Dos corrientes del pensamiento feminista
sobre el sexo:
Ha reclamado una liberación sexual que alcance
tanto a las mujeres como a los hombres.
Este feminismo "pro-sexo" ha sido principalmente obra de
lesbianas , de heterosexuales que no se avergüenzan de
serlo y de mujeres partidarias del feminismo radical clásico.
Las militantes sexuales radicales son las que han abierto los
debates sobre el sexo.
El feminismo es la teoría de la opresión de los géneros, y
suponer automáticamente que ello la convierte en la
teoría de la opresión sexual es no distinguir entre género
y deseo erótico.
El pensamiento feminista simplemente carece de ángulos de visión que puedan abarcar la
organización social de la sexualidad.
Ha considerado la liberalización sexual como una
mera extensión de los privilegios masculinos.
Las defensoras de este punto de vista han condenado
la práctica totalidad de las variantes de expresión
sexual, tachándolas de antifeministas.
La mayor parte de la conducta gay masculina,
todo el sexo casual, la promiscuidad y la
conducta lesbiana no monógama, o con roles
o extrañezas son también censuradas.
Uno tiene el derecho legal a realizar conductas
heterosexuales mientras no caiga en el alcance de
otras leyes y mientras exista acuerdo mutuo.
La psicología es siempre el recurso último de
los que rehúsan reconocer que los disidentes
sexuales son tan conscientes y libres como
cualquier otro grupo.
Si los desviados no están siguiendo las manipulaciones
del sistema social, entonces quizá debe buscarse la
causa de sus incomprensibles opciones sexuales en
una mala infancia, una socialización defectuosa o una
inadecuada formación de la identidad.
Una parte de la moderna ideología sexual es que el
deseo es atributo de los hombres y la pureza lo es
de las mujeres.
Presenta de la peor forma posible la mayor parte de las
conductas eróticas.
Critica actos de amor poco rutinarios
en lugar de a los rutinarios actos de
opresión, explotación y violencia.
Las feministas moderadas consideran el
sadomasoquismo, la prostitución, la
homosexualidad o el amor intergeneracional como
algo misterioso y problemático en una forma en que
no lo son las sexualidades "respetables".
La teoría sexual constructivista se ha dedicado
a intentar "explicar" por qué individuos, por lo
demás racionales, tienen conductas sexuales
no convencionales.