales cuyos ingresos y
prebendas contractuales son muy superiores a las normales.
Problemas de
Política
Nota:
Para presentar la noción de “problema de política” y su importancia, primero
aclararemos la noción de “problema” en la expresión “problema público”; luego,
diferenciando entre “problemas públicos” y “problemas de política”, aclararemos qué
significa “de política” en esta última expresión; y finalmente, procuraremos explicar por
qué todo lo anterior es importante en el campo de Política Pública.
Problemas "Problemas públicos"
Nota:
Estados de cosas indeseables típicos son, por ejemplo, “el crimen”, “la
contaminación”, “la corrupción”, “los niños de la calle”, “la violencia intrafamiliar”, “la
pobreza”, “el bajo crecimiento económico”, “el alto desempleo”, “la baja calidad de los
servicios educativos gubernamentales”, “la inseguridad pública”, “la prostitución infantil”,
“la depredación ecológica”, entre otros muchos más.
Todos estos estados de cosas en la vida social son considerados o pueden ser
considerados indeseables por diversas razones o con base en diversos argumentos. No son
“problemas” por el solo hecho de ser estados de cosas “objetivos”, de “estar ahí”, sino
porque con base en determinadas argumentaciones el público ciudadano, los actores
mediático-políticos o la autoridad los consideran “dignos de ser atendidos” para que
desaparezcan, para que “dejen de estar ahí” o, al menos, para que se mitigue su
gravedad. Así, los problemas públicos, aunque refieren a situaciones objetivas, realmente existentes, son siempre socialmente construidos. Si se quiere, son un asunto
de “subjetividad pública”.
Política "Problemas de Política"
Nota:
El analista de política toma entonces cada uno de tales “puntos de intervención” y,
para poder sugerir “qué decidir hacer” a la autoridad, “qué política adoptar” ante cada uno
de tales “puntos” o, en su caso, ante algún grupo de ellos, tiene antes que dilucidar:
Uno, qué es lo que hay que “cambiar” o “modificar” en tal “punto de intervención” y
por qué, esto es, qué efecto se tendría que producir en la situación involucrada en dicho
“punto” y, a su vez, qué efecto se esperaría que dicho efecto tuviera en el problema público
en cuestión. Así, se “define el problema” en tal “punto”. Se especifica que en dicho “punto
de intervención” hay que producir el efecto “paso del estado de cosas A al estado de cosas
B” porque ello es necesario o indispensable, a su vez, para producir tal o cual efecto en el
problema público.
Dos, cuáles son los comportamientos o conductas individuales o grupales que habría
que “erradicar” o “cambiar” (y en este caso en qué consistiría tal “cambio”) para que dicho
efecto, el paso del estado A al estado B, se produzca en tal “punto de intervención” .
Tres, cuáles serían y en qué consistirían las maneras de “erradicar” o en su caso
“cambiar” tales conductas, esto es, cuáles serían en este “punto de intervención” las
“opciones de política” para producir o inducir dicho efecto.
Cuatro, cuánto “cuesta” cada una de tales opciones, no sólo en términos materiales sino
también espirituales (los valores que hay que “abandonar”, “subordinar” o “atacar” en caso
de adoptar cada una), institucionales (su relación de “continuidad” o “ruptura” con la
tradición decisional de la organización) y políticos (los costos que los grupos que se
opongan a cada opción son capaces de infligir a la autoridad).
Cinco, qué se puede hacer para minimizar los costos espirituales, institucionales o
políticos implicados en cada opción de política, de manera de elevar la probabilidad de que
sea factible llevarla a cabo.
Seis, si tales opciones son excluyentes, cuál y por qué podría ser considerada “la
mejor”. Si no son excluyentes, qué combinación de ellas podría ser considerada “la mejor”
y por qué.
Siete, qué decisiones tendría que tomar y qué acciones tendría que realizar la autoridad
concernida (y cómo tendrían que secuenciarse y articularse, concatenarse) para llevar a
cabo tal mejor opción de política y producir los efectos que tal opción se propone
producir. De esta manera, el analista “define” el “problema de política” ante cada “punto de intervención”: define qué es lo mejor que puede hacerse ante tal “oportunidad de
intervención”.
Ocho, una vez llevado a cabo el análisis de política anterior para cada uno de los
“puntos de intervención”, se tiene que dilucidar, mediante análisis prospectivo (algunos
autores denominan esto como evaluación ex ante), si la articulación de los efectos
esperablemente producibles en cada uno de tales “puntos” con la mejor opción de política
para cada uno producirá, a su vez, el efecto agregado positivo deseado en el estado de cosas
indeseable o problema público respecto al cual se desea “hacer algo” y, en su caso,
dilucidar también qué decisiones y acciones específicas se pueden adoptar para garantizar
tal articulación .
Nueve, la agregación y concatenación consistentes de las mejores opciones de política
para cada punto intervención, conforma la opción de política a seguir, pues de conformidad
con el análisis realizado, “es lo mejor que se puede hacer” frente al problema público en
cuestión.
Bienestar social
Estado (Polity)
Nota:
el monopolio de la coacción relevante;
el monopolio de la ley;
el monopolio de la autoridad política;
el monopolio de la tributación; y
el monopolio de la emisión dineraria.
autocratico
ó privado
Nota:
En el estado autocrático, que denominamos así porque el poder (cratos) dimana de
quien está en el poder (por ello el prefijo auto), la ley (escrita o no) establece los derechos
de propiedad del gobernante sobre el territorio y sobre vidas y haciendas en el mismo y, por
tanto, las autoridades estatales (el gobernante en turno y sus empleados) no tienen límite en
sus relaciones con los individuos gobernados, pues éstos no son miembros del estado, no
son miembros de la polis, son sólo habitantes en el territorio de la misma y, por ello, son
súbditos o siervos del gobernante en turno y, de jure y de facto, son una propiedad más de
éste. Incluso el Estado mismo es propiedad privada del gobernante, razón por la cual al
estado autocrático (principato) se le puede denominar también estado privado. Lo estatal o
la esfera estatal en este tipo histórico de estado es omnipotente pues subsume todo o casi
todo lo existente en el territorio del estado, porque el gobernante es propietario de todo o de
casi todo per secula seculorum.
no existe esfera privada en el estado autocrático, en el estado privado
(principato), porque en éste no existen los mencionados derechos individuales estatalmente
garantizados e inviolables para el gobernante en turno, pues los individuos no son
ciudadanos sino súbditos o siervos y, por tanto, no tienen derecho a esfera privada: están a
merced del Estado, a merced del gobernante en turno y sus empleados, a merced del
establecimiento buropolítico.
esfera privada
Nota:
La expresión lo privado o esfera privada refiere al ámbito de acción de los individuos,
valga la aparente redundancia, en tanto individuos, no en tanto colectivo de ciudadanos. En
este ámbito los individuos actúan produciéndose a sí mismos libremente, interactuando e
intercambiando sus propiedades o activos con los demás, en pleno ejercicio de los derechos
individuales de los que gozan en tanto ciudadanos… cuando, en efecto, existen tales
derechos individuales inviolables a la libertad y a la propiedad establecidos en la ley y, por
tanto, garantizados por el estado. Así, lo privado o la esfera privada sólo existe en contexto
de estado liberal-democrático, de estado público (republica).
En cambio, no existe esfera privada en el estado autocrático, en el estado privado
(principato), porque en éste no existen los mencionados derechos individuales estatalmente
garantizados e inviolables para el gobernante en turno, pues los individuos no son
ciudadanos sino súbditos o siervos y, por tanto, no tienen derecho a esfera privada: están a
merced del Estado, a merced del gobernante en turno y sus empleados, a merced del
establecimiento buropolítico.
liberal
democratico
Nota:
en el estado liberal democrático, que denominamos así porque el poder,
(cratos) dimana de los individuos que habitando el territorio de la polis, gozan de libertad
(de ahí lo liberal) y colectivamente (demos) eligen de manera periódica a los titulares de
aquel (y de ahí lo democrático), la ley establece y garantiza los derechos de propiedad
individuales (derechos ciudadanos o, más recientemente, humanos) de todos y cada uno de
tales individuos, razón por la cual éstos no son súbditos o siervos del gobernante en turno
sino ciudadanos miembros de la polis. Tales derechos individuales son, básicamente: el
derecho individual a la libertad (“propiedad sobre sí mismo”), el derecho a la propiedad
individual (de los bienes que cada quién sea capaz de obtener intercambiando libremente
con los otros) y el derecho individual a participar en la elección pública del gobernante en
turno periódicamente
esfera pública
Nota:
La expresión lo público o esfera pública también refiere al ámbito de acción de los
individuos pero no en tanto individuos individualmente considerados con derecho a su
esfera privada cada uno, sino en tanto integrantes cada uno del público ciudadano que
conforma el estado y es su propietario colectivo. En este ámbito los individuos actúan o pueden actuar individualmente o asociados en grupos, en pleno ejercicio de los derechos
individuales en materia política de los que gozan en tanto ciudadanos: libertad de creencias,
libertad de expresión, libertad de asociación y, especialmente, libertad de participar en la
elección pública periódica del gobernante en turno o en su vigilancia y control
permanentes. Esto es, actúan o pueden actuar como individuos, grupos o colectivo de
ciudadanos porque son ciudadanos, no súbditos o siervos del gobernante en turno, y ello
implica el derecho a conformarse como público propietario de la polis frente y por encima
del gobernante en turno y sus empleados (el establecimiento buropolítico) cuando así lo
juzguen conveniente.
Así, lo público o la esfera pública sólo existe, también, en contexto de estado liberaldemocrático,
de polis pública (republica). Más aún: la esfera pública existe sólo sobre la
base de que existe esfera privada en tanto límite inviolable del gobierno y fundamento y
sentido del Estado.
En cambio, no puede existir público ciudadano ni esfera pública en contexto de estado
autocrático, de estado privado (principato) y menos aún en su variante contemporánea, los
estados autocrático-totalitarios (China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba), erróneamente
llamados comunistas, porque en éstos tales derechos individuales están expresamente
proscritos y, por tanto, en ellos no existe esfera privada: los individuos están a merced del
gobernante en turno y sus empleados, a merced del establecimiento buropolítico y no
tienen, en especial, el derecho a constituirse como público elector de aquel, ni tampoco
tienen derecho a vigilarlo y controlarlo, porque de jure y de facto no son ciudadanos sino
súbditos o siervos.5
esfera estatal (privada-pública)
Nota:
Al existir esfera privada y contener ésta el derecho individual a participar en la elección
pública periódica de las autoridades estatales, de los integrantes del establecimiento
buropolítico, especialmente del “inquilino del palacio”, la esfera estatal pierde toda la
omnipotencia que tiene en el estado autocrático o privado (principato). Queda no sólo
limitada infranqueablemente por tal esfera privada, sino además queda también
condicionada por y subordinada a la esfera pública producida por la existencia y ejercicio
de tal especialísimo derecho individual. Así, la esfera estatal queda a merced del juicio
sobre la idoneidad de sus características, sobre la capacidad y talento de sus ocupantes
temporales (el gobernante y sus empleados) y sobre la calidad de las decisiones y acciones
de éstos, que realicen permanentemente los ciudadanos en tanto colectivo, en tanto público
ciudadano, por ser éste el propietario del Estado y no tales autoridades.
No existe, pues, oposición sino indispensable complementariedad entre esfera
privada y esfera pública. La esfera privada es el “reino de la libertad individual” de todos
y cada uno los ciudadanos. Por ello, constituye el fundamento de la esfera pública que es, a su vez, el “reino de la democracia”, el reino de la propiedad pública (colectiva) de los
ciudadanos (“hombres libres”, decían los griegos y romanos de la antigüedad clásica) sobre
el estado. Sólo puede existir esfera pública si existe esfera privada. Sólo puede existir
democracia donde existe libertad individual. Lo cual es imposible en el estado autocrático
o privado (principato) porque, precisamente, en éste “sólo uno es libre”: el autócrata,
llámese “rey”, “príncipe”, “faraón”, “califa”, “emperador”, “señor presidente” o “secretario
general del partido único”.
potencionalidad
(desarrollo)
maximización del bienestar público
Nota:
Ciudadano pagador
Gobierno (politic)
Tesis 1
Nota:
Uno, las toma “sólo uno” (principio monárquico).
Dos, las toman “sólo algunos” (principio aristocrático). O
Tres, las toman “todos” los miembros del estado (principio democrático).
monarquia
aristocracia
democracia
poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial
Tesis 2
1) Con arreglo
a las Leyes o al
ínteres general
2) con Arreglo a
sus Intereses
Privados
Nota:
Segunda tesis: quien tome las decisiones estatales (“uno”, “varios” o “todos”) sólo
puede tomarlas de dos maneras:
Uno, con arreglo a las leyes o al interés general (lo que atrás denominamos lógica
estratégica pro-pública, que en ocasiones se describe como sentido público), en
cuyo caso se producirá buen gobierno irrespectivamente de que las decisiones las
tome “sólo uno”, “solo algunos” o “todos. O
Dos, con arreglo a sus intereses privados, sus apetencias o sus pasiones, pasando
por encima de las leyes o del interés general y, en consecuencia, abusando del
poder (lo que atrás denominamos lógica estratégica buropolítica), en cuyo caso se
producirá mal gobierno tomen las decisiones “todos”, “sólo algunos” o “sólo uno”.
Estas dos tesis conforman lo que es conocido como la “teoría de las seis formas de
gobierno”, tipos de estado (polis) o tipos de constitución (politeuma o politeia), pues a cada
una de las tres posibles respuestas a la pregunta ¿Quién toma las decisiones?, corresponden
dos posibles respuestas a la pregunta complementaria ¿Cómo o con arreglo a qué toma las
decisiones?, generándose así tres formas de gobierno “buenas” y tres “malas”, como se
muestra en el siguiente cuadro:
Tesis 4
Política Pública
Estratégica en
materia de
Reforma Estado
Nota:
esta cuarta tesis, que en los términos actuales podría ser considerada una tesis de
política pública estratégica en materia de reforma de estado, postula: estado o politeumamixta para el “fin de la historia” degenerativa del Estado y la garantización de buen
gobierno gobierne quien gobierne en el largo plazo.13
Como el estado o polis mixta es, de hecho otra forma de gobierno o de politeuma, se
puede plantear que, en realidad, la tipología greco-romana clásica no está formada ni por 6
(seis) ni tampoco por 7 (siete), como se señaló atrás, sino por 8 (ocho) tipos de polis: 7
(siete) tipos de polis pública para los “pueblos de hombres libres” de Occidente (las seis
originales más la mixta) y 1 (un) tipo de polis privada para los pueblos de Oriente (el
despotismo, equivalente al estado autocrático o privado en nuestros términos).
Tesis 5
Científico -
Prospectiva Regional
Nota:
Por su parte, la quinta tesis, a diferencia de las tres primeras, que son científicoexplicativas,
y la cuarta, que es de política pública estratégica, podría considerarse
científico-prospectiva regional o, si se quiere, constituye la primera maldición occidental
sobre los estados orientales y podría formularse así: tan pronto los pueblos orientales
conozcan y disfruten la libertad individual (esto es, coman el fruto del árbol de la esfera
privada-pública), lucharán a morir por enterrar el despotismo (el estado autocrático), éste
desaparecerá de la faz de la tierra y, entonces, tales pueblos, convertidos en “pueblos de
hombres libres”, se incorporarán a nuestra dinámica estatal (la occidental) esto es, tanto a la
evolución degenerativa del estado y la anaciclosis subsecuente, como a la búsqueda del
estado o politeuma mixta para garantizar el buen gobierno gobierne quien gobierne en el
largo plazo.
Tesis 3
La tercera tesis postula
que todos los tipos de
polis pública o de
politeuma son
intrínsecamente
inestables porque
tienden a degenerar: la
monarquía en tiranía, la
aristocracia en
oligarquía y la
democracia en
oclocracia o
chusmocracia.
Nota:
La tercera tesis postula que todos los tipos de polis pública o de politeuma son
intrínsecamente inestables porque tienden a degenerar: la monarquía en tiranía, la
aristocracia en oligarquía y la democracia en oclocracia o chusmocracia. Adicionalmente,
aunque hubo sustancial debate acerca del orden secuencial de esta inevitable
“degeneración” de los tipos de polis pública (del mejor al peor; del menos peor al menos mejor y de regreso u oscilante) y acerca de las implicaciones de ello para la también
primera teoría politológica de la historia, puede decirse que a éste último respecto privó la
célebre teoría de la anaciclosis: una vez llegado al último punto teóricamente dilucidable de
tal degeneración o evolución degenerativa de la vida estatal (sea el mejor tipo de polis
pública o el peor), el proceso histórico vuelve a empezar un nuevo ciclo de tal evolución
degenerativa
Gobernabilidad y
Gobernación ó
Gobernanza
Nota:
La politología (ciencia política) y la sociología han solido estudiar los procesos
sociopolíticos en los ELD contemporáneos, focalizando el análisis en la capacidad de la
configuración institucional, las élites dirigentes y el tipo de crecimiento económico en cada
caso para garantizar la estabilidad en el largo plazo del estado, del orden constitucional o
del sistema de gobierno. El concepto de gobernabilidad designa tal capacidad.
Sin embargo, aguijoneada por la nueva fase del proceso de mundialización iniciada en
1982 y las nuevas exigencias y retos a los que ésta ha confrontado al conjunto de los
estados existentes21, especialmente en el mundo periférico en el que siguen predominando
los estados comparativamente atrasados (eufemísticamente “en desarrollo”), la atención
multidisciplinaria sobre el estado, el gobierno y el crecimiento económico se ha trasladado
recientemente a otro aspecto de los estados: el referido a la funcionalidad pública y eficacia
administrativo-directiva de sus configuraciones institucionales, de sus procesos
sociopolíticos condicionados por ellas, de las formas que dado lo anterior adopta en ellos el
proceso gubernamental y sus productos o outputs (las decisiones estatales y, muy
especialmente, gubernamentales), para el desenvolvimiento integral (económico,
sociopolítico y sociocultural) de la vida social en los territorios estatales. El concepto de
gobernación o gobernanza (governance) designa, primero, la manera en que, en cada caso
“nacional”, opera el estado y en especial el gobierno en términos de los tres modelos o tipos
ideales generales de interacción gobernante-gobernados, a saber, redes, mercados y
jerarquías (o alguna combinación de los mismos), a efecto de ejercer sus funciones
directivas de la vida social en el territorio de que se trate;22 y segundo, la manera en que
esta forma de operar asegura en el largo plazo o no, en cada caso, la funcionalidad pública
del estado en general y del gobierno en particular. Así, el concepto y la problemática de la
gobernanza o gobernación explicita que la gobernabilidad en el largo plazo de los estados
depende, precisamente, del grado de la funcionalidad pública de su gobernanza.